Cap. 65

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Sin darse cuenta, ya sólo faltaba media hora para que las 8 de la noche se marcaran. Toda la tarde se la pasó junto a sus 2 cómplices intentando preparar la mejor noche para su amado pequeño y esperaba con toda su alma que lo que había hecho, sea del completo agrado para el menor.

Estaba sumamente nervioso; por supuesto, no era la primer velada que compartiría con su pareja; ya habían festejado cada mes cumplido juntos y ya no debería sentirse de ésta manera, pero ¿Cómo no hacerlo? Hoy cumplían 1 año.

Y es que, ¿Enserio ya era 1 año? Aún le parecía ayer el día en que conoció a Joaquín; cuándo consiguió el trabajo de cuidarlo gracias a su madre. Aún recordaba su primera conversación con el castaño; recuerda el haberlo visto allí, sentado en su cama, sentado en forma de "buda" con un libro en sus manos, y unos mechones rebeldes sobre el hermoso rostro que habían escapado de la coleta.

Recuerda cuándo le preguntó sobre él; cuándo le dijo que era su amigo; su primer enojo por no haberlo ido a ver un domingo; sus preguntas inocentes; su angustia cuándo supo que se había enamorado de él y los separaron por una horrible semana; Luego cuándo Joaquín fué a verlo a su casa; también recuerda la cena de "reconciliación" con la familia Bondoni; los intentos del menor para coquetearle; también cuándo le pidió quedarse a dormir con él y por fin le pidió ser su novio.

Los malos momentos; cómo aquella noche en la que lo hirieron; sus días de reposo en dónde el de ojitos ámbar lo cuidó cada día; su primer cumpleaños y los primeros regalos de Bondoni para él.

Su primer mes de noviazgo, cuándo Joaquín lo besó por primera vez; esa misma noche en dónde le propuso casarse.

Sus celos; sus enojos; sus peleas; sus reconciliaciones. Todo eso había pasado tan malditamente rápido, pero cada momento valió toda la pena del mundo.

Y hoy... Hoy se cumplía 1 año de lo mejor que pudo haberle pasado; porque él sabía perfectamente que Joaquín Bondoni llegó a su vida para cambiarla totalmente y hacerla mejor y por supuesto, hacerle ser una persona mejor para ser digno del más puro y precioso amor.

No podía evitar sentir ese calorcito en su pecho al pensar en ello. Joaquín tal vez pudo haber sido el primero en enamorarse, pero estaba más que seguro que él lo hizo el triple. Lo amaba con locura y estaba profundamente enamorado de su pequeño bebé.

— Sólo faltan unos minutos para que la comida esté hecha, Mailo. — la voz de su primo lo sacó de sus pensamientos, viéndolo por el espejo, le sonrió. — Te ves muy hermoso en ese traje, querido.

Su sonrisa se agrandó mientras abrochaba los botones de sus muñecas.

— Muchas gracias, Diego. — alisó el traje lo más que pudo. — ¿Leidy ya habló con Elyzabeth? ¿Se quedaron en casa de mis suegros?

Asintió. — Así es, Ely dijo que con Lizz y Ethan ayudaron a Joaquín a verse más hermoso de lo que ya es. Están muy emocionados por ésto.

— Espero poder darle la noche que merece.

Bufó soltando una risita.

— Emilio, deja de ser tan inseguro. — se acercó, para acomodarle correctamente la corbata. — J te ama y tú lo amas a él, lo que has preparado es hermoso y estoy seguro que tendrán una noche inolvidable.

Respiró hondo. — Tienes razón.

— Ahora vé a buscar a tu pareja, estará todo preparado para cuándo estén aquí.

Los dos bajaron para luego encontrarse con Leidy en la sala, quien apenas vió la pinta de su mejor amigo aplaudió, silbó y gritoneó cómo toda una fan.

¿Puedo Abrazarte?  // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora