Extra 3: Playa.

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Manly suspiró y caminó hasta una silla que tenía cerca de la orilla de la playa, se sentó y cruzó sus piernas moviendo sus pies sobre la arena. Wiler corrió por la orilla salpicando agua a todos lados.

Manly sonrió mirándolo.

No lograba entender nada, se suponía que habían muerto pero ahora estaban en algún lugar desolado. No percibía el aroma de nadie más en kilómetros, solo estaban ellos.

Seguía teniendo una típica rutina, el lazo que se había formado antes de su muerte aún seguía presente en ellos, veía el tiempo pasar pero a la vez no sentía el tiempo pasar. En su pecho lograba sentir ese incesante llamado del bebé que aún no se había formado dentro de Wiler. Realmente el tiempo no pasaba...

Suspiró, muchas veces creía estar volviéndose loco cuando se ponía a pensar de esta manera.

Wiler se veía bastante animado, le gustaba ese lugar, le gustaba el mar. Él era lo único que distraía su mente de la presión que había traído consigo de su vida ahora en la muerte.

Lo había conocido el mar, en esta misma playa. Un joven guardián huérfano de quizás cien años o menos, el mundo humano estaba severamente prohibido para todos y cualquiera que estuviera ahí se le condenaba con la muerte. Lo tomó del cuello y con su ala de un rápido movimiento...

Wiler se soltó de su agarre y se arrodilló pidiéndole piedad. Manly solo se quedó pensando en la fuerza y la velocidad que había tenido para librarse de él...

Lo miró por unos segundos y sonrió.

Le perdonó la vida con la condición de que entrenará para volverse su guardián, Wiler aceptó sin otra opción.

Al paso de los años Wiler se fue acercando mucho más a Manly siguiéndolo a todos lados. Primero le sirvió como asistente mientras terminaba su preparación para ser rey, era inteligente y se había memorizado varios libros extensos de los libros y en varias presentaciones y exámenes dejaba su mente abierta solo para él por si se le olvidaba algo. Eso lo había salvado muchas veces.

Luego le sirvió de guerrero al seguirlo ciegamente en su intentó de matar a su padre.

Su fidelidad la representaba siempre en esa frase:

«—Preferiría morir a su lado que tener que traicionarlo, mi señor.»

Cuando Manly comenzó su labor de rey, Wiler se convirtió formalmente en su guardián y sus tareas se redujeron en un sesenta porciento quedando muchas veces como un acompañante. Ciertamente para ese momento Manly ya se había enamorado de Wiler y lo dejaba hacer lo que él quisiera.

Los guardianes de la familia real por naturaleza eran malcriados y consentidos en muchos aspectos, algunos se volvían egocéntricos por el cuidado que su amo les daba y la cantidad de poder que les daba su cargo, Wiler no era la excepción, se daba muchas mas libertades por ser el guardián del rey, iba a la cocina y pedía comida y sangre en su nombre y llegaba a la oficina para comérselo todo el frente a Manly, él jamas le dijo nada.

Cuando Manly fue conciente de sus sentimientos cambió su trato hacia Wiler, mantenía la distancia pero se veía la atención que le ponía a cada movimiento. También se volvió más atento a sus necesidades, comenzó por pequeñas cosas, como preguntarle que tipo de ropa le gustaba o que quería de comer y lo que fuera que se le ocurriera, Manly se lo daba.

Wiler, como pasaba en varios casos de guardianes con su amos, lo admiraba y también lo amaba en secreto, pero conocía su lugar. Sabía que no sería posible por las restricciones que Manly se ponía a si mismo, por lo que jamás intentó hacer nada.

Pero... Las miradas que intercambiaban no podían callar ni un poco lo que ambos sentían. Al principio cada uno creyó que imaginaba ciertas cosas, pero cuando fueron completamente conscientes de que ambos sentían lo mismo la dinámica cambió.

Aún manteniendo su distancia comenzaron a tratarse diferente.

Manly manteniendo sus principios jamás lo tocó, nunca usó su energía con él. Jamás quiso pasar sus ciclos con él, en cambio, los pasaba en soledad bebiendo té de manzana hasta el cansancio, leyendo libros desde que amanecía hasta que anochecía. Y Wiler jamás se acercó, nunca lo llamó por su nombre y su energía se mantenía al margen siempre.

La naturalidad y profesionalidad que cada uno tenía en su tarea hizo que nadie se diera cuenta que en silencio se llamaban.

Ni siquiera su dinámica cambió cuando el lazo entre ambos se formó.

...

Manly suspiró y se levantó de la silla acercándose a él, Wiler le enseñó unas piedras brillantes que había conseguido, con cuidado quitó un mechón de su cabello de su rostro colocándolo detrás de su oreja.

—Pronto anochecera, volvamos a casa.

—Vale. —sin intenciones de soltar sus nuevos tesoros, entró a la casa llevando consigo las piedras que había conseguido.

...

Manly golpeó con su dedo índice la lámpara que había en el recibidor y está parpadeó varias veces antes de encenderse e iluminar toda la casa.

—Llenarás toda la casa con piedras brillantes que ya no necesitaremos las lámparas. —le dijo mirándolo pegar las piedras en las paredes.

—Queda más bonita la casa. —Manly se acercó y las piedras brillaron—. Brillan cuando te acercas... Si lleno toda la casa con estas piedras cada vez que pases brillarán. —él se cruzó de brazos y tomó una de las piedras.

—Son bastante pequeñas para dar tanta luz... —dejó salir su energía y la piedra brilló con mas intensidad—. Deberías empezar a ponerlas en la habitación, te asustas en las noches por tener el cuarto a oscuras. —volvió a la cocina y se decidió a hacer la cena. Los cajones de comida se llevaban por las noches, y la sangre de ángel parecía no dañarse...

—Manly... —un escalofrío lo recorrió cuando dijo su nombre con ese tono de voz tan suave, giró su cabeza mirándolo—. ¿En qué piensas? —él volvió su mirada a las frutas, con lentitud comenzó a cortarlas en cubos.

—Solo pensaba en como estarían ellos ahora... No sé dónde estamos y tampoco es que me importe. Solo... Me gustaría saber si lo que hicimos valió la pena... —Wiler lo abrazó por la espalda—. No me gustaría haber muerto y que ellos murieran de igual forma. —agarró un cubo de durazno y se lo llevó a la boca—. Solo quiero que estén bien. Espero haber podido redimirme como padre... Sacrificarme y haberme dejado matar no fue fácil... —Wiler se quedó en silencio—. Apreté la espada en mi mano en ese momento, no se cómo pude aguantarme y detenerme y no hacer nada...

«No me disculparé, Manly...»

Abrió los ojos de repente cuando a su mente llegaron unos confusos recuerdos.

«¡¡No puedes irte así, papá!!»

Manly suspiró y sonrió.

—Me gustaría verlos de nuevo...

...................

Contexto: está no será la última vez que sepan de Manly y Wiler >:)

Siguiente parte lo cambios y después el final, final 🤝

YohaLR

El Oscuro Brillo de la Luna. [TRILOGÍA DE ÁNGELES Y DEMONIOS] IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora