(Belinda)
Esté chico a sido bueno conmigo, Elizabeth vómito su auto que no tenía ni quince días de haberlo comprado, nos saco de la fiesta con cuidado y protección, me cuido, nos cuido a todas, pero sobretodo veo que más me cuida es a mi, y me encanta cuando me toma por la cintura, ahorita aún seguimos en el camino directo a el instituto, la verdad apesar del olor del vómito, el auto conserva su aroma y es tan rico me encanta, lo volteo a ver y se ve tan, perfecto, demandante, sexy, cómo todo un hombre, y sin olvidar que en algunos momentos me pegó tanto a su cuerpo que pude sentir su gran bulto, gran, pero gran bulto, la verdad me sonroje también por eso y creo que lo noto, su voz me saca de mis pensamientos.
— Creo que tendré que limpiar mi auto — dice sonriendo con su sonrisa tan perfecta y con un poco de broma.
Recuerdo lo que hizo Elizabeth y me siento algo apenada, por lo que me sonrojo y el lo noto, tanto que se rió con su voz sexy y ronca.
— Lo siento, discúlpame de verdad, pero en serio si quieres yo lo limpio y lo dejo totalmente limpio — le digo insistiendole.
— No te preocupes pequeña, en serio, no es nada, es un simple auto ya déjalo así, y no vuelvas a decir que lo vas a limpiar — dice con voz firme, autoritaria, juguetona y sería.
¿Cómo este hombre podía tener varios tonos de voz en una sola oración?
En serio este hombre podía ser tan perfecto, no dije nada y solo hice una pequeña risita a la cual el logro escuchar. Y pasaron los minutos, veo mi reloj ¡rayos! Son las 5:10 a.m es ¿en serio? Con razón tengo sueño, al ver la hora abro los ojos como platos.
— ¿Que pasa pequeña? — la voz de aquel chico que me dice pequeña me saco de nuevo de mis pensamientos.
— Nada malo, solo que son las 5:10 de ¡la mañana! Con razón tengo sueño — le termino por decir acomodándome mejor en el sillón del auto.
— Vale está bien ¿y eso qué? — me pregunta con algo de burla en su voz.
Me quedo callada y no digo nada, no me gustó cómo me respondió, al parecer el lo noto.
— Pequeña, si tienes sueño duerme en el sillón, yo te despierto cuando lleguemos — me dice con voz masculina y ronca, ¡por dios como me encanta su voz!
— No gracias, ya estamos a punto de llegar y...— que mierda recordé que me dijieron después de las 12 a.m no vuelven a pasar hasta las 9:00 a.m — ¿Cómo se supone que vamos a pasar al instituto? Si lo cierran a las 12 a.m ¡y lo abren a las 9 a.m! — le digo con un poco de temor.
— No te preocupes pequeña, yo se cómo vamos a pasar, primero llevaré a tus amigas hasta cierto punto, y después a tí — me dice relajado, por lo que esa repusesta también me relaja a mi.
Paso como media hora más y llegamos al instituto, y como lo dijo el sabía cómo pasar, y también como había dicho que iba pasar primero a mis amigas y después a mí, lo hizo asi, por los momentos solo falta Ámbar por llevarla y ahí viene, la carga en sus brazos, por lo ebria que está no creo que pueda caminar y se la lleva cargando hasta desaparecer por el pasillo, unos 20 minutos después el llega a dónde estoy yo y se posa frente a mí, sin darme cuenta estamos más cerca de lo que debemos estar, tanto mi respiración como la suya se empiezan a agitar sin hacer absolutamente nada, solo con vernos fijamente, estando solo nosotros dos y ya, unos minutos más duramos así, hasta que apartó la mirada.
— Gracias por ayudarnos en todo — le digo viendolo a los ojos.
— Agradeceme cuando ya estés adentro. Ven vamos ahora me toca pasarte a tí — me dice agarrándome de la mano y guiandome por dónde se llevó a mis amigas.
ESTÁS LEYENDO
La Magia de la Mafia © [La Mujer del Mafioso]
Random¿Dónde comienza la magia de las cosas? No lo sabes, pero sabes que en todo hay una pizca de ella, y cuando comience te darás cuenta que será la magia de la mafia. ¿Creerías que toda tu vida cambiaría solo por un viaje? Yo sí, y la mía fue así. Soy...