Hija del trono de hierro

XXXVII

—Aquí tienes.

—¿Los redactaste tú?

—Sí— claro que no le iba a decir que ya lo tenía listo su hija. Se acercaron los cuatro príncipes.

—Se dice que los Targaryen estamos más cerca de los dioses que de los hombres, el trono de hierro tal vez nos acerca más— dijo Rhaenyra—, pero si vamos a servir a los Siete Reinos, debemos responder a sus dioses. Si cumplen con esta misión, lo harán como mensajeros, no como guerreros, no deben participar en ninguna pelea. Júrenlo ahora, bajo la mirada de los Siete— acercaron el libro sagrado, Luke fue el primero, así que Maegon lo imitó.

—Lo juro— siguieron Jace y Aemma.

—Gracias.

—Cregan Stark es más cercao a tu edad, espero que, como hombres, encuentren algún interés en común.

—Podría llevar un huevo para llamar su atención— sonrió Aemma.

—No sería tan descabellado, puedes ofrecer los huevos de Quenya que no eclosionaron— dijo Alyssa, la princesa la reverenció a su madre y luego la abrazó.

—Claro, majestad— Jace aceptó los pergaminos, su madre le sonrió y marcharon. Alyssa vio a su sobrino y el niño no estaba capacitado para esa misión por más "sencilla" que pareciera. Maegon pensaba lo mismo.

—Bastión de Tormentas está a poca distancia de aquí, tú tienes sangre de Baratheon por tu abuela, Rhaenys, y lord Borros es un hombre eternamente orgulloso, se sentirá honrado de recibir a dos príncipes del reino— vio levemente a su sobrino—, y a su dragón.

—Si ves que el niño no puede con tan noble tarea, tú dirigirás el mensaje— dijo Alyssa, su hijo besó su mano antes de marchar.

—Vayan— dijo la reina, aunque ya estaban solas.

—Iré a Roca Casterly con Maegon y Jaehaerys, recuperaré el señorío para mi hijo— Alyssa vio a su hermana—. Cuando la flota y el ejército me obedezcan, iré por Vaghar para eliminar el elemento sorpresa y aniquilar a todos los Verdes.

—No será una guerra entre Negros, Verdes y Rojos.

—Me convertiste en Mano para velar por tus intereses, así que no cuestionarás mis acciones ni las de lord Corlys, ¿quedó claro? — la reina no objetó, se quedó sin habla, así que la Lady Mano avanzó hasta tomar la mano de Aemond y volver adentro.

***

Bastión de Tormentas hacía perfecta alusión a su nombre, pues todas las tormentas de los Siete Reinos se juntaron justo ese día que los príncipes iban de visita, ¿qué podía salir mal? Eso solo preocupaba más al príncipe Lucerys, el futuro Señor de las Mareas no podía cotrolar a su dragón con tanta lluvia, Maegon se arrepentía de no haber volado en el suyo, era más longevo que su madre y seguro estuvo en situaciones similares. Aterrizaron en el patio y los guardias los observaban, ambos caminaron hacia los guardias y escucharon a un dragón a las cercanías, no era en el que llegaron.

—Soy el príncipe Lucerys Velaryon, traigo un mensaje para lord Borros, de la reina— los escoltaron dentro, quien ya estaba en el trono Baratheon, a su izquierda sus hijas y a su derecha una de las hijs junto a un rubio platinado.

—El príncipe Lucerys Velaryon y el príncipe Maegon Lannister— el platinado giró con sorpresa al escuchar ese nombre, pero el príncipe no lo vio. Lucerys se preocupó aún más—. Hijos de la princesa Rhaenyra Targaryen y la princesa Alyssa Targaryen.

—Lord Borros, le he traído un mensaje de mi madre, la reina—intentaba sonar tajante.

—Pero esta mañana recibí una propuesta del rey— dijo el lord y señaló al propio rey usurpador, quien estaba junto a una doncella. Aegon sonrió triunfal—. ¿Rey o reina? La casa del dragón parece no saber quién la gobierna.

—Claro que no, señor, debe ser un mal entendido, porque la reina Rhaenyra fue jurada ante todos y proclamada por Viserys I Targaryen— se acercó Maegon.

—¿Cuál es el mensaje de Rhaenyra? — Lucerys extendió le pergamino y uno de los guardias lo llevó hasta sir Borros—. ¿Dónde está el maldito maestre? — Lucerys tomó su espada y Maegon lo frenó, él no dejaba de ver al usurpador—. "Recordarme" el juramento de mi padre, el rey Aegon tiene una oferta, mis soldados y banderas por un pacto de matrimonio. Si hago lo que tu madre pide, ¿con cuál de mis hijas te casarás, niño?

—Lord, no estoy libre para casarme, ya estoy comprometido.

—Así que vienes con las manos vacías.

—No precisamente, mi lord, usted tiene cuatro hijas, con mi hermano somos tres y el príncipe Jacaerys somos cuatro— luego se giró al usurpador—. ¿Dónde está Aemond? Porque supongo que el matrimonio no es para ti, la reina Helaena goza de perfecta salud y te puede dar hijos.

—¡No te permito que hables de mi esposa! — Aegon se aproximó y Maegon lo derribó de un puñetazo.

—No te pedí permiso— sentenció el señor de los leones.

—Maegon— llamó Lucerys.

—No pelearán en mi Casa— ordenó Borros—. Escóltenlos a la salida.

—¿Enserio crees que puedes quitarme mi trono?

—No lo creo, lo hará mi hermana— dijo Maegon, lo cual provocó a su tío y devolvió el golpe, el primogénito de Alyssa metió un papel en sus ropajes y le dijo que lo volviera a empujar, con un poco de duda lo hizo.

—Estás amenazando al soberano de los Siete Reinos.

—¿Qué haces? Venimos aquí como mensajeros y como guerreros.

—Una pelea sería un reto vacuo.

—Súbete al dragón y demuestra que no eres débil— Lucerys no entendía el cambio de actitud, el carácter fuerte de ambos padres salía a relucir y dejaba de ser ese príncipe diplomático que todos sabían que eran.

—¿Qué es lo que quieres?

—Léelo y destruye la evidencia.

—¿Y tú qué harás?

—No te importa— ese puñetazo logró sacarle sangre de la nariz, tenía tantas ganas de golpearlo y siempre se contenía por su hermana, pero ahora no estaba ahí para detenerlo.