...
Goy busco en su fortaleza hasta conseguir el alma que buscaba, aún con la mano en su corazón hizo fuerza y arrancó el alma de Nino dando paso a esa nueva para que se apoderara de su cuerpo. Destrozo el alma de Nino y la desechó. Liberó ese cuerpo de las ramas y cayó al suelo sin moverse. El alma necesitaba despertar. Curó todas sus heridas y esperó. El cuerpo tuvo un leve espasmo, se enderezó lentamente en el suelo y miró a su alrededor, de repente miró a Goy y sonrió, comenzó a reír frenéticamente y se arrodilló frente a él.
—Mi amado señor del bosque. —bajó su cabeza hasta el suelo.
—Bienvenido de vuelta... —levantó su barbilla y él lo miró con los ojos llenos de lágrimas pero igualmente sonriendo—. Mi Megoro... Mi mayor fiel.
—Encantado de verlo, mi señor del bosque.
...
Gratt suspiró. Mientras se iba deshaciendo de todos los restos de cuerpo veía a ese chico arrodillado frente a él, quería negarlo pero podía ver la cadena negra espiritual que estaba puesta en su cuello, la cadena se enrollaba unas tres veces en su cuello y el inicio iba a su mano. No era la misma sensación, el alma de la persona que tenía enfrente no era la misma que la del chico. Goy siempre hacia desastres.
¡¡Y ahora estaba tranquilamente dormido!!
Levantó la mirada.
—¿Cómo te llamas?
—Me llamo Megoro, mi señor...
—¿Y quién eres?
—Soy su mayor fiel... Todo lo que me pida lo haré, mi señor...
Gratt no entendía.
Abrió los ojos espantando cuando Goy fue llenando su mente con millones de recuerdos antiguos, muy antiguos. Agarró su cabello cuando empezó a dolerle la cabeza. El plan de Goy era muy violento, no se medía para nada.
—¿Alguna idea de para que Goy te trajo?
—Mi amado señor del bosque solo me trae cuando soy necesario. Tengo catorce porciento de su poder —le dijo, Gratt frunció el seño, eso era demasiado—, tengo un poder de regeneración de primera generación, tengo su velocidad y mi nivel de velocidad y fuerza está en el número noventa y dos.
Gratt se quedó en blanco. Sin avisar hizo crecer unas ramas que las dirigió hacia él. Se quedó con la boca abierta cuando esas ramas se detuvieron, su objetivo se había movido de la trayectoria establecida.
—¿De dónde saliste? —le preguntó mirando a su lado. Se había puesto en su hombro, ni siquiera lo sentía, no era un guardián pero podía modificar el peso de su cuerpo.
—Soy de la época de los espíritus. Conocí el cuerpo original de mi preciado señor del bosque. —Gratt no podía pensar claramente, era demasiado.
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El Oscuro Brillo de la Luna. [TRILOGÍA DE ÁNGELES Y DEMONIOS] II
Fantasía"Lentamente... Intensamente..." Todas esas emociones desconocidas llegan juntas de golpe a un mismo cuerpo deteniendolo de cualquier tipo de movimiento... "Sangrientamente... Interminablemente..." ¿De eso se trataba la vida? ¿De forma constante se s...