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—¿Cómo se te ocurre? — Joanna la había bofeteado, la princesa agachó la mirada.

—No fue mi intención.

—¡Está irreconocible!

—Me caí del dragón.

—No seas idiota, eres jinete desde antes de mudar tus dientes— la jaloneaba, así que entregó los bebés a la esposa de Kevan, quien se asustó de tener a dos bebés y no uno como todos pensaban—. ¡Alyssa!

—Te presento a Rhaenys Targaryen, en honor a la otra hermana-esposa de Aegon I el Conquistador, y Viserys Targaryen, en honor a mi padre, en espera que no sea tan manso como su homónimo.

—Ve a descansar.

—No necesitaba de tu permiso— jaló a sus hijos de vuelta—. Mía, manda cuervo a mi padre, a mi hermana, que lady Laena venga— luego giró de vuelta a su abuela—, los funerales se celebrarán cuando llegue mi familia.

—Mi niña...— intentó Tywin.

—Daemon, acompáñame, por favor— sollozó.

Permíteme— cargó a los bebés y ofreció el brazo para llevarla a su habitación.

—Gracias.

—Ni lo menciones.

—¿Laena no preguntó porque viniste con tan premura?

—Rhaenyra y Laenor fueron de visita, así que sola no está.

—¿Cómo llevas que no esté contigo?

—Contrario a lo que parezca, amo a mi esposa, amo a mis hijas.

—Lo sé, te he visto distinto— acarició su barbilla como solo ella sabía hacer.

No sabía que Mía podía montar dragón.

—Batallé para que se le quitara el miedo— rio por lo bajo—, también Lancel monta dragones para acompañarme a mis paseos. Nunca hablaremos de lo que pasó, ni a tu esposa, ni a mi hermana, ni a mis hijos.

—Lo juré ese día en la mesa, tú solo tienes que cumplir tu parte: llorar durante el funeral.

***

—Padre— abrazó al rey con tanta efusividad.

—Hay un pequeño brillo.

—Hay unas personitas que debo presentarte.

—¿Personitas?

—Son los mellizos Rhaenys y Viserys.

—Tan hermosos como la madre, espero que seas como tu abuelo— cargó a su nieto.

—Yo no— se rio Alyssa para que su padre no notara nada.

—Creí que tu hermana vendría.

—Ellos llegaron hace un par de días, gracias a los dragones, solo te esperábamos a ti.

—Entonces empecemos.

***

—Ahora Kevan y Elle serán los señores de Roca Casterly.

—Lo sé.

—No quiero que vuelvas, que traigas aquí a tu bestia ni a sus crías ni a todos los huevos de dragón, porque ha puesto otra nidada y ya no sé en dónde ponerlos.

—¿Me estás desheredando, abuela?

—Lo hiciste tú al arrojar a tu esposo al vacío.

—Él decidió subir al dragón aun sabiendo que no podía montar, que Quenya no lo quería en su lomo, ¿qué querías que hiciera? ¿Prohibirle subir?

—Cualquier cosa, lo primero es la lealtad a tu esposo y a su casa.

—Se te olvida, Joanna, que antes que Lannister, soy una Targaryen, una hija del trono de hierro y es alta traición.

—¿Levantarías la espada en contra de tu sangre?

—No, por el cariño y respeto que te tengo.

—¡No lo parece!

—¿Y qué esperas que haga para calmar tu furia?

—Que Maegon se quede.

—No— dijo en tono sombrío.

—Es el heredero de Jason.

—Ya dispusiste que Kevan sucederá a su hermano cuando Jason tiene seis hijos sanos.

—Que marcharán contigo a Desembarco del Rey, ¡el señor de Roca Casterly debe criarse y educarse en Roca Casterly!

—Ya estuvo aquí seis años, no permitiré que permanezca aquí y lejos de mí.

—Si ya tomaste tu decisión, no queda nada más que dilucidar.

—Si hubiese sabido que despreciarías a tu nieta, no hubiera accedido a casarme con Jason para mantenerlo lejos de mi hermana. Espero que nos volvamos a ver en mejores circunstancias— reverenció a su abuela y salió de ahí.

—¿No te despedirás de tu tío no tan favorito? — permanecía parado cerca de Quenya.

—Tú eres mi tío favorito.

—Cada que el príncipe Daemon venía, te olvidabas de cualquier otro ser en Roca Casterly— hizo reír a su sobrina y le limpió las lágrimas. Alyssa entregó sus bebés a su dama y abrazó con fuerza a su tío.

—Daemon es mi tío favorito, no tan favorito como mi verdadero tío favorito.

—¿Mandarás cartas?

—Cada que pueda, ¿tú me escribirás?

—Soy capaz de aprender Alto Valyrio para escribir cartas cifradas.

—Lo espero con ansias— sonrió orgullosa a su tío.

—Hora de irse— instó con la cabeza al ver que Rhaenyra llevaba a Jaehaerys, Lancel a Maegon en otro dragón, Visenya iría con su dama. Así que la princesa llevaba en brazos a sus bebés. Laenor volaba a lado de su esposa, con la pequeña Aemma en brazos. Todos llegaron hasta Pozo Dragón, ahí estaba Tyland con los huevos de Quenya, la dragona se emocionó e intentó llevárselos, pero Alyssa la frenó, ya que serían puestos en un lugar óptimo para que fueran rodeados de calor. Subieron al carruaje con todos sus hijos. La princesa abrazó a su padre, reverenció a su madrastra y vio a sus hermanos Aegon, Helaena, Aemond, los cuales se sorprendieron de ver a todos sus sobrinos. Visenya era de la edad de su tío Aemond, Maegon un año menor, cuatro años menor Jaehaerys, apenas unos meses Aemma y los mellizos Rhaenys y Viserys. Alyssa preguntó por su hermano Daeron, el más joven de la camada preparaba sus cosas para viajar a Antigua y ser criado allá. La princesa despojada pidió permiso a la reina para volver a visitar a su hermana Helaena y leerle como hacía cuando bebé. También abrazó y mimó a sus sobrinos Jaecaerys y Lucerys, aún sabiendo que no eran Velaryon y eso traería problemas a la larga; todo lo que tenía que ver con su hermana sabía a problemas.

Hija del trono de hierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora