*Basado en House of the Dragon*
Alyssa Targaryen, hija mayor del rey Viserys I y su primera esposa, Alys Lannister, pero para ella, no hay más madre que Aemma Arryn, la madre de su hermana Rhaenyra.
No era la sombra de su hermana, sino la princesa...
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—Prometo no hablar de esto— parecía apenada por la mañana, caminando en el jardín, iba del brazo del príncipe heredero—, me apenaría que llegara a oídos de su prometida.
—No quiero que pienses mal.
—Si yo estuviera comprometida, tampoco me gustaría que hubiera habladurías.
—Aemma— sostuvo sus manos entre las suyas y ella lloraba en silencio—, no significa que no lo haya querido y no lo haya disfrutado.
—Yo también— asentía con la cabeza para tratar de convencerse a sí misma que no le dolía volver a su antiguo estilo de vida—. Debo ir con Lady Snow.
—Princesa.
—Ni lo menciones, ya se me pasará... he visto a mi madre reponerse de esto.
—¿No accedió a la boda?
—Él cree que es lo mejor.
—¿Para quién?
—Pronto me uniré a su hermano y ya no lo veré, así que es lo mejor.
—¿Para quién? Aemma, no puedes permitir que una oportunidad se te vaya así... Déjamelo a mí.
La sentencia de Lady Sara Snow fue tan firme como los juramentos de los Stark, la media hermana del Señor de Invernalia no volvió en todo el día. La princesa Targaryen permaneció a solas con las damas de compañía de su anfitriona. A la mañana siguiente, desde temprano se escucharon las discusiones de los hermanos, Aemma fue a buscar a Jacaerys y no lo vio por ningún lado. Cregan decía que aquella afrenta era una humillación para su juramento de hermandad. La ira del joven lobo no podía ser menguada de ninguna forma.