Ya era costumbre que el mal llamado Canalla descubriera los embarazos antes que la Leona, y es que su matrimonio sólo dejó estragos en la salud y el autoestima de la princesa, por lo que, después de lo ocurrido entre Harrenhal y Roca Dragón, que los hijos tenidos con Jason Lannister no fueron tan cuidados ni procurados en sus primeros años. Alyssa lloraba mientras Daemon se apretaba más al vientre de la Señora en espera de una respuesta del dragón que tenía dentro, no supo cómo reaccionar ante el actuar de él, quería levantarlo y encararlo, pero él lloraba a lágrima viva.
—Daemon.
—¿Cuándo me ibas a decir?
—No lo sabía.
—¿Cómo pudiste embarazarte?
—Es tuyo.
—¡Llevas un mes revolcándote con el tuerto!
—¡No te atrevas a renegar otra vez de mi hijo!
—Convénceme de que es mi hijo.
—Te desatendiste de Aemma y ahora quedó marcada, sintiéndose menos por no tener un dragón, ¿por qué? ¡Me llevaste a Monte Dragón para reclamar a Quenya, pero a tu hija no!
—Ella no me interesa— Alyssa lo abofeteó.
—He trabajado los últimos años en que sea una Targaryen funcional, que no se sienta menos que sus hermanos, que no se sienta a la sombra de tus hijas, que no sea menos que tus hijos, ¿enserio me estás diciendo que lo que estoy dispuesta a hacer por ti no significa nada?
—Me enfrentaste por Aemonnd, consientes que nuestra hija se pasee en la Fortaleza Roja, ¡agradece que le pedí a Larys que la protegiera!
—¡Haz como quieras! Ese hijo es tuyo— lo empujó para andar.
—¿A dónde vas?
—¿También te tengo que pedir permiso?
Bajó grandes zancadas, tratando de no caer con las enormes piedras y la falsa superficie. Daemon la llamaba en lengua común y en Alto Valyrio y la Leona Targaryen ni se inmutaba, estaba molesta con él, se sentía trasladada a su juventud, sabiendo que se podía repetir la historia y debía temer por ese hijo, porque él tenía razón, si no lo repudiaba ni mataba Daemon, lo haría Aemond. Su energía iracunda era bastante similar, a veces impredecible. Sin apenas darse cuenta, derramaba lágrimas mientras se acariciaba el vientre, Quenya levantó su cabeza y la dirigió a su jinete, ambas hembras juntaron sus mejillas para darse paz entre ellas y la mortal sonrió al ver el fruto de ese enigmático dios como lo era la Reina de Oro, pues había puesto otra nidada. Habían escuchado a Sindarin ir por ahí en los días anteriores, soltó una risa por la ironía.
—Idéntica a ti.
—Es su segunda nidada aquí.
—Son cuatro.
—La primera fueron trece, ¿significa algo para ti?
—No, en realidad.
—¿Qué quieres?
—No quise decir eso.
—Llevamos casi una semana acá... sólo tenías que seguir así, en la ignorancia. ¿Por qué hiciste eso?
—Me habló.
—Nunca has tocado el vientre cuando patea.
—Podría ser muy distinto.
—¿Cómo? Estamos en medio de una guerra y estamos más cerca de tu trono que hace treinta años.
—Hace treinta años, la gente de Otto estuvo aquí...
—¿Qué vamos a hacer con los huevos cuando debamos irnos?
—Me preocupa más que no vayas a la batalla hasta que des a luz.
—Recuerda lo que dijo el maestre...
—Tú eres la que sigue así, habiendo té de luna, absteniéndote.
—Eres el Príncipe de Lecho de Pulgas, ¡tú dime! Te hubieras traído a Mysaria, hubieras buscado a alguna otra manceba en lugar de ponerme en riesgo para darte otro hijo.
—¡Yo no te lo pedí!
—Prometí que te daría un ejército.
—Aegon me quitó a una Alyssa, luego a esta Alyssa le quitaron a su bebé... no quiero que te vayas detrás de mi madre.
—Voy a ir a la batalla si así es necesario, voy a tener a este bebé y lo criaremos juntos, no puedes dejarme y no voy a dejarte.
—¿Has pensado en cómo se llamará?
—A pesar del tiempo gestado, no se ha mostrado ante nadie, siquiera su madre— Daemon tocó el vientre aún plano de la princesa, en espera de encontrar alguna señal de su hijo. Alyssa apretó su mano entre las suyas y sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas, ante eso, Quenya rugió eufórica ante esa nueva paz entre ellos, a lo que Caraxes se unió. Alyssa brincó en su sitio y Daemon la envolvió, ella rio.

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Hija del trono de hierro
Fanfiction*Basado en House of the Dragon* Alyssa Targaryen, hija mayor del rey Viserys I y su primera esposa, Alys Lannister, pero para ella, no hay más madre que Aemma Arryn, la madre de su hermana Rhaenyra. No era la sombra de su hermana, sino la princesa...