El Oscuro Brillo de la Luna. [TRILOGÍA DE ÁNGELES Y DEMONIOS] II

Extra 2: Poder.

—¿Lo volviste demonio? No sentí para nada su escencia de ángel.

«Es fácil moldear solo el alma, Gratt... Las almas cuando se hunden en la oscuridad se llenan de esa misma oscuridad. Se corrompe y es fácil. Ese cuerpo no hubiera recibido esa alma si fuera un ángel...»

—Tienes razón... —miró su mano—. El lazo es complicado...

«No tanto en realidad. Las almas se buscan automáticamente al nacer. Todo debía pasar. Ese ángel debía morir para que Cesil estuviera ahora en donde está. No cuestiones los sucesos del destino.»

—No lo hago... Es solo que me gustaría tener seguridad de algo en mi vida.

«La seguridad es subjetiva, Gratt.»

—Tendré que decirle la verdad a Kin... Ya le quite muchas cosas en su vida, lo menos que puedo decirle es su vida.

«Quizás debas hacerlo con calma... Se nota que es muy sentimental.»

—Kin creció con amor, se deja llevar mucho por su corazón y actúa con eso.

Escuchó un ruido bastante cerca de él y levantó la mirada, tardó mucho tiempo en reaccionar.

Una bestia sin alma estaba junto a su ventana mirándolo fijamente. Se enderezó con lentitud viéndolo, Goy respiró profundamente y dejó salir su energía, la bestia enseguida se arrodilló en el suelo bajando la cabeza hasta el suelo. Goy salió de la casa acercándose a él y tocó su cabello.

—¿Lo dejaste entrar Rubí? —vió sus recuerdos y suspiró—. Estabas perdido... ¿Caminaste mucho? Debes estar cansado. —hizo aparecer una manzana del suelo y se la dió, la bestia la tomó—. Come un poco. —de su mano salió una cadena y envolvió el cuello de la bestia.

Luego de unos minutos emprendieron su camino a las celdas, dejándolo dentro de una, Goy y Black se quedaron frente a la celda viendo a la bestia dormir profundamente. Llevaba varios días caminando, sin rumbo, sin comida y sin ninguna protección.

—Cuando despierte dale comida, está muy cansado para comer ahora...

—Si señor.

De vuelta al bosque Gratt volvió a tener el control del cuerpo. Suspiró siendo conciente de que mientras estaba en la fortaleza de Goy había estado más tranquilo.

Su cuerpo tembló y todo el poder se desvaneció, el bosque se abrió dejando entrar a Kin, quién caminó lentamente hasta llegar con él. Gratt nervioso retiró la protección y suspiró.

—Te dije que te avisaría cuando estuviera... —Gratt se quedó en shock cuando Rubí tomó con fuerza el brazo de Kin que había tratado de golpear su cabeza.

Él levantó la mirada hacia él viendo así sus ojos en blanco.

—¿Kin?

—Gratt... Mátame... —murmuró. Goy abrió los ojos y levantó su mano deteniendo el inminente ataque del guardián. Kin gritó furioso cuando el águila de Goy lo aprisionó.

—Joder... —miró su mano—. ¿Por qué... Siento que tu poder disminuye? —intentó potenciarlo pero simplemente el poder vital de Gratt no respondía. El águila divina cayó al suelo por la falta de poder vital, Kin se quedó flotando en el aire con la cabeza baja.

Dometeo...

Movió su mano hacia él pero ni su energía ni Rubí obedecieron. Kin se abalanzó sobre él mordiendo su hombro rompiendo el hueso y arrancó el pedazo. Kin se hizo más grande y Goy por primera vez en muchos años se sintió nervioso, no tenía energía, no tenía poder vital, no tenía fuerza. Sus brazos temblaron al no poder resistir la fuerza que tenía el guardián.

—¡¡Gratt!! —dentro de su mente Gratt tampoco podía despertar su poder, no podía hacer nada. Tomó la boca de Kin que mordía al aire intentando llegar a su cabeza—. ¡¡Joder, Gratt!!

Una fuerte expansión de energía los dejó a ambos paralizados.

Goy y Gratt, por primera vez en sus vidas, con su vitalidad y resistencia a energías ajenas al cero porciento, sintieron por completo el dolor y la sensación de la energía paralizante de Mikael.

Goy como espíritu milenario y por su cantidad de poder jamás había recibido energías ajenas, y esa primera sensación logró golpearlo horriblemente. Y Gratt de igual forma se quedó adolorido.

Mikael descendió hacia el bosque mirando la situación con cierto desconcierto, suspiró y sacó a Gratt de la expansión, él se salió de debajo de Kin y tosió desesperado al volver a respirar. Miró a Mikael y aún con miedo se quedó detrás de él, su confianza había bajado al estar completamente vulnerable, Goy estaba en su interior llorando desconsolado.

—¿Que pasa Gratt?

—No lo se...

—¿Que te pasó? —Gratt levantó la mirada hacia él—. Nunca te había afectado mi energía... —se interrumpió. Movió sus ojos hacia Kin, deteniendo su cuerpo en el aire, ese espíritu se abalanzó hacia ellos con un fuerte ataque de energía que se estrelló contra la protección de parálisis de Mikael, al no tener ningún resultado se desvaneció en el aire.

Mikael logró sentir ese cambió en Kin y disipó su energía.

Kin cayó al suelo inconsciente. Se acercaron a su cuerpo y unas finas marcas negras en sus brazos fueron desapareciendo.

Se quedaron en la sala de la casa tratando de bajarle la fiebre a Kin, Gratt colocó una corteza húmeda del tronco de Rubí en la frente de Kin. Gratt suspiró.

—También te dió fiebre una vez... —dijo de repente—. Estabas inconsciente y mientras yo dormía Rubí te hizo tragar una rama... Casi te ahogas. —Mikael soltó una risita.

—Gratt... ¿Kin es el hijo de Gio? —Gratt bajó la mirada y apartó el cabello de su rostro—. ¿Nos borraste la memoria, Gratt? ¿Era ese niño? —Gratt cubrió su rostro.

—Ya no me preguntes más...

—Gurui y Kilan lo ignoraron. Pero Mikanel seguía recibiendo a veces toques de alguien y se fijaba mucho en Kin... Ahora tiene sentido.

—No se lo digas...

—Gratt... —esa voz lo hizo levantarse de su asiento—. ¿Cómo puedes alejar así a alguien de la familia?

—Cállate ya, Mikanel...

—Es de la familia, alejarlo solo te dará problemas futuros. —Gratt lo miró, esos ojos dorados brillaban—. ¿Por qué crees que el alma de Gio no ha reencarnado? El castigo podría perseguirte toda tu vida y castigarte. —Gratt miró a Kin—. Negarlo te hace daño y le hace daño a él. ¿Piensas que los dibujos de Grayson son hechos al azar? —Mikanel tomó la mano de Gratt y lo ayudó a moldear el alma y quitó la fiebre el cuerpo.

—¿Por qué siempre me sobrepasas?

—Eso es lo que pasa cuando te quedas mucho tiempo en el limbo, no hay seguridad.

—Estoy tratando de mantenerme fiel a mis principios, pero me duele imaginarme lo que podría pasar.

—¿Que es lo peor que podría pasar? —Mikael volvió a hablar.

—No quiero que me odie...

—Kin es demasiado bueno, jamás te odiaría.

—¿Podrías decírselo tú? No creo poder hacerlo yo.

—Vale. —se levantó del asiento y fue a la puerta—. Solo te resta esperar lo mejor.

—¡Me dijiste que me calmara! —Mikael lo miró sonriendo.

—Solo bromeaba...

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Contexto:....... Después, que es lore.

No sé me ocurre que poner aquí así que.... Siguiente extra en cinco minutos.

YohaLR