Al amanecer, el bosque comenzó a crujir como si un monstruo intentara emerger del subsuelo. Con cadacrujido, el paisaje parecía borrarse como bajo los efectos de una goma gigante. Los lagos reventaban.Las nubes de vapor salían de entre las grietas y flotaban alrededor de las frondas, semejantes afantasmas atorados deshielo, en las ramas en su intento por alcanzar el cielo. El esa mutación violentaque modifica brutalmente al paisaje entre el invierno y el verano, había comenzado.
Un hombre grande de cabellos rojizos caminaba sin temor entre aquellos espectros efímeros. Eraenorme. Llevaba un trineo sobre la espalda y lo acompañaba un perro vivaz de pelaje beige y marrón. Apesar de la neblina y de los crujidos siniestros, el hombre caminó con paso firme hasta llegar al lago. Enseguida se detuvo ante la superficie agrietada en la que destacaba un gran agujero oscuro del cualescapaba una niebla más gris...
El bosque lo vio agacharse cerca del agujero, examinar los bordes irregulares y después ponerse de piepara recoger una rama de pino larga. Con la rama en la mano regresó a la orilla para escudriñar elfondo del agua. La rama dio con algo que no pertenecía al lago. Entonces el hombre se inclinó sobre elhoyo y hundió todo el brazo en la superficie negra. Lo movió ahí dentro antes de meter primero lacabeza y después el torso en el agua.
Después de un tiempo indeterminado tocó el cuerpo que amenazaba con ensuciar el lago y con privar alos animales de agua potable. Lo subió a la superficie y lo depositó en la orilla al tiempo que el perro seponía a ladrar. El cuerpo, delgado y casi tan blanco como la nieve que empezaba a desaparecer, norespiraba. El vientre estaba hinchado de agua y la parte superior del cráneo tenía un corte.
El hombre, el que estaba vivo, dio unas vueltas alrededor del cuerpo inanimado. Encontró algo quetomó entre sus manos. Era algo largo como una rama y con un extremo metálico. Luego de observar elobjeto lo dispuso ceremoniosamente junto al cuerpo, mismo que cubrió con una lona impermeable.
Después se alejó para recoger bajo las frondas unas ramas muertas que amontonó en la orilla. A pesar dela humedad que había en el ambiente, el fuego prendió en seguida. Una luminosidad anaranjadacentelleó sobre el paisaje azulado. Pronto, un hilo de humo gris subió hasta las cimas y las rebasó paradiluirse en el cielo nublado. El hombre se quitó la ropa mojada y se acercó a la fogata. Mientrascalentaba su torso desnudo frente al fuego, acariciaba lentamente el pelaje de su perro.

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Lagrimas de Bosque
Roman pour AdolescentsEsta historia no es mía todos los derechos a su autor en realidad le quiero dar popularidad aquí a la autora Nathalie Bernard la verdad esta historia me encanto bástate espero que les guste. Jonás acaba de cumplir dieciséis años, lo que significa qu...