El primer golpe llegó del sur y del oeste. Sintió doler su corazón cuando reconoció enseguida que ese había sido el ataque que Dometeo había usado contra Goy...
Arremetió una contra completa con toda su energía haciendo que la expansión de Dometeo se frenará en seco y se devolviera con la misma velocidad que venía junto con la bola de fuego que le había mandado detrás. Escuchó desde su posición el reclamo de Dometeo, le había hecho daño.
Sonrió al sentir toda esa infinidad de poder. Para mantener el control con todo ese poder se debía tener una mente fuerte y brillante, comenzó a reír desesperado.
—¡Mi señor era increíble! —gritó extasiado—. ¡Con tanto poder y él solo se mostraba siempre con una sonrisa! —ladeó sus ojos cuando sintió el segundo ataque—. Permítame ser digno de usar todo su poder, mi hermoso señor...
Norte y este. Dometeo se estaba moviendo de lugar muy rápido, y sus ataques se estaban volviendo más agresivos. Ahora solo ganaría el más fuerte. Debía impedir que Dometeo atravesará la protección del bosque. Levantó los brazos para crear una nueva trayectoria con su energía, sobre sus brazos se pintó una energía nueva de azul opaco.
Su señor lo había escuchado.
«Eres digno, Megoro.»
Esa voz retumbó en su cabeza haciéndolo sonreír. Arremetió con rudeza contra el ataque sintiendo en su pecho como ese había herido a Dometeo, sonrió.
Estaba consiguiendo hacer algo.
...
Los niños adentro de un mismo caparazón seguían abrazados y escuchando todo el desastre de afuera, el caparazón temblaba por todo el movimiento del bosque al recibir constantemente esos ataques. Galek bastante nervioso tomó las manos de Kilan.
—Hoy... era el cumpleaños de Goy... —susurró Kilan—. Catorce de noviembre... Justo antes de invierno.
—Si. Él ahora está tranquilo. Debe estar hablando con Gurui... —sus ojos sin quererlo se llenaron de lágrimas—. Bebiendo té. —Kilan sonrió.
—A Goy le gustaba el té con mucha azúcar...
Kilan se recostó en su pecho dejando salir un suspiro y Galek le acarició el cabello abrazándolo con fuerza cuando el caparazón volvió a temblar.
—Espero que Megoro este bien...
—Lo estará... Él es fuerte...
...
Megoro escupió sangre y con todo el cuerpo temblando apenas logró enviar un último golpe que al parecer ni siquiera tocó a Dometeo, y en un parpadeo ya estaba frente a él. Cayó al suelo cuando sus piernas ya no resistieron. Sus ataques se volvían cada vez más débiles mientras que lo de Dometeo era cada vez más fuertes.
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El Oscuro Brillo de la Luna. [TRILOGÍA DE ÁNGELES Y DEMONIOS] II
Fantasy"Lentamente... Intensamente..." Todas esas emociones desconocidas llegan juntas de golpe a un mismo cuerpo deteniendolo de cualquier tipo de movimiento... "Sangrientamente... Interminablemente..." ¿De eso se trataba la vida? ¿De forma constante se s...