LXIX

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—El ejército de sir Criston aprovecha la arboleada para ocultar sus movimientos, ahora solo viaja de noche para eludir a nuestros dragones.

—¿Y a dónde se dirige?

—Es difícil saber, pero hay señales de un ejército hacia el noroeste, creo.

—Eso cree.

—Debieron incinerarlos cuando tuvo oportunidad.

—Tal vez usted pueda, sir Alfred, cuando los vea en su dragón— espetó Jaehaerys golpeando la mesa al plantarse frente a él, a sus hermanos no los iba a molestar en su presencia.

—La única razón por la que sabemos esto es por los esfuerzos de Rhaenys y Viserys— dijo Jace.

—¿Y qué sabemos, mi príncipe? Sabemos poco y cada vez menos.

—Sabemos que Cole posee un ejército que crece en fuerza y que es un problema.

—¿Daemon y Alyssa podrán encontrarlo con el suyo a tiempo?

—Y si conozco Riverlands, les espera un desenredo más difícil que el final de una orgía en Lys.

—No sabía que estuvo en Lys— Viserys le sirvió más vino a su prometida.

—¿Ha tenido noticias de su padre, o su madre?

—No— dijeron Baela y Jaehaerys a la par.

—Se enviaron cuervos a Harrenhal buscando noticias del progreso de Daemon y Alyssa con los señores de los ríos. Hasta ahora ninguno ha regresado.

—En resumen, un ejército enemigo, creciendo en consittución, marcha en alguna parte de las tierras de la corona, podríamos actuar si tan solo tuviéramos un ejército propio o alguien que nos dirija.

—Cuide su lengua, sir Alfred.

—¿Acaso miento? Este consejo navega sin timón.

—Me esfuerzo para guiarlo, sir Alfred— habló la Reina que nunca fue.

—¿Por qué su voz debería ser más alta que la nuestra, princesa? La reina no la nombró su mano, es la voz de ella y la del rey consorte la que necesitamos para hacer alianzas y comandar a nuestros vasallos, pero se fueron.

—¿Qué ha sido de este consejo? — entró Lord Corlys Velaryon y el hombre se sentó abochornado, los gemelos chocaron copas—. El enemigo está en marcha, ¿acaso no se hace nada en ausencia de la reina más que quejarse y buscar el poder? — todo mundo guardó silencio.

—No sabemos lo que hace la reina, pero debemos confiar en que busca lo mismo que todos en esta mesa, el final de este conflicto— los gemelos intercambiaron miradas y buscaron la de su hermano mayor, sabiendo que ellos no buscaban la paz, sólo salir triunfantes del conflicto.

***

—Dije que debíamos enviar a los dragones y mira qué ha pasado. Precisamente Daemon ha tomado Harrenhal.

—Ya esperábamos ese movimiento, majestad— Visenya bebió su vino.

—Te di un trabajo y te quedas ahí sentado, ¡es tu puto castillo!

—Ese castillo está más lisiado que yo, majestad.

—Scatha se los comerá a todos, no debería perder sus fuerzas en eso, sino esperar que se mejore la estrategia.

—¿Cuál? ¡Explícame! Princesa, su estadía aquí es cortesía, porque no ha hecho nada por mejorar la situación de este Consejo— la hija de Alyssa volteó a ver a su hermano.

—Llevará a Daemon a la locura si intenta hacer uso de él...

—Mi madre no está posibilitada para entrar en batalla, así que sólo tienes que separarlos el tiempo suficiente para acabarlos de tajo.

—Está más allá de sus facultades, no tiene moneda de cambio ya que felizmente controlo todo su oro.

—Sólo debemos esperar que sucumba a la locura, se agote la determinación, la reina falsa sigue atrapada en su isla y sir Criston continúa conquistando castillos en las tierras de la corona.

—Necesito estar al tanto de estas cosas para tomar decisiones informadas, no voy a perecer un tonto frente a mis aliados y enemigos. Harrenhal debe esperar.

—Sir Criston marcha a Rook's Rest.

—Un premio patético, yo no di la orden.

—El castillo es pequeño, con pocas defensas y lord Staunton se sienta en el consejo de Rhaenyra— Aemond se levantó y dirigió al mapa—. Cuando Cole lo derribe, tendremos a Roca Dragón aislado por tierra, esta guerra no se ganará solo con dragones, sino con dragones volando detrás de ejércitos de hombres.

—¡No! Haz que regrese, quiero a Harrenhal de vuelta.

—Cole ya está preparando su ataque.

—¿Cómo sabes esto?

—Él me envió noticias.

—¿A ti? — Visenya se acomodó mejor en su asiento, todos estaban tensos en su sitio—. ¿Ustedes dos han estado... conspirando... sin mi autoridad?

—No es conspiración...

—¿Lo sabías?

No creo que sea momento para gritarnos entre los tres, primero despacha al consejo y lo solucionamos— volteó con el tuerto—, civilizadamente.

Teínas cosas más apremiantes que atender.

¡Aemond!

—Tales como entretener a la corte y escoger tu sobrenombre.

—Esa fui yo, te dije que basta.

—¿También consentiste los lame-botas en la Guardia Real?

Esos imbéciles serán comida de Scatha a la primera de cambios— giró a su esposo—, ¡y no está a discusión! ¿Por qué me ves así?

—¿Tienes una mejor estrategia, mi rey?

—No lo provoques de ese modo.

—Estamos en contra de que la perra de Roca Dragón nos gobierne, pero a ti sí te gobierna una bastarda.

—¡Di algo! — dio un manotazo a la mesa, derramando el vino en el proceso.

El Consejo espera.

—Todos esperamos tu respuesta.

—¿Yo puedo tener... hacer... la guerra? — Visenya aventó la copa al mapa antes de salir de ahí, llevándose la esfera de su sitio.

—Harrenhal es un pantano útil, mantendrá ocupados a Daemon y Alyssa mientras fortalecemos nuestro ejército y debilitamos el apoyo a Rhaenyra en la zona. Lidiaremos con ello y Riverlands a su tiempo. Ahora, Rook's Rest es un blanco sencillo y vale el esfuerzo. ¿No está de acuerdo... mi rey?

Hija del trono de hierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora