10:"El chico que me ayudó"

1.4K 99 6
                                    

(Desconocido)

La chica, esa chica, la chica a la cual me quedé viendo desde que llegué al lugar está en mis brazos, algo mareada por el idiota ebrio que se avalanzo sobre ella, la quedo viendo fijamente y se ve tan perfecta, tan delicada, tan tierna e indefensa, la tengo que cuidar y lo haré, la voy a proteger porque la quiero, la quiero para mi y solo para mí. Solo la escucho decir algo entre dientes como: "mis amigas" "mis amigas", solo eso es lo que dice, minutos después vuelve a la tierra y me ve con esos hermosos ojos color marrón oscuro, que lindos son.

— Ho-hola dis..disculpa, y gracias — me dice apenada y con timidez, se ve tan tierna con sus mejillas rojizas natural.

— Hola pequeña, no tienes por qué disculparte, yo quise ayudarte y lo hice — le digo viéndola fijamente a los ojos y a la vez a ese rosadito natural en sus labios.

No se porque la llamé "pequeña" pero no lo pude evitar, ella parece un pequeño ángel que en todo su diminutivo y lujurioso cuerpo; no hay pizca de maldad alguna.

Ella me queda viendo fijamente hasta que se da cuenta que la tengo cargada, se remueve un poco para que la suelte, y aunque no quiera soltarla la tengo que soltar, ella se terminó por bajar y quedar frente a mi, hay por dios, es más tierna ahora, es pequeña bueno no tanto, pero lo es, es tierna, tiene su rubor natural y es demás de hermosa, joder en serio la mejor chica que he visto.

— Gracias igual — me dice apenada y viéndome a los ojos, cuando de repente voltea hacia el ruido y vuelve a decir.

"Mis amigas" "¿Mis amigas donde están?".

La veo correr hacia donde está el principal desorden y yo obviamente la sigo, dije que la protegería y eso haré. Estamos en el medio de las personas mientras ella busca a sus amigas, alguien la jala por el brazo y la atrae a su cuerpo (es un chico de la universidad), mi rabia aumento al cien, ¡Yo soy el único que puede hacer eso! Rápidamente la arrebato de sus brazos y la coloco detrás de mi, lo empujó y con una sola mirada demuestro mi irá, mi enojo y las ganas de arrancarle la cabeza, el se va como el viento desapareciendo entre las personas con una cara pálida por mi mirada, volteo para encontrarme con mi chica y junto nuestras frentes.

— Disculpa, de verdad discúlpame, nadie volverá a tocarte te lo prometo, eres mía y solo mía. Tus pequeñas manos solo tendrán que luchar contra mi dureza — le digo juntando nuestras frentes con los ojos cerrados, mientras tengo una mano en su cintura y la otra en su rostro, ella parece verme extrañada y lo único que sale de su boca es:

— Gracias — me dice casi en un susurro, que estoy seguro que no fuera escuchado, pero por nuestras cercanías si lo escuché, de pronto se logra escuchar un grito de una chica y mi pequeña sale corriendo directo hacia donde fue el grito.

— Sophie — le llama a la chica que está siendo acorralada por dos hombres, y no es para nada bueno.

Me acerco a la chica, que por lo que escuche se llama Sophie, la quito de aquellos dos hombres que tiene encima de un solo golpe, y hago que se vaya con mi pequeña, cuando veo que los hombres no están dispuestos a pelear, voy hacia donde está mi pequeña y su amiga.

— ¿Sophie estás bien? ¿Dónde está Ambar y elizabeth? — le pregunta mi pequeña a su amiga.

— Están en el baño, fueron a retocarse antes de que comenzará todo esto — le dice Sophie a mi pequeña.

Mi pequeña me toma a mi y a su amiga ebria de la mano para guiarnos al baño, cuando llegamos ellas pasaron y yo me quedé afuera tristemente, minutos después ellas salen junto a dos chicas más por lo que pretendo son sus amigas, y todas están ebrias, menos mi pequeña, si mi pequeña fuera estado ebria de seguro ya estuviéramos en mi casa, pero no, no está ebria.

— Hay que salir de aquí — dice mi niña viendo hacía todos lados, yo la tomo de la cintura y la pego a mi, ella toma de la mano a sus amigas y yo las guíe por la salida trasera, por dónde yo entré.

Cuando salimos del lugar mi pequeña y sus amigas exalaron, yo aún la estoy agarrando por su cintura, ella al darse cuenta se separa de mi, y yo aún no puedo abogar nada.

— Gracias por ayudarnos y ayudarme, también gracias por sacarnos de ese lugar — me dice mi niña algo tímida y sonrojada.

— Ya te dije, no me tienes que agradecer nada, yo te voy a cuidar y proteger — le digo acercándome a ella y tomando su rostro con mis manos alzandolo y mirándolo con ternura y posesividad.

— Eh pero por qué me vas a cuidar y proteger si ni siquiera te conozco — me dice viendo con sus hermosos ojos marrones, a lo cual yo no puedo responder porque si lo hago, ella se va a alejar de mi y eso no quiero, tampoco como si se pudiera alejar de mi.

— Hay que irnos — digo viendo por dónde salimos — Las sirenas de los oficiales aún se escuchan y ellos siguen ahí arrestando a las personas — les digo y ella me presta suma atención, joder es que sería perfectamente mi sumisa.

— Bien.

— ¿A dónde te llevo?, eres del instituto ¿no? — le pregunto y ella asiente — Bien te llevaré allá entonces.

Ella voltea y ve a sus amigas.

— Las llevaré allá, subanse — les digo señalando mi auto.

Sus amigas se suben con mucha confianza y como no hacerlo están ebrias, ella se queda un momento de pie en su lugar, con su brazo tocando su codo de su brazo izquierdo, veo que no tiene intenciones de moverse y voy a dónde está ella y la tomo por la cintura llevándola al asiento del copiloto, le abro la puerta (ojala fueran sus piernas) y ella introduce al auto yo termino por cerrar la puerta y me voy a mi asiento para irnos de aquí y llevarlas al instituto, son casi 2 horas de viaje, por lo que tendré rato con ella en mi auto, y eso me fascina, ya han pasado como unos 35 minutos y unas de sus amigas empieza a decir que se siente mal, y está mareada, cuando mi pequeña me dice:

— Por favor puedes orillar el auto, es que mi amiga quizás vomité — me dice con su suave y pequeña mano sobre la mía, lo dice con un poco de timidez y vergüenza.

Cuando estoy apunto de orillar el auto escucho como su amiga empieza a vomitar dentro de mi auto lujoso que no tiene más de 15 días, mi pequeña se nota algo preocupada y apenada, termino de orillar el auto y me bajo, mi niña hace la misma acción que yo, pero ella baja a su amiga Elizabeth del vehículo para que termine de vomitar afuera, ya que las otras están dormidas. Cuando ya su amiga termina de vomitar, le pasó una botella de agua que tenía en mi auto, ella la agarra se la da para tomar y después la limpia. Eso si se llama ser una amiga, después la vuelve a llevar al auto y la acomoda, por último cierra la puerta y se acerca a mi con pena.

— Disculpa, de verdad discúlpame, si quieres cuando lleguemos al instituto te limpio el auto y aparte se ve que te costó mucho dinero — me dice avergonzada y con mucha pena, pero no deja de ser tierna, a la mierda mi auto, yo te quiero a ti, y el ver cómo te sientes por un simple auto me enfuereze y le alzó el rostro con mis manos.

— No te preocupes el auto no me interesa, me interesa tú, ¿estás bien? — le digo haciéndole una pregunta siendo totalmente sincero con ella, con mi pequeña.

— Pero tu auto se veía realmente costoso, bueno se ve, y si gracias, yo estoy muy bien ¿y tu? — responde  mi pregunta no podiendo ser más tierna.

— Yo estoy perfecto no te preocupes mi pequeña, si, eh la verdad no había llegado a quince días de haberlo comprado — le digo a mi pequeña a lo que ella se apena más por lo que dije — Pero no te preocupes no importa.

— Cómo no va a importar si no tenía ni un mes de comprarlo — me dice exagerando un poco y mordiéndose el labio, dios mío si sigue haciendo eso la voy a besar — No tengo como pagarte de verdad discúlpame — me dice con la mirada abajo, yo le alzó la cabeza y le beso la coronilla.

— No te preocupes ya no importa, y mejor vamos, ya son las 4 a.m y tienes que descansar — le digo y ella asiente, estamos un poquito alejados del auto, pero no tanto y en el pequeño camino mi brazo está rodeando su cintura hasta depositarla en el asiento del copiloto.

— Gracias — me dice cuando le abrochó el cinturón de seguridad, y se vio tan tierna y única, ella es perfecta.

Eso es lo último que me dice para volver a manejar e ir directo al instituto...

La Magia de la Mafia © [La Mujer del Mafioso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora