XXXIV

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—¿Hace cuánto?

—Cinco días, quizá. Fui aprisionada mientras la reina hacía los preparativos.

—Viserys fue asesinado.

—Alicent exigió que reconocieras a Aegon— Rhaenyra sollozó con los ojos cristalizados.

—Sí, me rehusé.

—Y aun estás viva.

—No seas tan duro con ella— intentó tocar el hombro de su tío y este la empujó—. Rhaenys no puede tomar partida hasta que Corlys lo haga.

—El Septón Supremo coronó a Aegon en la fosa de dragones, yo misma lo atestigüé antes de volar con Meleys.

—Lo coronaron ante las masas.

—Nada estúpido, si mueves pieza, la que quedará mal eres tú— Alyssa trató de suavizar la verdad para su hermana.

—La puta de la reina asesinó a mi hermano y se robó su trono, pudiste haber quemado a todos.

—Se desatará una guerra por esta traición, pero no es mi lugar iniciarla.

—Rhaenys no fue usurpada, mi hermana sí— dijo Alyssa—. Mía, llama a mis hijos, a los príncipes. Debemos tener la estrategia lista, los verdes no tardarán en llegar por Rhaenyra y sus hijos, no lo voy a permitir— la reina se dobló de dolor y se sostuvo de la mesa, se alzó el vestido y había sangre.

—El bebé ya viene.

—Yo la acompañaré, llama a Visenya y Maegon, Rhaenys, en un momento me comunico contigo.

Le quitó el vestido y alejó a las parteras para que su hermana no arremetiera contra ninguna. Alyssa se puso un mandil sabiendo que no sería suficiente, pero no la dejaría sola bajo ninguna circunstancia. Estaba molesta con Rhaenys por decirle las cosas sin miramientos, pero no había mejor forma de decirle, así que lo dejó pasar. Rhaenyra caminaba por todo el salón, gruñendo y llorando por hallarse en ese estado, aun no estaba a término y la vida de su hermana corría peligro, ahora se sentía culpable por no decirle en su momento.

—Patrullen el perímetro de la isla, busquen barcazas que se acerquen— dijo Daemon a todos los señores reunidos, Visenya y Jaehaerys ya portaban su armadura y todos los hijos de Alyssa ya portaban espada y daga, era conflictivo ver a la soñadora Rhaenys preparada para lo que fuera, pero la primogénita fue tajante y no podían desobedecerla, en ausencia de su madre, ella era la voz con autoridad sobre ellos—. Si los Verdes atacan ahora será de forma sigilosa, no directamente.

—No hay suficientes soldados para rodear la isla, pero podemos fingir fortaleza— dijo Maegon.

—Recluten entrenadores de dragones, son competentes— Daemon aceptó la propuesta de su sobrino.

—Mía y yo nos encargaremos— dijo Aemma, Daemon y Visenya asintieron aprobatoriamente.

—Vas bien, necesito que te concentres— dijo Alyssa.

—¿Madre? — llamó Jace acompañado de Luke y Visenya.

—Princesa, los chicos— Rhaenyra se enderezó y se sostuvo de su hermana para encararlos.

—Su abuelo, el rey Viserys, ha fallecido. Los Verdes ha repudiado la suceisón y han reclamado el trono de hierro, Aegon ha sido coronado rey.

—¿Qué debemos hacer? — Jace entendía las implicaciones de eso, Luke estaba asustado de la situación y de ver así a su madre, Visenya quería correr y abrazarlo, darle la fortaleza para revelarse a su abuelo.

—Nada aún.

—¿Y Daemon?

—No lo sé. Ha enloquecido, fue a planear su guerra.

Hija del trono de hierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora