62:"Londres II"

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Maratón (1/2)

(Belinda)

El suave y relajante ambiente de londres me hace sentir como si estuviese en las nubes, siento un calor de protección embriagarme por completo, y se de quien se trata; Damián. Aunque quiera evitar que el me abrazara mientras duermo, es imposible. Mi propio cuerpo busca de el y de su protección, mi subconsciente lo abraza de noche para dormir bien.

Quitó su brazo de mi cuerpo y me dirijo al baño, me lavo los dientes y cepillo mi pelo. Pero tengo que pensar en que usaré hoy, es obvio que Damián me llevará a la junta y también yo quiero ir, allá mi venganza sería mejor que buena.

Un aroma que ya antes había olido llega a mí. Y lo reconozco perfectamente porque he dormido con ese aroma embriagandome por completo, mientras su varonil y sexy voz me canta una pequeña canción para que duerma, sus brazos me rodean y me protegen con sumo amor y cuidado..

Aarón.

Eso significa que Aarón está aquí, me emociono al pensar en abrazarlo de nuevo y escuchar como me dice pequeña. Pero hay algo malo, Damián. Damián es muy celoso al respecto de mí y cualquier otro hombre. No puedo dejar que esos dos estén juntos.

Uno 1: a Aarón no le agrada Damián.

Dos 2: a Damián no le agrada Aarón.

Pero el olor termina por esfumarse y yo quedando triste, en serio quería verlo y darle un abrazo.

— Buenos días pequeña ángel. ¿Como amaneces? — dice Damián en mi espalda.

— Bien, hermosa y radiante. ¿Como más? — digo egocéntrica.

— Lo sé — dice en un tono un poco triste.

Yo termino por entrar al cuarto de baño y empezar a aplicar cremas en mi, le gusta su olor y suavidad. Cuando termino de hacerlo termino por salir de ahí y ver qué Damián ya no está, salgo al comedor y me encuentro con un Damián recién bañado mientras la gotas de agua recorren su cuerpo y la toalla solo cubre sus caderas y aparato.

Esta concentrado sirviendo un desayuno elegante y un poco romántico en el comedor, ver esa imagen me hace sentir bien, muy bien realmente. Damián no está acostumbrado a no hacer ningún tipo de estas cosas, por lo que se hace ver adorable.

Su mirada se desvía hacia a mi con una sonrisa mientras su blancos dientes muestran su atractividad. Pero no, no caeré en su juego. Estoy aquí por obligación no por gusto.

— Ven pequeña ángel, ordene el desayuno para comer juntos. Espero te guste — dice mientras separa la silla para yo sentarme.

— Gracias — digo sentándome y sin demostrar afecto alguno.

Vamos, todas sabemos que con un simple detalle nuestro corazón comienza a latir al mil.

Al ver el comedor mi estómago se revuelve y siento unas inmensas ganas de vomitar, el asco se apodera de mí mientras aparto rápidamente lo que a mi frente.

— ¿Pequeña ángel, que pasa? — dice Damián preocupado ya a mi lado.

— ¿Que me pasa? ¿Eres idiota o que Damián? ¡Es pizza! Desde que vi tu escena sexual con la pizza le tengo asco y me repugna el olor. — su rostro muestra el dolor ye encanto habérselo dicho.

— Lo lamento pequeña ángel, aquí hay ensalada también — dice tratando de tocar mi rostro pero yo lo aparto.

— Bien. — digo sería y el se devuelve a su lugar — Aleja eso de mí porfavor, no soporto su olor — digo con asco y el se lo termina por llevar.

La Magia de la Mafia © [La Mujer del Mafioso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora