Extra 1: Si.

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«La historia de Mikael resulta ser la más confusa de todas.

Un pequeño ser que había nacido de la unión de un demonio recesivo y ángel dominante, de esa combinación, para contradicción de toda lógica, nació un demonio dominante completo.

Luego de varios años el alma del ángel se integró al cuerpo de Mikael siendo bien recibido por Mikanel, que después de poco tiempo el alma del demonio se enamoró perdidamente del alma del ángel, convirtiéndose en uno solo, Cesil desde las palabras de Mikanel había llegado para convertirse en el amor de toda su vida.

Cesil también amaba a Mikael, lo cuidaba y siempre lo defendía y potenciaba sus ataques que iban dirigidos a los angeles, la energía que cubría sus puños al golpear iban cargados de energía oscura y un veneno blanco que hacía que se deteriorara el cuerpo del que recibía el golpe. Y modificó sus ojos para que tuviera un mejor alcance y detección de ángeles.

El amor que sentía por Mikael era distinto, era un amor protector, le daba consejos y a veces le hablaba. Cesil se encargaba de modificar sus sueños y darle el más dulce sueño cada día.

Inevitablemente Cesil terminaría por caer perdidamente enamorado de Mikanel, estar día y noche con él en su fortaleza quizás ayudó a que ese amor fuera creciendo muy lentamente en ellos.

Mikanel, un espíritu tranquilo pero provocable junto con Cesil, un espíritu explosivo pero calmado. Sus primeros días de convivencia ciertamente habían sido un desastre intentando matarse entre ellos sin éxito.

La fortaleza impedía la agresión.

Cuando lograron tener una convivencia aceptable, Mikanel tuvo su maduración física adquiriendo esa nueva fuerza, al no tener a su mentor, Goy, Cesil lo ayudó en un principio a conocer su poder, iniciando inconscientemente esa chispa de atención en Mikanel.

Los amaba y haría lo que fuera por ellos, había dicho Cesil en múltiples ocasiones.

...

Ambos miraban fijamente ese cuerpo en el suelo. Mikanel suspiró.

No recordaba la primera vez que había sentido amor por Cesil, simplemente pasó y no supo como detener ese sentimiento en aumento constante. Ya cuando se hizo lo suficientemente visible como para no poder ocultarlo solo lo dejó ser. Cesil poco tiempo después comenzó a notar esas ciertas actitudes de Mikanel que fueron despertando ahora en él sentimientos en primera confusos.

El destino tenía sus jugadas, Darling debía conocer a Mikan, el espíritu que albergaba el ángel era su lazo... La muerte de Darling era la incógnita que nunca logró diferenciar de la fantasía de su mente. Le atormentaba creer que en algún momento futuro hubiera podido crecer sin Cesil.

El dolor que se instalaba en su pecho de solo imaginar su vida sin Cesil... Era horrible.

Cesil de enamoró de Mikanel en medio de la guerra, fue conciente de lo que sentía cuando Mikanel le preguntó si estaba bien ir hacia el desastre, y Cesil confiando en ambos le respondió sin dudar un rotundo "si". Jamás olvidaría el estúpido brillo en los ojos de Mikanel al pronunciar ese "si".

Los ojos de Mikanel le preguntaron, "¿Confías en mí?" Y Cesil dando ese "si" solo hizo que el demonio se agitara.

La sonrisa tímida de Mikanel al obtener ese "si" también lo hizo sonreír.

Ambos querían convencerse de que no estaba bien, pero en el momento que se habían sentado a hablar acerca de la situación, ambos había terminado llorando. Y ambos con lágrimas en los ojos lograron leer entre líneas, no era cariño, era amor.

El Oscuro Brillo de la Luna. [TRILOGÍA DE ÁNGELES Y DEMONIOS] IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora