Cap. 24

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Después de haber pasado toda la tarde junto a Joaquín, Leidy y Elyzabeth, era momento de volver a su casa.

Al entrar al auto en el garaje vió el de su madre y supo que se encontraba en casa, así que estaría indagando por preguntas de su progenitora en cuánto traspasara la puerta de la entrada.

Dicho y hecho, una vez que cerró la puerta detrás de él; la rubia lo arrulló entre sus brazos y después de llenarle el rostro de besos, lo tomó de la mano y lo guió hasta la sala en dónde ambos se sentaron en el sofá.

— ¿Y bien, mí amor? ¿Cómo fué todo? ¿La pasaste bien con Joaquín? — atacó la ojiazul con cuestiones.

— Todo estuvo bien, mamá. — contestó para luego sonreírle. — ¿Adivina qué?

— ¿Qué? ¿Qué pasó?

— Le he pedido a Joaquín que sea mí novio y él aceptó.

Y sí, él realmente esperaba esa reacción de su madre, pero ésta no le dió el tiempo necesario para poder tapar sus oídos antes de que un chillido agudo saliera de su boca después de formular aquellas palabras. La mujer se levantó de su lugar dando saltitos de felicidad y mover sus brazos en modo de victoria.

Emilio sólo sonrió ante aquello y dejó que la mujer se cálmase antes de volver a su lugar.

— ¡Ay, por Dios! ¡Ay, por Dios! ¡Lo sabía! ¡Sabía que eso pasaría! — chilló, su rostro se hallaba algo rojizo de la emoción. — ¡Ay estoy tan feliz! ¡Es una hermosa noticia!

Rió bajito y asintió. — lo es, mamá. Estoy muy feliz por tener un novio tan hermoso cómo Joaquín lo es.

— ¡Hay que festejar ésto, cielo! ¡Haré una cena familiar y así podrás presentar a Joaquín cómo tu novio oficialmente!

— Mamá, eso no es-

— ¡Cállate! ¡Haremos una súper velada, todo será perfecto! ¡Tengo que llamar a Elizabeth y así ponernos de acuerdo! — y se fué escaleras arriba murmurando cosas sobre hacer la presentación. Emilio suspiró cansado, no podría contradecir a su madre, sería perder el tiempo, Niurka Marcos nunca perdía una batalla, jamás.

Se resignó a ello y se tiró hacía el respaldo del sofá, cerrando sus ojos luego. Leidy debía venir a su casa para hablar más tranquilos, ya que al parecer, Joaquín se había enzañado en no dejar que Sánchez esté cerca de él más del tiempo que el castaño creía y de tan sólo recordar los celos de su pequeño bebé le llenaba el corazón de alegría.

Y hablando del motivo de los celos del menor, ella misma entró por la sala de su casa.

— ¿Tardé mucho? Es que Elyzabeth quería mostrarme unos ositos que Alejandra le había traído de su viaje. — musitó la pelinegra tirándose a su lado en el sofá. — ¡Mamá Niurka, ya estoy en casa! — gritó.

— ¡Ahora bajo, corazón! — la respuesta de su progenitora se escuchó desde arriba.

— ¿Y cómo es eso que Joaquín está celoso de mí?

Emilio suspiró mientras una sonrisa se formaba en su rostro luego.

— Eso, hoy cuándo te llamé y tuvimos nuestro pequeño momento tierno, él se fué de la cocina y fué por eso que te dije que te vería luego, ¿Recuerdas? — la más baja asintió. — bueno, fuí tras él y lo encontré en su cama; dijo que estaba enojado y bueno... Dijo que fué porque no le gustó el hecho que te dijera que te amo.

— Sucedió lo mismo con Elyzabeth cuándo empezamos a salir, ¿Recuerdas? A ella no le gustaba que viniera a tu casa y esté contigo. Eso fué hasta que entendió que somos hermanos.

¿Puedo Abrazarte?  // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora