XLI

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Los cuatro príncipes, Lancel y Mía reverenciaron a Daemon Targaryen en cuanto lo escucharon decir esa última oración, giraron sobre sus talones e inclinaron la rodilla, pero no alzaron la cabeza enseguida, pues en ese movimiento habían visto las C...

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Los cuatro príncipes, Lancel y Mía reverenciaron a Daemon Targaryen en cuanto lo escucharon decir esa última oración, giraron sobre sus talones e inclinaron la rodilla, pero no alzaron la cabeza enseguida, pues en ese movimiento habían visto las Capas Doradas que llevaban para ellos. Alyssa sonrió a su interlocutor, a aquel que la veía con esos ojos que transmitían todo. La Leona Targaryen avanzó, las tomó todas y se las colocó a cada uno de sus hijos, se la puso a Lancel y fue el príncipe quien se la colocó a Mía Casco antes de ordenarles ponerles de pie.

—Su madre y yo iremos a tomar Harrenhal luego de que la Reina y yo vayamos a buscar los restos de Maegon— se apresuró a girar con la princesa—, no, no irás con nosotros, Mía, no lo vas a permitir.

—Daemon, también es mi hijo.

—No podrás afrontar el hecho si no lo encontramos.

—Quedamos que no volverías a tomar desiciones por mí.

—Lo aceptaste cuando te hice huir hacia aquí, así que lo harás de nuevo.

—¿Señor? — Rhaenys era la única que se atrevía a interrumpir las discusiones de los padres, los otros tres voltearon a verla, Mía y Lancel la vieron con ternura, intentaba sonar seria, pero su tono de voz no se prestaba para ser comandante de guerra—. ¿Cuál será nuestra misión? — sus hermanos voltearon esperanzados con el príncipe, a pesar de los seis hijos ya se habían reunido, de que Mía y Lancel habían participado, incluso Aemond y Daemon pasaron por ahí—. ¿Espera que nos quedemos aquí aguardando su regreso?

—Vengaremos a su hermano, los Verdes pagarán por haberlo asesinado, la Casa Baratheon debe caer, como dijo su madre, esperamos respuesta de Joanna Lannister, pero tú y tu hermano irán a manejar los asuntos Lannister desde la matriz, Jaehaerys irás con Lancel y mis Capas Doradas a tomar la ciudad, Visenya, espero que rindas la Fortaleza antes de que lleguemos tu madre y yo.

—Cuenta con nosotros, padre— sonrió Rhaenys.

—Alyssa, vete con Aemond y espera a que Mía vaya por ti.

—Si son malas noticias, no importa qué encuentren, quiero que me las digas, ¿está claro?

—¿Alguna vez te oculté la verdad? De nuevo, ocurrió aquí.

Hija del trono de hierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora