70:"Más problemas"

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(Belinda)

Después de lo sucedido, ahora sabemos que para este viernes iremos de nuevo al encuentro, y para mí desgracia parece que los días pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Hoy es viernes.

— Hola pequeña ángel, ¿qué haces? — pregunta Damián entrando a la habitación.

— Estoy alistándome para acompañar a Ámbar — respondo con la mirada fija en mis manos.

— ¿Y no fuiste hace unos días? — inquiere curioso.

— Sí, pero al final no pudimos hacer nada. Así que nos dejaron la cita para hoy, e iremos hoy — digo volteándome a verlo y no me gusta.

Su expresión es de confusión y desconfianza, no cree en nada de lo que digo y eso es peligroso.

— ¿Por qué no lo atendieron aquel día? — cuestiona.

— Llegamos muy tarde — respondo rápido.

— ¿Y a esa hora no era su cita?

— Creíamos que si, pero al parecer ámbar se equivocó — explico pero su aura de desconfianza está intacta.

— ¿No habían confirmado su atendimiento antes? — pregunta más desconfiado.

— No lo sé. Ella está bastante nerviosa por no saber si está o no está embarazada, no creo que sea bueno estar embarazada a esta edad, y... — me comienzo a poner nerviosa de imaginar.

— ¿Que pasa pequeña ángel? — dice acercándose a mi.

— Si tú y yo tendríamos, in-intimidad. ¿Puede.. puede ser probable que yo...? — intento decir.

— No te preocupes pequeña ángel, si tú y yo tenemos intimidad. Yo te cuídare en ese y los demás aspectos, no dejaré que te pase nada — dice abrazándome.

— Sí...

— No eres tú pequeña ángel y ya estás nerviosa — bromea Damián.

— Si, me imagino lo asustada que debe estar — opino pensando en ello.

— Sí. Ya no te preocupes, todo saldrá bien. Mejor vamos a que comas algo, un jugo natural y galletas — dice tomándome de la mano.

— Si, que sea de piña, o naranja, o pera. ¡O un batido de fresa! — me entusiasmo.

— Lo que quieras cariño — dice riendo por mi entusiasmo.

Terminamos por ir a la cocina y comer un poco, hablamos sobre algunas u otras cosas. Ya por lo menos Damián no estaba muy al pendiente o desconfiado de a dónde voy a ir.

— Beli ya tenemos que ir a... — se calla al ver a Damián.

— Si, ya voy — le digo — Adiós Damián, regreso en unas horas — digo besando sus labios.

El coloca su mano en mi espalda baja y me pega más a él, profundiza el beso colocando su otra mano en mi nuca. Después de unos minutos nos separamos por falta de aire y nos miramos fijamente a los ojos, sus ojos parecen buscar algo en los míos con determinación, acaricia mi rostro de forma suave y me abraza, vuelve a ver mis ojos y su expresión cambia a una que no se cómo explicarla, y tampoco me da tiempo solo dura segundos.

— Bien pequeña ángel, nos vemos más tarde — deja un leve beso en mis labios.

— Si — digo un poco confusa.

Siento como si le fuese dicho algo.

Ámbar y yo terminamos por ir a la sala y que Jack sea el primero en salir, el sale y cuando vamos nosotras por salir Damián pasa detrás de mi en dirección a su oficina. Lo volteo a ver y su porte es rígido y furioso.

La Magia de la Mafia © [La Mujer del Mafioso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora