(Aarón)
Realmente no me habría imaginado que ayer estaría con mi pequeña, y mucho menos que saldría junto a ella, su cercanía me hizo tan bien y me hizo sentir feliz y completo. Desde hace mucho no me sentía así y muy bien que Arianna me lo recuerda constantemente, y no lo niego desde que conocí a mi pequeña siento cierta necesidad de estar a su lado y más aún cantarle una corta canción antes de ella dormir, mientras haría pequeños bucles con su cabello y la vería dormir, podría estar así horas y no me molestaría.
La veo dormir tan plácidamente que se ve tan perfecta e irreal, irreal, irreal ha sido la cercanía que hemos tenido hoy en la tarde, cuando accidentalmente nuestras manos estaban juntas y a ninguno nos incómodo, cuando las entrelazamos y su piel era tan cálida, suave y delicada, que dudo mucho poder encontrar otra parecida, porque igual nunca habrá; cuando nuestras manos se entrelazaron y caminamos por todo el centro sin sentir molestia o estar incómoda, y ella se sentía segura.
¿Cómo lo sé?
Su cuerpo y sus poros me lo decían, aquella cercanía que ella tenía junto a mi era exquisita y más aún cuando nuestras manos se juntaron y formaron algo lindo de verse. Si lo sé, puede sonar algo tonto por ser chico, pero junto a mi pequeña no me importa eso o lo que me rodea, solo me importa ella y su bienestar. Veo como su pecho se mueve con suavidad en señal de que está respirando, se ve tan perfecta y tierna dormir, no creo poder molestarla. Me intento levantar suavemente de su lado pero esto es inútil, se arrima más hacia mí y se pega de una manera acogedora.
— Quédate un momento más ¿sí? Aún no estoy totalmente dormida — dice entre dientes a lo que se hace ver más tierna.
— Está bien pequeña — digo y ella sonríe y vuelve a dormir plácidamente.
Me acomoda en su cama y ella hace lo mismo, nos quedamos ahí y yo la veo dormir, hasta que ya no puedo más y la noche, más su aroma y estar así; no lo pude evitar y caigo dormido junto a ella...
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Me despierto por no saber que hora es, abro los ojos y veo que mi pequeña aún sigue apoyada en mi pecho, tratado de moverme mucho y agarro mi móvil, veo la hora y ya amaneció, volteo mi mirada hacia mi pequeña que aún duerme. No la quiero despertar, pero no quiero invadir más su espacio al seguir dormir con ella, así que es mejor levantarme he irme sin que ella lo noté, me remuevo un poco pero ella parece ser un imán conmigo y moverse hacia donde yo voy. Su suave voz me saca de mis pensamientos y la volteo a ver:
— No te vayas Aarón, quédate — me dice ella aún dormida.
— Pero pequeña... — intento decir algo pero su voz dormilona y suave me detiene.
— Por favor...
Con esa suave y delicada voz, más su hermoso rostro no creo poder decir que no, me recuesto de nuevo y empiezo a dejar suaves caricias por su cabello y la pierna que tiene sobre mí. Y así mi vista se oscurece...
¿Que?
¿Que hora es?
Pregunto despertándome de nuevo sin entender como es que mi pequeña hace que me duerma tan fácil junto a ella.
— No lo sé — dice ella dormida.
Veo la hora en mi móvil y ya son las 10:24 a.m.
— Pequeña ya son las 10 es hora que de desayunes — le digo pero ella hace un puchero adorable.
— Cinco minutos más Aarón — dice abrazándome.
— No, no despiértate — digo cargándola y dejándola en mis piernas.
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La Magia de la Mafia © [La Mujer del Mafioso]
Acak¿Dónde comienza la magia de las cosas? No lo sabes, pero sabes que en todo hay una pizca de ella, y cuando comience te darás cuenta que será la magia de la mafia. ¿Creerías que toda tu vida cambiaría solo por un viaje? Yo sí, y la mía fue así. Soy...