43:"Yo no quise pequeña ángel"

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(Damián)

Son las 4:20 p.m, hoy fue feriado así que estoy listo para ir a buscar a mi pequeña ángel para poder celebrar nuestro día, le preparé una sorpresa, que casi no soy bueno en eso pero ya está lista. Mejor voy en camino antes de que mi pequeña ángel se deprima, porque hay cosas que no soporto y es verla triste a ella. Escucho unos toques en la puerta de mi habitación, y voy a abrirla la verdad no tengo mucho tiempo para quedarme a conversar:

— Adelante — digo con un tono de voz demandante y masculino.

— Damián... Oh, ya estas listo para ir — me dice la voz de Katia.

— ¿A dónde? — le digo con incredulidad y sin saber nada.

— Damián. No recuerdas que hoy es la gala, y tenemos que ir en pareja.

¡Joder! Solo a mi me pasan estas cosas.

No. Tengo una cita con mi pequeña ángel y la tengo que ir a ver. O decirle.

— ¿Damián? ¿Estás en otro mundo? — me dice Katia.

— Sí, solo déjame voy a hacer al...— no pude terminar de pronunciar palabra.

— Damián esto es para mí — suena como una pregunta, pero es una afirmación para ella — Que hermoso gracias.

Carajo eso era para mí pequeña ángel.

— Sí, es para ti — le digo resignado, si le digo que es para alguien más, buscará a mi pequeña y no lo quiero.

— Gracias papi, piensas en todo. Te amo — me dice mientras me abraza — Pero, tu no me dices pequeña ángel, y mi color favorito es el rojo no el morado. Pero igual me encanta, gracias.

— Sí, vámonos se está haciendo tarde — le digo mientras la agarro por la cintura y salimos de la habitación.

Empezamos a caminar hasta llegar a la puerta del instituto, pero, para llegar ahí hay que pasar por las habitaciones de mi pequeña ángel, el cual se que ella me está esperando. Veo la puerta de su habitación y sigo de largo. Se que le voy a deber una gran explicación a mi pequeña ángel. Llegamos a la entrada del instituto y ahí estaba mi auto, aquí todos me tienen un sumo respeto y tengo todas las ventajas que desearía alguien llegar tener. Me subo en el auto ya después que Katia está adentro, y lo coloco en marcha. Las luces de la ciudad se ven totalmente hermosas que combinan perfectamente con el atardecer y más aún cuando ya casi es vacaciones, falta un mes y una semana. El camino se ve muy hermoso, pero en mi mente lo único que está rodeándola es mi pequeña ángel y el echo de que la he dejado plantada. No he ido a buscarla y celebrar, ya son las 5:00 p.m de la tarde y mi pensamiento en ella no se va de mi cabeza. Voy a hacer todo lo posible para que todo termine lo antes posible y así pueda por lo menos explicarle a mi pequeña ángel.

La reunión es a las 5:30 y ya hemos llegado, un trabajador de la gala toma la llave de mi auto y se va a guardarlo. Tomo a Katia por la cintura y camino con ella hacia la entrada, más de una persona están llegando, esto es el pequeño truco. Pueden llegar mil personas, pero solo el ¼ porciento de ellas son las que verdaderamente son importantes, que son los ejecutivos y personas de negocios, de nuestro negocio. Lo otros también lo son, pero no de un estatus tan alto. Llegamos a la sala principal, Katia aún sigue a mi lado mientras avanzamos por el lugar. Con un asentimiento de cabeza voy saludando a todos los presentes, hasta que con la mirada logro llegar a dónde se encuentra mi padre. Emprendo mi camino hacia donde el está.

— Hola buenas tardes — saludo a quienes se encuentran con el — Padre  — lo saludo.

— Hijo, Katia — dice junto a un asentimiento de cabeza.

La Magia de la Mafia © [La Mujer del Mafioso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora