Capítulo 64: Roto.

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El miedo que tenía Kin se le contagió inevitablemente, Chase giró la carta en su mano y suspiró

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El miedo que tenía Kin se le contagió inevitablemente, Chase giró la carta en su mano y suspiró.

—¿El rey... de los ángeles...?

—Señor, ¿Hay alguna manera de hacer que un ángel pueda respirar aire oscuro?

Chase miró a Kin y después a la carta bastante desconfiado.

—Si... —le respondió incrédulo, ¿Por qué de repente le preguntaba eso ahora?

—¿Cuál forma?

—El juramento de la sangre real oscura. —levantó su dedo índice haciéndolo callar—. Habla con Gratt si quieres sabes más.

Kin a su pesar de quedó inquieto, si no hacía algo podrían matar a Jeremy.

Miró la carta de nuevo.

¿El rey de los ángeles? No habían cruzado palabras con él en varios siglos. ¿Que era lo que buscaba ahora?

Abrió la carta y la leyó, su rostro se descompuso en segundos al ver el contenido de esa jodida carta y sin querer se quedó sin respirar por mucho tiempo que cuando lo volvió a hacer sintió que se ahogaba. Se levantó nervioso y se apoyó en el escritorio.

—Dile... a mi padre que venga... —dijo en tono nervioso.

—Si, señor.

...

Gratt en el bosque seguía entrenando a Luny, dió varios pasos esquivando los ataques.

—Si supieras que Mikael solo me ha golpeado una vez. —Gratt miró sus manos viendo su energía moverse con tranquilidad—. Rubí siempre logra tomarlo desprevenido, pero yo jamás lo he golpeado. —Luny se detuvo cansado.

—¿Nunca? —le preguntó.

—Mika tiene la energía de parálisis, hace que todo su alrededor, naturalmente, se paralice. No lo usa siempre pero es muy complicado lograr golpearlo. Me frustra bastante no poder golpearlo.

—¿Y Goy?

—Él... —Luny vió a Goy detrás de Gratt sonriendo—. Él no le molesta eso, tampoco lo ha intentado.

Luny abrió sus piernas dejándose caer y golpeando la rama con las plantas de los pies colocándose de pie nuevamente de un salto.

—La fuerza es necesaria, pero más que fuerza necesitas cerebro... —tocó su sien—. Sin una buena estrategia te ganan con dos golpes.

—¿Te han ganado a ti alguna vez?

—Si, cuando era joven peleaba solo con la fuerza, era muy descuidado... —suspiró—. Goy fue quien me enseñó a manejar todo de forma equilibrada.

—¿No eres tan invencible, entonces?

—Nunca me he considerado "invencible", estuve varias veces al borde la muerte por mis descuidos. —se acerco a Luny y tomó su mano impulsando todo su poder dejándole ver su vitalidad interior—. Escúchame bien Luny, la fuerza se obtiene fácilmente, pero el raciocinio y las estrategias llevan tiempo y práctica. Para todo el mundo es fácil asestar un golpe, pero pocos logran esquivar uno completamente.

El Oscuro Brillo de la Luna. [TRILOGÍA DE ÁNGELES Y DEMONIOS] IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora