(Belinda)
Después de lo sucedido, ahora sabemos que para este viernes iremos de nuevo al encuentro, y para mí desgracia parece que los días pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Hoy es viernes.
— Hola pequeña ángel, ¿qué haces? — pregunta Damián entrando a la habitación.
— Estoy alistándome para acompañar a Ámbar — respondo con la mirada fija en mis manos.
— ¿Y no fuiste hace unos días? — inquiere curioso.
— Sí, pero al final no pudimos hacer nada. Así que nos dejaron la cita para hoy, e iremos hoy — digo volteándome a verlo y no me gusta.
Su expresión es de confusión y desconfianza, no cree en nada de lo que digo y eso es peligroso.
— ¿Por qué no lo atendieron aquel día? — cuestiona.
— Llegamos muy tarde — respondo rápido.
— ¿Y a esa hora no era su cita?
— Creíamos que si, pero al parecer ámbar se equivocó — explico pero su aura de desconfianza está intacta.
— ¿No habían confirmado su atendimiento antes? — pregunta más desconfiado.
— No lo sé. Ella está bastante nerviosa por no saber si está o no está embarazada, no creo que sea bueno estar embarazada a esta edad, y... — me comienzo a poner nerviosa de imaginar.
— ¿Que pasa pequeña ángel? — dice acercándose a mi.
— Si tú y yo tendríamos, in-intimidad. ¿Puede.. puede ser probable que yo...? — intento decir.
— No te preocupes pequeña ángel, si tú y yo tenemos intimidad. Yo te cuídare en ese y los demás aspectos, no dejaré que te pase nada — dice abrazándome.
— Sí...
— No eres tú pequeña ángel y ya estás nerviosa — bromea Damián.
— Si, me imagino lo asustada que debe estar — opino pensando en ello.
— Sí. Ya no te preocupes, todo saldrá bien. Mejor vamos a que comas algo, un jugo natural y galletas — dice tomándome de la mano.
— Si, que sea de piña, o naranja, o pera. ¡O un batido de fresa! — me entusiasmo.
— Lo que quieras cariño — dice riendo por mi entusiasmo.
Terminamos por ir a la cocina y comer un poco, hablamos sobre algunas u otras cosas. Ya por lo menos Damián no estaba muy al pendiente o desconfiado de a dónde voy a ir.
— Beli ya tenemos que ir a... — se calla al ver a Damián.
— Si, ya voy — le digo — Adiós Damián, regreso en unas horas — digo besando sus labios.
El coloca su mano en mi espalda baja y me pega más a él, profundiza el beso colocando su otra mano en mi nuca. Después de unos minutos nos separamos por falta de aire y nos miramos fijamente a los ojos, sus ojos parecen buscar algo en los míos con determinación, acaricia mi rostro de forma suave y me abraza, vuelve a ver mis ojos y su expresión cambia a una que no se cómo explicarla, y tampoco me da tiempo solo dura segundos.
— Bien pequeña ángel, nos vemos más tarde — deja un leve beso en mis labios.
— Si — digo un poco confusa.
Siento como si le fuese dicho algo.
Ámbar y yo terminamos por ir a la sala y que Jack sea el primero en salir, el sale y cuando vamos nosotras por salir Damián pasa detrás de mi en dirección a su oficina. Lo volteo a ver y su porte es rígido y furioso.
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La Magia de la Mafia © [La Mujer del Mafioso]
Random¿Dónde comienza la magia de las cosas? No lo sabes, pero sabes que en todo hay una pizca de ella, y cuando comience te darás cuenta que será la magia de la mafia. ¿Creerías que toda tu vida cambiaría solo por un viaje? Yo sí, y la mía fue así. Soy...