(Belinda)
Me removí cuidadosamente sobre los brazos de Damián y este me dió un poco de espacio para moverme con más facilidad, me acomode sobre su pecho y recordé que hoy era viernes y tendremos clases. Intenté levantarme pero este no me lo permitió, hago otro intento y escucho como ruge:
— Pequeña ángel quédate tranquila, tenemos que dormir — dice un Damián molesto por mi insistencia.
— Damián — posicionó mi mano sobre su mejilla y abre levemente los ojos — Hoy es viernes y aún tenemos clases, nos tenemos que alistar.
El parece importarle muy poco y termino debajo de el en un movimiento ágil, empiezo a tener hipo de la impresión y eso solo ocasiona que una sonrisa crucé sus labios.
— Pequeña ángel no importa, si quieres podemos quedarnos aquí. Yo soluciono lo demás — dice intentando besarme pero yo corro la cara.
— No Damián, este es mi primera semana en el instituto y la quiero aprovechar — digo suplicante y el rueda los ojos para levantarse y darme la mano.
— Bien pequeña ángel, en el armario está tu uniforme — dice y se va hacía la parte superior de su habitación.
¿Cómo colocaron el uniforme ahí?
¿Quien?
Me hacía tantas preguntas ya que había pasado estos dos días con Damián, por alguna extraña razón el no se quería separar de mi y siempre me mantenía a su lado. La verdad me sentí muy extrañada y supe que estaba enojado; pero también estaba dolido por un recuerdo. Cómo se que se trata de un recuerdo, ayer en la noche mientras dormía lo escuché que decía:
"Mamá no me dejes"
Después de allí se levantó y se fue a bañar, cuando regreso se acostó a mi lado y me pegó completamente a su cuerpo. Inundó su cabeza en mi cuello y de ahí no se despegó en toda la noche hasta que me desperté para ir al cuarto de baño y cuando regrese estaba asustado. Yo le expliqué que fuí al baño y el solo termino por rodearme con sus brazos, sentí a Damián extraño y realmente me causaba nostalgia verlo así, le preguntaría por su mamá, pero más adelante.
Termine por ir al cuarto de baño y asearme, por suerte Damián tenía unas de mis cremas aquí en su habitación; dijo que las compro cuando también los hizo con las de la mansión, quería tener cosas mías en su habitación.
Termine por aplicarme mi crema y me coloqué mi uniforme: El uniforme de hoy se conformaba con una falda de pliegues hasta la cintura de tonalidad gris y azul oscuro, con líneas verticales y horizontales formando en algunas cuadros, una camisa de vestir blanca con botones en el medio hasta las muñecas; un corset con dos botones de color azul oscuro, el blazer del mismo tono que el corset, este tiene una cadena a cada lado de el.
Termine por dejar que mi cabello se secara al natural, aunque no quisiera tenía que hacerlo; en la habitación de Damián solo tenía mis cremas.
Al salir del cuarto de baño Damián estaba con el torso desnudo y solo tenía unos boxers que dejaban ver mucho; mi impresión fue mucha así que mis ojos solo se centraron en el bulto dormido pero grande que tenía allí.
Damián me vio con una sonrisa torcida y empezó a caminar hacia mi dirección, yo estaba estática ahí hasta que ví que el estaba muy cerca y empecé a retroceder hasta llegar a la puerta del cuarto de baño, mi espalda choco con la puerta y mis manos empezaron a temblar, inconscientemente coloque estás en el pecho de Damián tratando de apartarlo pero me fue inútil; el rodeo su brazo en mi cintura pegándome a su cuerpo e inclinándose un poco para que nuestros rostros estuvieron muy cerca. Un suspiro se escapó de sus labios:
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La Magia de la Mafia © [La Mujer del Mafioso]
De Todo¿Dónde comienza la magia de las cosas? No lo sabes, pero sabes que en todo hay una pizca de ella, y cuando comience te darás cuenta que será la magia de la mafia. ¿Creerías que toda tu vida cambiaría solo por un viaje? Yo sí, y la mía fue así. Soy...