Capítulo 7: ¿Traición?

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Mikan en el mundo humano caminaba lentamente por la casa desordenada de Gio, viendo como en cada parte del suelo habían fuertes armas de piedra a medio hacer, varias hojas de papel llenas de anotaciones que el mismo Gio había hecho, que eran hechi...

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Mikan en el mundo humano caminaba lentamente por la casa desordenada de Gio, viendo como en cada parte del suelo habían fuertes armas de piedra a medio hacer, varias hojas de papel llenas de anotaciones que el mismo Gio había hecho, que eran hechizos, unos pocos encantamientos y pociones.

Mikan tenía conocimiento de las múltiples investigaciones que estaba haciendo su hermano menor y sabía que quería crear sus propios hechizos, a pesar de que no había tenido resultados favorables pero siempre que podía reconocía sus avances y solo podía sonreír al ver ese brillo en sus ojos cada vez que le llegaba algún halago de su parte.

Definitivamente Gio tenía un increíble potencial. Pero era bastante ingenuo y tonto.

—Ya me iré, Gio. —dijo mirando por la ventana como el sol caía—. Ya queda poco para el anochecer. Y tú también deberías volver, Gio... —lo miró y él estaba bastante distraído tirando en el suelo mirando sus anotaciones—. Sabes que a papá no le gusta que estemos aquí después del anochecer. —Gio levantó la mirada—. Es peligroso...

—Guardaré algunas cosas y me iré. Si quieres puedes adelantarte.

—Vale. —comenzó a caminar hacia la puerta, tocó la cabeza de Gio y se colocó su abrigo antes de salir de la casa—. Me voy. Cuídate Gio.

...

Al ir caminando de vuelta al portal oscuro Mikan sentía una leve incomodidad detrás de él.

Muy rápidamente todo se oscureció, había anochecido, todo era oscuro.

Rest dejó su forma humana y siguió a Mikan desde cerca, sacó sus alas dejando salir sus filosas púas, levantó sus orejas cuando escuchó algo moverse desde lejos, tres veces, al mismo tiempo, pero en lugares diferentes.

Ya no estaban solos.

—Rest.... —susurró esperando alguna respuesta, Mikan también lo había oído, y no tardó mucho en escuchar los lejanos y desordenados pensamientos de su guardián.

—Príncipe... —Mikan detuvo su paso—. Corra...

Y así lo hizo, corrió, quiso sacar sus alas para lograr ir más rápido pero estaban muy tensas para usarlas, se maldijo internamente y siguió corriendo.

Una lucha bastante sangrienta de había instalado detrás de él. Rest iba en desventaja, al ser cuatro contra uno se le resultaba difícil defenderse de los ataques, lo estaban detectando por su olor. Mierda.

—¡Vayan por él! ¡Parecía que tenía los ojos amarillos!

Mikan logró escuchar eso, y aunque ya había corrido lo suficiente como para que nadie lo alcanzará de igual forma no estaba seguro.

No sabía luchar, no sabía pelear, ni mucho menos defenderse, solo era bueno esquivando. La intensidad del momento le dió más fuerza y por primera vez en su vida golpeó repentinamente el rostro de un ángel. Limpió la sangre de su mano con desespero y asco.

El Oscuro Brillo de la Luna. [TRILOGÍA DE ÁNGELES Y DEMONIOS] IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora