*Basado en House of the Dragon*
Alyssa Targaryen, hija mayor del rey Viserys I y su primera esposa, Alys Lannister, pero para ella, no hay más madre que Aemma Arryn, la madre de su hermana Rhaenyra.
No era la sombra de su hermana, sino la princesa...
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Bajó a prisa del dragón, ignoró saludos y reverencias, seguro Rhaenys andaría por ahí yendo y viniendo para verificar el bloqueo que Corlys y su flota pusieron hacia Desembarco del Rey, aseándose y comiendo algo antes de volver. Quenya volaba por ahí y Sindarin rugía. Mía Casco no fue a recibirla y tampoco Jaehaerys, muy probablemente también haciendo guardias. Rhaenys y Viserys vigilaban y leían a los dragones que esperaban por eclosionar. Pidió informes a la servidumbre y sólo atinaron a decirle que su madre estaba indispuesta. Llamaba a Visenya y a Maegon y no los encontraba por ningún lado, a su hermana no la habían visto desde hacía varios días.
—Princesa...
—Padre...
—¿Y Visenya?
—Hace sus guardias, pronto marcharás con Mía y Lancel.
—¿Y Maegon? — su padre se levantó de su silla, dejó su copa de vino—. ¿Dónde está Maegon?
—Mi niña.
—¡Quiero ver a mi hermano! Dime que lo han traído.
—Aemma.
—¡No! Maegon, mi hermano— sus gritos se escuchaban por toda el ala donde habitaban Alyssa y sus hijos.
Lancel y Mía intentaron evitar que la Leona Targaryen corriera en dirección a los gritos, mas fue inútil. Alyssa corrió llevando su daga, fue a toda prisa en busca de la última hija que le faltaba y vio a Daemon en el suelo con su hija llorosa entre los brazos y se desplomó a su lado para acunarla como en sus tiempos de infancia. Daemon se levantó, recuperó la compostura y se mantuvo ahí, pendiente de que nadie las interrumpiera. Cuando se hubo calmado un poco, Mía y Rhaenys la llevaron hacia sus aposentos para bañarla, la propia Alyssa la vistió.
—¿Sufrió?
—No lo creo.
—¿Duele morir?
—Creo que es como quedarse dormido, sabes que llega tu hora, pero al final no lo sientes.
