(Belinda)
Me remuevo un poco para acomodarme mejor sobre unos grandes y fuertes brazos firmes, que me sostienen cómo si fuera su mayor tesoro, pero me dan seguridad, tranquilidad, me brindan calor, me dan felicidad y me hacen sentir única, abro los ojos de espacio y veo a un Áaron muy dormido y tranquilo, también se logra ver algo gustoso de estar así, veo la hora en reloj y son las 6:18 a.m, con razón aún tengo sueño, vuelvo a acomodarme mejor sobre esos brazos que me dan calor y seguridad, para seguir durmiendo, dormir junto a Áaron me gusto mucho, el es cálido y cariñoso, aparte que también la canción que me tararea antes de dormir es tan hermosa y perfecta, que me encanta mucho, vuelvo a cerrar los ojos de espacio y la tranquilidad que hay por todo el lugar es tan perfecto y único, poco a poco con la mayor comodidad me voy quedando dormida, hasta por fin ceder y caer en la oscuridad que pronto sería un sueño, espero y sea lindo...
Vuelvo a abrir los ojos despacio y siento que han pasado varias horas, me acomodo mejor en esos brazos y pecho que me dan calor, subo mi cabeza para encontrarme con la mirada de Aarón.
— Buenos días mi pequeña, ¿Cómo amaneciste? — pregunta con un tono dulce y algo consentidor.
— Buenos días Aarón, súper bien ¿y tú?, Gracias por tararearme esa linda canción otra vez, y también por quedarte a dormir, tu cuerpo me hizo dormir muy bien, gracias — le digo con una sonrisa, y se que por lo que dije estoy sonrojada.
— Me alegro mucho pequeña, yo súper bien, cómo no voy a estarlo si dormí con mi pequeña, y pase toda la noche contigo y aún mejor, me despierto y te veo dormír y cuando te despiertas me dices que te gusto dormir conmigo — me dice Aarón a lo que yo me vuelvo a sonrojar por todo lo que dijo.
— M-me alegro mucho Aarón, ¿Hace cuánto estás despierto? — le digo cambiando el tema, porque se que si seguimos hablando de eso voy a acabar como un tomate.
— Una o dos horas, la verdad no le preste mucha atención a la hora — me termina por decir restándole importancia.
— ¿Y qué hora es? — le pregunto con las mejillas rojizas.
— Son como las 11 a.m.
— ¿Y todas estas horas que has hecho? — pregunto pensando cuál es la respuesta.
— Verte dormir, eres tan perfecta y tierna despierta, y durmiendo lo eres aún más — me dice y mis mejillas se sonrojan otra vez, parezco un atardecer cambiando de colores.
Me quedo callada y el sonríe, joder eso volvió a mandar una señal a mi entrepierna, por instinto las intento cerrar, pero no recordaba que una pierna mía estaba encima de el, y al hacer el movimiento el lo nota, y ahora sí estoy roja, vuelve a reír y yo vuelvo a intentar cerrarlas.
— Voy a buscar algo para que desayunes, ya regreso pequeña — dice Aarón parándose de la cama dándome un beso en la frente y yéndose a la puerta, al abrirla este desaparece después de pasar por ella.
Me tiró sobre la cama e inconscientemente sonrió embobada por su forma tan única y especial de ser, Aarón es, Aarón es súper guapo y perfecto, salgo de mis pensamientos y me levanto de la cama, veo las demás camas a ver si alguien me vio como me sentí por Áaron, si alguien lo había visto realmente iba a estar avergonzada, gracias a Dios no hay nadie, pero... ¿Y las chicas? Al parecer no han llegado, pero ya son las 11 a.m!
Voy al baño y me cepillo, duró unos 10 minutos, salgo del baño y justo cuando estoy en un campo visible logro ver a Sop entrando, pero Sop está sola y no está Am.— Sop — llamo su atención llendo a dónde está — ¿Y Am?.
— Beli mi beli ¿como estás? ¿y Aarón ya se fue?, y Am está afuera con el amiguito de Aarón esas miradas de ayer no eran normales y si preguntas, la fiesta estuvo demás de buena y créeme goce muy bien — dice Sop pasando y acostándose en su cama, tirando los tacones por algún lado y lo suficiente ebria, bueno por lo menos Am está afuera.
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La Magia de la Mafia © [La Mujer del Mafioso]
Random¿Dónde comienza la magia de las cosas? No lo sabes, pero sabes que en todo hay una pizca de ella, y cuando comience te darás cuenta que será la magia de la mafia. ¿Creerías que toda tu vida cambiaría solo por un viaje? Yo sí, y la mía fue así. Soy...