Capítulo 63: Equilibrio.

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Luego de la coronación los caminos de todos se dividió, cada uno se concentró en su zona principal y lograban reunirse a comer en el palacio

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Luego de la coronación los caminos de todos se dividió, cada uno se concentró en su zona principal y lograban reunirse a comer en el palacio.

Ese día resultó ser más desesperante de lo habitual. Mikael parpadeó varias veces y bostezó, cerró los ojos viendo a Cesil y Mikanel.

—¿No tienen nada más interesante que hacer?

«Tu no deberías estar mirándonos.» le dijo Cesil, Mikanel soltó una risita y carraspeó.

«Vivimos en su mente, Cesil. No puede dejar de mirarnos.»

—¿Si tanto se aman porque no le dicen a Gratt que ponga el espíritu de Cesil en un cuerpo?

El silencio se hizo presente en su fortaleza y en la realidad.

Mikael movió sus ojos por el escritorio hasta el reloj de la pared viendo los segundos pasar, sus alas temblaron cuando la puerta principal del palacio fue abierta y sintió la energía de Luny moverse por el recibidor y fue directamente hacia Garrett, uno de los hijos de los Althes, de nuevo iba a curarse antes de venir a verlo. Se desesperaba, quería leer su mente pero había prometido no hacerlo.

Risha llegó por su espalda y lo abrazó. Mikanel en su mente suspiró con asco.

—No me vayas a pedir que me calme. —esas palabras rasparon su garganta debido a la furia que tenía en su interior.

—Vale. —dijo Risha junto con una risita.

—Risha... ¿Tu sabes algo de esto? —le preguntó realmente desesperado.

—No... —le respondió dándole la vuelta a la silla en dónde estaba sentado Mikael y lo miró—. Luny no me dice nada de lo que le pasa, tiene más confianza contigo, supongo... —Mikael soltó una risita.

...

Mikael espero a que el sol se ocultara y vió como Luny se escabullía de su habitación y salía del palacio yendo hacia el portal, Mikael cruzó el portal después que él y se lo consiguió mirando la luna, pasaron horas y no despegaba la mirada de esa brillante luna. Suspiró y caminó lentamente hasta quedar junto a él, lo miró de reojo y respiró profundamente.

—Necesitamos hablar, Luny. —le dijo seriamente—. Deja tu forma animal por favor. —soltó junto con un suspiro, Luny a pesar de que no quería debido al miedo le obedeció y se sentó en el suelo sin quitarle los ojos a la brillante luna que estaba encima de ellos—. ¿Que te ha estado pasando, Luny?

—Nada. —le respondió.

—Hoy llegaste con un brazo roto, la semana pasada llegaste con varias heridas y eso se ha venido repitiendo en los últimos meses —hizo una pausa cuando ya se notaba en el tono de su voz que estaba molesto— ¿Que está pasando? —volvió a preguntar ya con su paciencia llegando a su fin.

—Papá... —jadeó al borde del llanto.

—Sino me dices lo averiguaré yo mismo. ¿Quien te ha estado lastimando tanto, Luny? —él por su parte no quería responder, no le gustaban los problemas pero sabía que seguir ocultando eso de su padre era peor.

El Oscuro Brillo de la Luna. [TRILOGÍA DE ÁNGELES Y DEMONIOS] IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora