*Basado en House of the Dragon*
Alyssa Targaryen, hija mayor del rey Viserys I y su primera esposa, Alys Lannister, pero para ella, no hay más madre que Aemma Arryn, la madre de su hermana Rhaenyra.
No era la sombra de su hermana, sino la princesa...
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—Carta, mi Señora.
—¿La Matriarca?
—No, el príncipe— dejó el libro para tomar la misiva y salir del cuarto de sus hijos.
—¿Qué pasa? — Lancel y Mía veían los ojos leer frenéticos, hasta contuvo el aliento.
—Daemon fue a dejar a las niñas a su cámara, cuando fue a alcanzar a Laena, Vhagar ya había sucumbido al Dracarys— se desplomó al llorar—, el bebé venía mal, no había forma de que mi prima se salvara de todos modos.
—Princesa— Harwin no se quería acercar al verla así.
—Promete que enviarás u cuervo nada más llegar— lo abrazó.
***
—Hermana.
—Pasa.
—Nos iremos.
—¿A Dragonstone?
—Sí.
—Mía, dile a Visenya que aliste a sus hermanos.
—¿Qué dices?
—Vine a la corte por ti, para cuidarte y protegerte, he puesto a mis hijos en riesgo por ti— dijo Alyssa mientras comenzaba a maniobrar—. Vine aquí porque te soy leal, me iré de aquí por la misma razón.
—Gracias— la abrazó.
—Necesitarás toda la ayuda posible.
—Nos iremos por la mañana.
—Esta misma noche— sentenció Alyssa—. Lancel, alista los caballos, el carruaje y ordena que liberen mis dragones, quiero a mis huevos en un carruaje camino a Roca Dragón. Mía, que no quede nada de mis pequeños.
—Aquí estoy, madre.
—Dile a Tyland que venga a verme cuanto antes y te reportas con Mía.
—Sí, señora— reverenció a su madre y corrió acompañada de Maegon.
¿Qué son los hijos sino debilidad? ¿Un sinsentido? ¿Una frivolidad? Através de ellos, se imagina que engañará a la gran oscuridad de su victoria. Que existirá para siempre de una u otra forma, como si lo fueran a alejar del polvo. Pero por ellos, se entrega lo que no debería, tal vez sabemos qué se debe hacer, pero... el amor detiene la mano. El amor es una perdición, es mejor andar por la vida libre de cargas, según lo veo.
