—¿Te quieres asegurar el odio de Otto Hightower?
—Ese ya lo tengo.
—¿Quieres salir conmigo a la ciudad?
—Sé que irás a una casa de placer, las doncellas te han de estar esperando.
—Ni tan doncellas.
—Puedes pasar a mi cámara cuando regreses.
—¿Y si no regreso, irás a buscarme?
—¿Es acaso una propuesta?
—No la aceptarías, aunque te lo propusieras.
—Ya oíste a Hightower, ya estoy en edad casadera— se colgó de su cuello y lo besó, pero él lo mantuvo casto, porque no se interesaban de ese modo, su amistad y lealtad no iba conducida hacia ese camino. Ella le sonrió y él besó sus manos antes de irse.
—No deberías hacer eso.
—Ni tú escuchar conversaciones ajenas— la recortó con la mirada.
—El rey...
—Tu padre, querrás decir, ¿me equivoco, lady Hightower?
—Se enterará.
—Dile, al cabo los Targaryen tenemos costumbres "extrañas".
***
Era el día del torneo, su dama le pasó el vestido rojo de su madre, una pequeña piel de león colgaba como capa y en negro, a modo de cinturón, tenía dos dragones rodeando su cintura. Sus mangas iban hasta el codo porque en las muñecas reposaban las pulseras. Mandó hablar a su hermana y vio que habían concordado, porque también iba de rojo, así que llegaron juntas. Ya estaba comenzando y entraron al Balcón Real. El rey hablaba, a su derecha Corlys Velaryon y su prima Rhaenys, a su izquierda Otto Hightower, frente a los Velaryon, sus hijos Laena y Laenor, frente a la Mano del Rey, su hija Alicent. Rhaenyra se sentó a su lado y al final, en la última silla, Alyssa.
—...Sé que muchos han viajado un largo camino para estar en estos juegos, pero les prometo que no se decepcionarán. En los grandes caballeros de estas listas, veo a un grupo sin igual en nuestras historias. Y en este gran día, ha sido aún más favorecido por la noticia que con gusto comparto: la reina Aemma ha empezado su trabajo de parto— todos vitorearon la gran noticia—. ¡Que la suerte de los Siete brille sobre todos los combatientes!
Rhaenyra buscaba a alguien con la mirada y Alyssa le sonrió pícara. Sir Cole de Stormlands fue el primero en derribar a alguien, luego el Lord Baratheon pidió el favor de su tía Rhaenys, la Reina que nunca fue, la platinada avanzó a poner una tiara de flores en la lanza del caballero, deseándole fortuna a su primo. Cada dama de la corte tenía una tiara para premiar a los caballeros que competían en el torneo. Alyssa comenzó a platicar con la dama a su izquierda.
—Con gusto la aceptaría si creyera necesitarla.
El pueblo vitoreó y escuchó a Otto murmurar al rey, a la princesa le gustaba cada vez menos la Mano del Rey por intrigar más que por ayudarle en la gobernación. Los tambores sonaban y Rhaenyra no se quedaba atrás con los chismes de cualquiera de alta cuna. Alyssa también lo sabía, pero le gustaba escuchar a su hermana manejando esa información. Baratheon fue derribado, sir Criston Cole iba a la delantera, la rubia llamó sir Harrold porque la platinada quería saber de él.
—¡El príncipe Daemon de la Casa Targaryen, príncipe de la ciudad, ahora escogerá a su primer oponente! — Alyssa aplaudió con efusividad y Rhaenyra la volteó a ver.
—¿Celos, hermana?
—¿Deseo, hermana?
El susodicho entró con su armadura negra, en un caballo negro y una pluma roja en su casco, Rhaenyra sonrió de forma apenas perceptible y su hermana la codeó, luego ambas se acomodaron mejor en su asiento. Dio una vuelta antes de señalar con su lanza al caballero y la rubia suspiró extasiada, no habría podido escoger mejor, claro que Alicent y Otto se tensaron con aquello. ¡Solo era un juego!
—¡Para su primer encuentro, el príncipe Daemon Targaryen elige a sir Gwayne Hightower de Oldtown, hijo mayor de la Mano del Rey!
Corlys Velaryon también estaba gustoso porque tanto Alyssa como Corlys sabían que ese joven no sobreviviría, porque Daemon actuaría incluso como si fuera un combate real y no un simple juego, quizá eso le bajaría los humos a la Mano. Alyssa mandó veinte dragones a favor de su tío, era más, pero su padre o la Mano podrían molestarse por aquello, la dama sabía que debía ser discreta con eso. El pueblo vitoreó, Daemon volteó, no a verla a ella, no a Rhaenyra, sino a Otto Hightower.
Gwayne apuntó a Daemon, este se dobló completamente sobre su caballo para evitar el golpe, a la siguiente vuelta, su tío apuntó a las patas del caballo y su jinete rodó hacia enfrente. Alicent se puso la mano en la boca para acallar un quejido y Otto se asomó. Alyssa exclamó emocionada, el joven no se paraba. Se acercó al balcón y las princesas Rhaenyra y Alyssa se acercaron a la orilla para hablar con él.
—Bien hecho, tío.
—Gracias, princesa— luego se aproximó la doncella—. Estoy casi seguro que puedo ganar estos juegos, lady Alicent, tener su favor lo aseguraría— Alyssa se carcajeó.
—Mátalo— ladeó al cabeza de lado, esa venganza era buena, Alicent sintió la vergüenza del momento, pues su padre la miraba con desprecio y ella solo participaba del juego, ignorando qué ocurrían entre el Targaryen y su padre.
—Suerte, mi príncipe.
Alyssa asintió a su padre, sabía que debía ausentarse para preocuparse por la salud de la madre. Derribaron a un caballero, pero este no aceptó la derrota, así que lo bajó del caballo para iniciar combate cuerpo a cuerpo, era demasiada violencia para celebrar el nacimiento de su hermano. Para ellos era honor y gloria, pero parecía haber un punto que sobrepasaban el límite y debían aprender a medirlo. Lord Baratheon, Lord Stark perdieron el rostro, uno de los mozos vomitaba.
—¡Sir Criston Cole se enfrentará ahora a sir Daemon Targaryen, príncipe de la ciudad!
El caballero negro entraba de nuevo a la arena, el Don Nadie venido a más se puso en posición, se había convertido en favorito, pero el príncipe Targaryen también era favorito y no era fácil de derrotar. Ambos iniciaron galope, Daemon dio la primera tajada, dieron vuelta para cambiar de lanza, la tercera atacada y Daemon cayó sobre la barandilla, al terminar esta, se desplomó en el suelo. Alyssa se levantó de su asiento, preocpada.
—¡Espada!
—¡El príncipe Daemon Targaryen desea continuar en una contienda de armas!
Claro, eso solo podía con el honor de ambos contendientes. Sir Criston Cole llevaba aquella bola con picos, Daemon solo su espada y escudo. Empezaron a atacarse, se le veía fiero y furioso. El desconocido logró hacerlo retroceder y romperle el escudo. El príncipe logró reponerse y derribar casi de un golpe al otro. Daemon volvió a caer, el pueblo aclamaba y Criston no lo dejaba levantarse. Alyssa no se abstuvo de gritar, intercalaba la lengua común con el Alto Valyrio, Rhaenyra entendía perfectamente, hasta que comenzó a usar palabras clave que solo ella y su tío entenderían, ahí fue cuando el príncipe se levantó y su hermana la vio con recelo, pensando mucho de algo que ni venía a cuento.
Daemon Targaryen alzó ambos brazos en alto, sintiendo la gloria y el triunfo casi en sus manos, que descuidó la retaguardia y Sir Criston Cole lo derribó, le pisó el brazo donde sostenía la lanza y le ordenó rendirse. Su tío no lo pensó dos veces, le ofrecieron la mano para ayudarlo a levantarse, pero este la rechazó, su orgullo estaba claramente herido. Alyssa se desplomó en su asiento, sintiendo cómo la adrenalina abandonaba su ser. Alicent y Rhaenyra se acercaron a ver al ganador.
—Es de Dorne.
—Esperaba pedir el favor de la princesa.
—Le deseo suerte, Sir Criston.
—Princesa— dijo el susodicho, Otto entró llamando a los miembros del consejo, murmurando a suoído, claro que no le informó a Alyssa, por lo que su tío Corlys la llamó conla mirada, Rhaenyra quería ir y su hermana se lo prohibió con una sola mirada. De camino al punto de reunión, la alcanzó su primo favorito, Tyland Lannister, quien la abrazó con efusividad, cuestionó con la mirada y lloró al entender.
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Hija del trono de hierro
Fanfic*Basado en House of the Dragon* Alyssa Targaryen, hija mayor del rey Viserys I y su primera esposa, Alys Lannister, pero para ella, no hay más madre que Aemma Arryn, la madre de su hermana Rhaenyra. No era la sombra de su hermana, sino la princesa...