Capítulo 26: Divino.

22 4 10
                                    

Main, un guardián de pasados los ochocientos años, se encontraba ahora caminando en dirección al bosque

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Main, un guardián de pasados los ochocientos años, se encontraba ahora caminando en dirección al bosque.

La noticia de que se convertiría en el guardián del segundo príncipe fue una sorpresa bastante considerada para él. Era antiguamente el guardián de un miembro alto de la región de Trost, solo estaba siendo usado como secretario personal a pesar de ser considerado por el instructor de los guardianes como uno con bastante potencial que no debía desperdiciarse, siendo eso lo que hacían con él, pero eso por fin cambiaría, o eso quería imaginarse, prefería una vida de lucha a estar siendo un esclavo personal de un imbécil imprudente que lo único que hacía era besarle los pies al rey.

Ahora solo le causaba gracia que haría ese idiota sin él, hacia todo su trabajo, y si no le otorgaban un guardián como él o mejor... Estaría muerto en un par de días.

Se detuvo al inicio del bosque. Algo que le habían dicho era que ni se le ocurrieran entrar en el bosque sin antes pedir permiso. El bosque era un laberinto despiadado, se sabía que desde la llegada de Gratt a ese puesto el bosque había bajado dos rayitas a su agresividad pero igualmente era considerado sumamente peligroso.

...

Gratt adentro del bosque estaba sentado en el suelo a punto de dormirse cuando una rama se enrolló en su brazo espantandoló. Rubí le quería pasar información. Le mostró un guardián afuera del bosque esperando.

—¿Que quieres?

—Soy su nuevo guardián, el rey me dijo que viniera...

—No pedí un nuevo guardián.

—El rey me asignó a usted y bajó de su cargo a Heni.

—¿Cómo dices?

—Heni fue mandado de vuelta a los campos a petición del rey, señor. Yo seré su guardián desde ahora.

—Vale. —ni siquiera se quedó para mirar como Rubí lo traía al interior del bosque. El guardián cayó frente a él golpeando su cabeza con el suelo, mareado y desorientado tuvo que parpadear varias veces para volver a acostumbrarse al entorno al que había sido abruptamente arrastrado—. Bienvenido al bosque.

—Si, gracias señor.

—Debes tener cuidado cuando quieras camines por aquí. Si el camino no se abre será mejor que no intentes ir o algo, o sino vas a perderte.

—¿Debo hacer algo señor?

—Por los momentos no. Estoy descansado y me estoy recuperando. Puedes dormir en la habitación del fondo.

—¿Tiene alguna regla? —Gratt bajó la mirada a sus manos y suspiró.

—No lastimes a mis árboles. Y no tienes permitido entrar a mi habitación... —dichas esas palabras levantó la mirada hacia el guardián.

Gratt sintió su respiración cortarse en el momento que lo miró. Su rostro era muy delicado, tenía facciones estilizadas, su cabello era una combinación de blanco y gris que combinaban completamente con sus ojos grises y sus cuernos blancos brillantes. El guardián tembló en su lugar, suspiró y se arrastró lentamente hacia él dejando la cabeza apoyada en la pierna de Gratt.

El Oscuro Brillo de la Luna. [TRILOGÍA DE ÁNGELES Y DEMONIOS] IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora