39:"Nueva semana"

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(Belinda)

Hoy me desperté más temprano que ayer, pues hoy tenemos que ir al instituto y, Damián. Damián sigue dormido y su brazo está rodeando mi cintura, y no me deja pararme de la cama. Hago todos mis intentos hasta que por fin lo logro. Voy al baño y ¡Joder! Ahí está mi uniforme.

¿Cuando lo colocan ahí?

¿En qué tiempo?

¿Cómo les da tiempo?

No lo sé, pero no tengo mucho por pensar, me ducho, me alistó y salgo del baño. Al salir Damián está a punto de entrar al baño.

— Por Dios pequeña ángel, me asustaste; ¿Por qué estás despierta tan temprano? — me pregunta algo obvio.

— Damián por si no lo recuerdas hoy es lunes, y tenemos que ir al instituto — le recuerdo lo obvio.

— Ah es cierto, ya se acabó nuestro fin de semana. Eso sí fue rápido — dice el pensando en todo.

— Sí y alístate, y gracias por el uniforme — le digo y el se acerca y me besa los labios.

Es un beso, pero un beso salvaje y desenfrenado. Me agarra de la cintura y me pega a su cuerpo, yo agarro un puñado de su cabello en mis manos y profundizó el beso, el me muerde un poquito el labio haciéndome gemir y ahí nos separamos, pero nuestras respiraciones quedan agitadas por aquel beso.

— Eres mía pequeña ángel — dice y me da un pequeño beso — Me voy a bañar — dice y se va al baño.

Oh Dios, gracias que no me he peinado, si no, ese beso me fuera despeinado. Damián es la descripción de lujuria y poder, demandancia y locura, te envuelve en su aroma haciéndote de el, y solamente de el. Dejo mis pensamientos a un lado y me concentró en arreglarme, duro más o menos media hora en eso, y cuando ya estoy lista. Damián sale con una toalla alrededor de su cintura mientras las gotas de agua se deslizan por su cuerpo, haciendo que en mi mente no haya ningún pensamiento sana. El nota como lo veo y se acerca poco a poco hacia mi.

Carajo hasta aquí llegué.

Voy retrocediendo hasta pegar mi espalda contra una pared detrás de mí, el me acorrala colocando una mano a cada lado de mi cabeza.

— Pequeña ángel, creo que en este momento tus pensamientos no están siendo muy sanos — dice cerca de mis labios.

Trago saliva fuerte y veo sus labios, después sus ojos.

— Pues yo creo que los tuyos tampoco — le digo por su mirada oscura viendo por los pequeños botones de mi casa.

— Estás en lo correcto — dice en mi oreja haciendo que mi cuerpo tenga piel de gallina — Con ese uniforme creeme que lo menos que quiero hacer es llevarte al instituto — dice succionando leve mi oreja.

— ¿Que quieres hacer? — pregunto algo del cual sé la respuesta, pero quiero escucharlo que el lo diga, y el lo sabe.

— Quiero enterrarme hasta lo más profundo de todo tu ser, enterrarme tan malditamente duro, que chilles mi nombre. Voltearte y besarte con toda la posesividad sabiendo que eres mía. Mientras que en mis venas bombean sangre de lo duro que me vas a tener mientras yo sé que seré el primero y el único en estar entre esas perfectas piernas — dice con la mandíbula tan apretada que pareciera que sus dientes se van a romper.

Al escuchar todo eso de mis labios se escapa un débil gemido, pero que el logro escuchar. Su mirada es oscura y profunda, me ve con deseo y lujuria. Una de las manos de Damián llegó a mi cintura y me pegó totalmente a su cuerpo, acortando toda las distancia entre nosotros, y sintiendo su polla dura, su polla dura, grande y gruesa. Siento mis mejillas arder como nunca antes y otro traicionero gemido escaparse. Eso es nuestro colapso haciendo que su otra mano libre la llave a mi nuca y estampando sus labios con los míos. Su beso era como el de hace un momento era, salvaje, desenfrenado, ansioso y posesivo. Sus manos se aferraban a mi cintura como nunca, sentía todo su cuerpo húmedo por la ducha estar totalmente pegado al mío, y su miembro acercándose todo lo posible a mi intimidad. Unos minutos después nos separamos por necesidad de aire, nuestras respiraciones tan agitadas que nuestros pechos se movían en sincronía, dando saltos de arriba hacia abajo. Nuestras miradas estaban clavadas una del otro, mientras por estás sentíamos todo lo que nuestras miradas no expresaban.

La Magia de la Mafia © [La Mujer del Mafioso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora