Cap. 54

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Casi cayó de culo al suelo cuándo esas palabras salieron de los labios de su bebé. Tuvo que llamar a la calma y mantenerse en equilibrio, asintió lentamente.

— Claro que sí, amor mío. Voy a enseñarte todo lo que quieras saber y aprender.

— Correcto. — respondió para luego apoyar su frente contra el pecho del oji-café. — ¿Cuándo comenzaremos?

Su corazón comenzó a latir más rápido de lo normal y creyó que sus latidos se escuchaban en toda la habitación.

— N-No lo sé, amor.

— ¿Tú realmente quieres hacer ésto conmigo, Emi? — se separó para poder ver el rostro de su pareja. — Dices que no quieres presionarme, pero yo tampoco quiero presionarte a tí.

— Mí amor, ni siquiera debes dudar de eso. Quiero ésto, te quiero a tí. En todas las formas posibles.

— De acuerdo, mañana debemos ir a las clases, comienzan a las dos y media.

— Está bien, vida mía. ¿Avisaste a tu profesor que no podrás ir, cierto?

Asintió jugando con sus dedos.

— Lo hice. De igual manera, no perderé la clase porque Ethan me pasará lo hecho en el día.

— Está bien, cariño. — besó la frente del menor y luego se levantó, estirando sus extremidades. — ¿Qué quieres que hagamos hoy, amor mío?

— No lo sé, tener relaciones sexuales, ¿Quizás?

Osorio se ahogó con su saliva y comenzó a toser en demasía, el castaño inmediatamente se levantó y comenzó a darle golpecitos en la espalda.

— ¿Q-Qué?

— Sólo era una broma, Emi. — dijo cómo si fuese obvio. — es que ¿Acaso no soy bueno con hacer bromas? — ladeó la cabeza viéndolo con el ceño fruncido.

No supo que responder.

— Creo que debería enseñarte a hacer bromas también, mí amor.

— Elyzabeth dice que mis bromas son divertidas. — comentó frunciendo el ceño, viendo a su novio confundido cómo si éste fuese el que no entendiera su humor.

Osorio rió y pudo haber dicho algo más si los toques en su puerta no hubieran interferido.

— Adelante. — dijo en un tono alto.

La misma fué abierta por su madre, quién sonriendo se adentró al dormitorio vistiendo de manera elegante.

— Chiquitos míos, estaba hablando con Juan y saldremos a visitar a unos amigos, nos vamos en unos minutos. — informó acomodando su bolso. — volveremos muy tarde al anochecer, así que quedan a cargo de la casa, ¿Bien?

— Está bien, mamá. Que se diviertan.

— Ustedes también, hay todo lo necesario para abastecerse, si necesitan dinero, dejo algo sobre mí cómoda.

— Descuida, mamá. Estaremos bien.

— De acuerdo, nos vemos, chicos.

— Adiós, Niurka.

Una vez que ambos quedaron sólos nuevamente, Joaquín se bajó al suelo sentándose y colocando sus manos entrelazadas sobre sus rodillas; su mirada puesta en la pared, en dónde meses atrás, habían hecho sus graffiti's.  Movió su cabeza de un lado a otro lentamente recordando aquel día, el cuál, fué uno de los mejores y más divertidos que tuvo junto al oji-café.

¿Puedo Abrazarte?  // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora