—¿Mandaste el cuervo?
—A tu tío Daemon y a tu abuela Joanna, listo— dijo Mía mientras cerraba las valijas.
—¿Vendrán cuidadores?
—No, Quenya no permitirá que nadie más que tú toque sus nidadas.
—Bien, quiero que pongan todos los huevos en el caldero y estén en calor constante.
—Ya están.
—Excelente, ¿le tienes miedo a las alturas?
Porque Alyssa haría su entrada triunfal en su majestuoso dragón dorado, nacido del oro, con alas tan impresionantes, con escamas tan gruesas que las flechas no podrían dañarlo. Quenya lloró al ver que se llevaban sus huevos sin eclosionar, la princesa la calmó al decirle que la acompañarían sus hijos un poco más maduros. Dos dragones aun jóvenes volarían a lado de su madre. La dragona se veía desesperada por partir cuanto antes y ella sonrió al ver que parecía humana al querer preservar su legado, cuando los dragones siempre se desprendían de sus crías.
Viserys se despidió de su hija con algo de pesar, no quería que marchara ahora que Rhaenyra era cada vez más lejana a su padre. La princesa tomó la mano de su padre y la puso en un vientre que aún no comenzaba a crecer y el rey se emocionó, luego se preocupó al saber que solo estuvo una vez con su marido. Alyssa se encogió de hombros y salió de ahí seguida de su dama de compañía, de su Guardia personal y varios pajes con sus valijas. Al llegar a Pozo Dragón, Quenya ya estaba afuera, lista para que su señora la montara. Mía y Lancel montaron los otros dos.
Rumbo a las Tierras del Oeste de Poniente, ante las costas del Mar del Ocaso. Roca Casterly cuenta con un pequeño acceso al mar, ideal para que Quenya volara junto a sus hijos. Era uno de los mayores logros arquitectónicos de los Siete Reinos, la fortaleza está en una zona rica en minas de oro y nunca ha caído ante un enemigo. Se cree popularmente que la fortaleza parece un león que reposa ante la puesta de sol. La Leona Targaryen lo veía como el mejor lugar para criar a sus hijos, lejos de las intrigas palaciegas y sin la influencia de los verdes.
La Boca del León, la entrada principal a Roca Casterly, es una enorme caverna natural que alcanza los doscientos pies de altura. Sus pasos son ahora lo suficientemente amplios para veinte jinetes. Su puerto tiene muelles y astilleros. La Galería Dorada contiene tesoros de los Lannister, incluyendo adornos dorados y paredes. El Salón de los Héroes es donde los Lannister y sus parientes cercanos que han muerto valientemente son enterrados. Las viejas armaduras de los Lannister caídos se exhiben también en el pasillo. El Jardín de Piedra es un Bosque de Dioses con un arciano torcido.
—Bienvenida, princesa— Joanna reverenció a su nieta, con un poco de miedo para acercarse al dragón.
—Abuela— se colgó de su cuello.
—Volviste— dijo Jason a un costado de las mujeres.
—Estamos esperando a nuestro primer hijo— Jason retrocedió—. Sí, es tuyo.
—Creí que...
—Lo lograste— sollozó, para sorpresa de todos los reunidos, Jason la abrazó—. Tuve un viaje muy cansado, quisiera rendir honor a los muertos antes de irme a descansar.
—Yo podría llevarte.
—No, gracias, conozco el camino.
Alyssa caminó adentro, seguida por su abuelo, su dama y su primo. Jason la seguía de cerca, pero no se atrevía a acercarse porque ella seguía herida. Llegaron hasta el lugar donde solo los guerreros descansaban, pero su madre estaba enterrada ahí, porque murió de parto y porque, por un momento, fue la futura soberana de los Siete Reinos. Alyssa se desplomó y lloró con desesperación, temía tanto terminar ahí como ella y no ser recordada por su marido cuando tomara a su tercera esposa, su compañía no se acercó, era un momento privado para la doncella, Joanna quiso abrazarla y Mía la frenó, a la princesa no le gustaba nada de eso.
—Lady Lannister.
—Dígame— se secó las lágrimas.
—Ha llegado un cuero para usted.
—Mía, por favor.
—Daemon viene en camino.
—De hecho, ya llegué.
—Estoy honrando a los muertos.
—¿Te acompaño?
—¿Podrían dejarnos a solas, por favor? — todos reverenciaron y marcharon—. Creí que estarías con tu esposa.
—Está arriba, instalándose.
—Vaghar, Caraxes y Quenya han de tener un espectáculo para Roca Casterly— sonrió mientras su tío la ayudaba a ponerse de pie.
—¿Quieres ir a volar?
—Saludaré a mi prima y volemos tú y yo, quiero hablar contigo a solas.
—¿Qué sucede? — bajaron de sus dragones, la ventaja de volar con Alyssa eran todos los secretos que conocía. Sabía que ahí no los buscarían.
—No quiero tener a ese hijo, no quiero que me toque de nuevo.
—Eso se puede solucionar.
Ella alzó la ceja y él aprisionó sus labios, con lujuria, con desesperación, como nunca antes la había besado. El llanto de la princesa cesó y ella cedió al tacto de su tío, disfrutaba cada momento y logró arrancarle más de un gemido entre besos. Movió ligeramente el vestido para besarla cerca de los senos, la hizo estremecer cuando se apoderó de su cuello. Sabía que a él le gustaba que se quitaran toda la ropa, pero tenían el tiempo contado. La puso en cuatro y alzó el vestido, ella se asustó y él dejó besos en la parte trasera del cuello y hombro antes de entrar en ella; algo que no hacía normalmente, esperó que ella se acostumbrara a su intromisión antes de comenzar a dar embestidas. Ahora no pensaría en Jason, sino en sus manos cuando naciera ese bebé.
—No fue lo que escuché de las rameras.
—Tú no eres una ramera, eres una princesa— le acomodó el cabello.
—Gracias— le besó la barbilla.
—¿Quieres un huevo para esa cría?
—¿No te he enseñado? Llené un carruaje con todas las nidadas de Quenya— se emocionó.
—Volvamos, cenamos los cuatro...
—¿Crees que Jason se sentará en la misma mesa que tú?
—Solo reforzaría que está celoso.
—Toda la corte cree que tú y yo tenemos una aventura, cuando sigues babeando por mi hermana.
—¿Celos, Leona?
—Para nada, príncipe— quien le besó el cuello.

ESTÁS LEYENDO
Hija del trono de hierro
Fanfiction*Basado en House of the Dragon* Alyssa Targaryen, hija mayor del rey Viserys I y su primera esposa, Alys Lannister, pero para ella, no hay más madre que Aemma Arryn, la madre de su hermana Rhaenyra. No era la sombra de su hermana, sino la princesa...