El Oscuro Brillo de la Luna. [TRILOGÍA DE ÁNGELES Y DEMONIOS] II

Capítulo 37: Conexión Total.

Todo se oscureció cuando sus manos se juntaron.

Todo el mundo oscuro también se oscureció.

El cuerpo de Gratt se quedó completamente inmóvil viendo frente a sus ojos toda clase de maravillas, estaba hipnotizado con la verdadera cara del universo infinito, parecía estarle hablando, pero tanta perfección junta bloqueaba su cerebro para que no pudiera moverse ni pensar en nada más.

Era todo...

Lo estaba viendo todo.

Estaba sintiendo y percibiendo todo....

Era simplemente... todo...

Toda la tierra tembló causando un estruendo, un miedo y un pánico recorrieron cada rincón.

Una luz blanca impactó sobre esa parte de bosque, Megoro vió con asombro como el alma de Goy salía de los huesos y tomaba con agresividad el alma de Gratt arrancándola del cuerpo. Lo hizo entrar completamente a la fortaleza infinita y lo guió hasta el foco de luz que estaba justo en el centro empujándolo para que esa misma luz lo cegara.

El cuerpo de Gratt tuvo un espasmo y se fue elevando en el aire creando una expansión de energía que hizo que todos se detuvieran, todos menos Manly.

Él en el palacio simplemente sonrió.

Gratt simplemente se deshizo en el aire, sus huesos, su piel, sus órganos, todo de él desapareció. Megoro se quedó en blanco al ver eso, todo se quedó en silencio durante varios segundos hasta que encima de la cama comenzó a emerger la nueva creación.

El cuerpo de Gratt se estaba volviendo a formarse sobre el cadáver de Goy. Los huesos de Goy volvieron a fortalecerse, una capa de piel apareció para cubrir todo su cuerpo, él estaba creándose. El rostro de Gratt se formó sobre el cráneo de Goy.

¿Habían logrado conectar?

Abrió los ojos cuando todo el cuerpo se reconstruyó por completo. No era Gratt. Megoro se arrodilló y agachó la cabeza.

—Bienvenido mi señor... —Goy bostezó y se estiró sobre la cama.

—Gratt está muy cansado... Le tomará un tiempo acostumbrarse a todo.

—¿Conectó con él, mi señor?

—Si, no había otro ser más perfecto que él. Gratt es la persona que debía recibir todo mi poder.

—¿Está complacido con él?

—Ciertamente... Gratt es inteligente, disciplinado, constante y fuerte. Entrenó por si solo para perfeccionarse, y cada día que pasa se hace más fuerte... Es perfecto. —levantó sus manos frente a él dejando ver cómo su alma se había ligado con la de Gratt—. Gratt soy yo, y yo soy él. Él es la perfección, y yo puedo perfeccionarlo más.

—Me alegro que haya conseguido a su portador perfecto mi señor. —Goy sonrió y tocó su cabeza.

—Te encargaré darle esto. —hizo aparecer un libro desde el suelo y Megoro lo agarró.