Cap. 19

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Después de la noche de aquel martes, en la que el rizado había pasado una fantástica velada con la familia Bondoni, las cosas se tornaron normales; cómo si aquel episodio se hubiese tratado de una pesadilla.

Emilio ya no trabajaba cómo "cuidador" de Joaquín, pero seguía haciendo las mismas cosas cómo cuándo era su empleo.

Había pasado 1 semana desde que comenzó a frecuentar la residencia Bondoni. El regalo de Emilio había sido un teléfono celular para el castaño, ya que éste no poseía uno anteriormente. Joaquín había chillado de felicidad, pero también se había preocupado; ya que él sentía que debía regarle a Emilio al menos algo de la misma importancia y aunque el oji-café se había negado en recibir algún obsequio por parte del castaño, Joaquín no se había quedado de brazos cruzados.

Así que allí estaba, en el centro comercial, acompañado por Elyzabeth y Leidy. Le había dicho a su mejor amiga (que así es cómo se llamaban, ya que no habían decidido algún apodo aún para ambos) que lo ayudase a conseguir un buen regalo para Osorio, no sólo por el hecho de que quería devolverle el regalo, sino porque el cumpleaños de Emilio se aproximaba.

— ¿Qué clase de regalo crees que le gustaría a Emilio, Elyzabeth? — cuestionó mientras observaba las vidrieras.

— Uhm... Supongo que algo de fútbol ó básquet, a él le gustan esas cosas igual que a mi Leima.

— No, eso no, amor. — intervino la pelinegra, ambos menores pararon su andar cuándo la ojimarron dijo aquello. — Emilio es alguien sencillo, Joaquín. Debes regalarle algo que sea especial, no debes gastar en algo material.

Ladeó su cabeza e hizo una mueca de confusión. — ¿Algo cómo qué? — dejó caer sus brazos. — no soy bueno obsequiando cosas, no sé que puede gustarle.

— ¿Tú sabes dibujar, verdad? — el chico aún confundido asintió. — bueno, podrías regalarle un cuadro, hecho por tí.

— ¿Y que se supone que debería dibujarle?

Leidy se encogió de hombros. — no lo sé, algo que sea importante para ambos; ó algo que anhelarán, no lo sé con exactitud.

— ¿Algo cómo... Cómo algo nuestro? — cuestionó jugando con sus dedos y bajando la mirada a los mismos.

Sánchez sonrió. — exacto, algo que sea de ustedes; algo lindo y especial.

— Está bien, creo que puedo intentarlo. — asintió. — ¿Pero puedo regarle algo cómo... Uhm... Una pulsera ó algo así?

Leidy rió bajito y asintió. — Sí, Joaco, puedes regalarle lo que quieras.

— Está bien, estuve buscando algo en mí celular y leí que hay algunas pulseras a juego, he visto una que me gustó mucho y además es para combinar.

— Bien, entonces vamos por esa pulsera.

— ¡Aguarden! — dijo Mata y ambos se detuvieron. — ¿Yo puedo... Uhm... Ir a esa tienda de allá? — señaló una tienda de peluches. — es que... Necesito un amigo para Dipsy, está muy solito.

— Tú vé con Elyzabeth, Leidy. Yo estaré bien, nos veremos aquí cuándo terminemos ¿Está bien?

— Podemos ir a ambos lugares. — negoció la mayor, no quería dejar sólo a ninguno.

— Soy un chico de 19 años, Leidy, puedo cuidarme sólo.

— Y yo tengo 20 años, yo también puedo cuidarme sola. — agregó la ojinegra.

— Vé con ella/él, Leidy. — dijeron ambos al unísono antes de girarse e irse en distintas direcciones.

Leidy alzó los brazos hacía arriba. — ¿Porqué no solamente podemos ir los tres en una dirección? — se quejó, antes de seguir a su novia.






¿Puedo Abrazarte?  // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora