*Basado en House of the Dragon*
Alyssa Targaryen, hija mayor del rey Viserys I y su primera esposa, Alys Lannister, pero para ella, no hay más madre que Aemma Arryn, la madre de su hermana Rhaenyra.
No era la sombra de su hermana, sino la princesa...
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Alyssa entraba en el sueño profundo cuando escuchó los gritos de su hija, así que tomó su espada y corrió al exterior. Visenya se aferraba al brazo de Aemond, era el primer muerto que veía, a veces la Leona veía al amante de Laenor. Incluso Daemon, Rhaenys y Corlys llegaron a la escena, la Reina que no fue gritó y lloró, Baela era frenada por su tía Alyssa mientras Daemon se acercaba a ver a su hija. Las primeras vidas se habían cobrado y era hora de responder. La princesa no sabía a quién acercarse, su tío perdía otro hijo en tiempo record, Rhaenys se quedaba sin descendencia, Baela perdía a la hermana que la acompoñó desde el vientre, su nuera y su nieto acababan de morir, Vinseya seguía en shock y Aemond no podía acercarse a ella para secar las lágrimas que no se había dado cuenta que bajaban.
—Jaehaerys, llévate a lady Lannister— se acercó Viserys—, Rhaenys quiero que dispongas de lady Velaryon, Lancel y Mía lleven a Corlys y Rhaenys a sus aposentos. Aemond, necesito que notifiques a la Reina. ¡Rápido, despejen el área!
—Visenya, por favor— Jaehaerys nunca tocaba a la princesa, la respetaba y nunca invadía su espacio personal, lo que volvía su tarea difícil. Era su hermana mayor y la tenía muy en alto para acercarse a ella.
—Permíteme— Alyssa sacó a Daemon de su trance, apenas tocó su brazo cuando la vio sobre el hombro y asintió.
—Yo la llevaré— Daemon cargó a su hija en brazos y anduvo dentro en busca de las hermanas silenciosas para que dispusieran de ella. Por lo que Viserys se llevó a su hermana, seguro entraría en trance en cuestión de nada, no quería que se viera afectada.
—Adiós, mi niña— la princesa besó a su sobrina sin importar mancharse, abrazó a Daemon y él acarició su mejilla con la propia mientras lloraban. El consorte trataba de no desplomarse como hacía unos días y ella se negaba a soltarlo sabiendo que no podría solo con esa carga. No había hombros tan fuertes que pudieran con ese peso.
—Me acaban de avisar— se anunció Rhaenyra, la princesa lo soltó y llevó donde su hermana, nadie como ella para darle la paz que necesitaba; Alyssa sabía que no era paz. Daemon la vio un momento y ella asintió, ¿qué más necesitaba que a Rhaenyra en esos momentos? Después de todo, era su esposa. Aemond llegó junto con la reina, entendió la escena y le pareció estúpido que la hija de Aemma fuera tan templada como su padre.
—Salgamos de aquí— Aemond susurró al oído de la princesa.
—No quiero irme ahora— murmuró al apenas dirigirle la mirada.