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—¡Alyssa!

—¿Qué pasa?

—¿Cómo permitiste que marchara? — la jaló del brazo para meterla en el salón del trono—. Estaba bajo tu cuidado.

—Es su honor el que está en juego, ¿o solo los hombres pueden pelear por recuperarlo? — se escuchó cómo Quenya volaba muy por debajo, casi rozando la Fortaleza, sabía que su jinete seguía enserio enojada, que su vuelo no la había serenado.

—Esa no es la forma,

—¿Entonces cuál?

—Es la heredera.

—Y ese el huevo que entregará a tu futuro nieto, ¡fue a reclamar Dragonstone! Es princesa de aquella fortaleza.

—No puedes consentir la rebeldía de tu hermana.

—Y tú no puedes ser tan pasivo, debías ser tú quien frenara a Daemon, no como rey, sino como hermano. ¡Lancel y yo te habríamos protegido!

—No fue prudente.

—Evitó una masacre, ¿o no? Bien, pues míralo como una victoria y no un simple acto de rebeldía de la princesa, suficiente con todo lo que dice sir Otto a tu oído.

—¿Cuándo vas a dejar de cegarte?

—¡En cuanto te des cuenta de la verdad! — esta vez sus gritos hicieron que su dragona bramara con fuerza.

—No hemos terminado— murmuró cuando vio que Otto entró a la habitación.

—Ya sabes dónde encontrarme

—Solo espero que sigas leal a tu hermana— reverenció a su padre y marchó de ahí.

***

Fue la primera en entrar, sentada a la derecha de su padre, a la izquierda de Sir Otto, pronto entraron los otros miembros del Consejo. El rey se veía inquieto, dudando aun de la decisión que había tomado. Alyssa aun pensaba en las palabras de su padre, significaba que había tomado una decisión en cuanto a su matrimonio y eso significaba enturbiar la sucesión, que ahora su hermana tendría el doble de detractores. La princesa volvió a sus vestidos sencillos, sin portar ningún emblema de sus casas y tratando de mostrarse serena, su padre le hablaba de paz, tregua y eso le daría. Rhaenyra llegó con un vestido dorado como el suyo y comenzó a preparar todo; sir Criston Col y sir Lancel Lannister estaban ahí, al final del salón, incluso la doncella verde estaba ahí.

—Buenos días, mis lores, he decidido tomar una nueva esposa— lord Corlys se mostró complacido ante aquellas palabras; el rey volteó a ver a ambas hijas y ambas asintieron con la cabeza, Rhaenyra tenía los ojos cristalizados y Alyssa sonreía a modo de apoyo—. Pienso casarme...— luego volteó a su derecha, pero no miraba a su hija mayor, sino a la pelirroja-castaña y los ojos de la rubia se endurecieron—, con lady Alicent Hightower antes del verano.

—Esto es absurdo— dijo lord Corlys al ponerse de pie—. Mi casa es de Valyria, la más poderosa del reino.

—Y yo soy su rey.

Lord Corlys volteó a su izquierda y sir Otto se mostró triunfal al haber desestabilizado la mesa delconsejo, el primero marchó de ahí herido. Alicent volteó a ver a su amiga, quien ya lloraba, por lo que ignoró a su padre y marchó de ahí. Alyssa se puso de pie y apartó a su padre, luego a la doncella que se convertiría en su futura madrastra en cuestión de nada. Apoyaba a su padre, pero se sintió traicionada al no ser informada de aquellas reuniones, de su decisión y que, encima aun, sir Otto siguiera ahí. Alyssa fue seguida por su caballero, al igual que su hermana, ambas se vieron, cada una lo sufría a su modo, ese no era momento de permanecer juntas, pues la traición calaba en distinta medida.

Hija del trono de hierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora