El Oscuro Brillo de la Luna. [TRILOGÍA DE ÁNGELES Y DEMONIOS] II

Capítulo 6: Juramento.

Heni no logró conseguir ningún rastro del olor que tenía navegando por su nariz.

No había nada...

En medio de todo su pánico llamó a su hermano mayor para pedirle ayuda.

Rest se asustó bastante cuando llegó ese desesperado llamado de su hermano, y se quedó bastante distraído buscando la manera de decirle al príncipe que necesitaba ir.

Rest miró a Mikan, su mirada siempre estaba tranquila, el próximo rey siempre le pareció relajado, detrás de él iba Chase y sobre la espalda del hermano mayor estaba un pequeño Grayson que lo miraba con evidente desconfianza pero estar junto a su hermano mayor y su padre le daba un poco de seguridad. Respiró profundamente atrayendo la atención de los tres.

—Señor... Necesito pedirle un favor...

—Dime. —esos ojos dorados lo intimidaron y suspiró, iba a hablar pero sintió los ojos Grayson sobre él y algo recorrió su mente—. Grayson... Es de mala educación mirar en la mente de las personas sin su consentimiento. —Grayson asintió y se refugió entre las alas de su hermano.

—Mi hermano menor necesita mi ayuda, me está llamando...

Mikan bajó la mirada y asintió.

—No tardes mucho, mi padre podría molestarse.

—Si señor...

...

Rest salió disparado por una ventana cruzando el portal llegando a la cima de un edificio donde consiguió a Heni llorando desesperado.

—Heni... Pequeño, ¿Que sucede?

—¡No puedo conseguirlo! ¡El príncipe se molestará conmigo si no lo encuentro!

—¿Que pasa? —se agachó a su lado y colocó una mano en su hombro—. ¿Que es lo que el príncipe te pidió buscar?

—Tenía que conseguir a alguien y no puedo...

Rest logró percibir ese extraño aroma que salía de su hermano y si bien era cierto que no había ningún rastro a kilómetros, identificó unas pequeñas migas de tierra que tenían esporas de olor...

Muy cerca del portal de los ángeles.

—Está en el portal blanco, sabes que no debes acercarte.

...

Cuando Heni llegó no pudo evitar ocultar su nerviosismo, Gratt que estaba bastante concentrado en sus anotaciones del día detuvo el curso de su lápiz para voltear a mirarlo con evidente intriga.

—No está en el mundo humano, ya lo busque y todo su rastro termina en el portal blanco.

—Mierda... —soltó con un suspiro. Estaba bastante agotado como para pensar en algo más, pasó sus manos por su cabello—. Déjalo así, ya veremos qué hacer.