Cap. 47

230 34 10
                                    








Dió un portazo haciendo que resonara por toda la casa. Sabía que su madre estaba en casa ya que había visto su auto, pero directamente subió a su habitación.

Dando otro portazo, llegó hasta su cama y se tiró sobre ella tomando la almohada entre sus manos y soltó un grito sobre la misma, desahogándose; le siguió otro horrible llanto haciendo que su garganta ardiera y su pecho doliera a tal nivel que creyó que éste pudiese quebrarse.

Le dolía tanto, jodidamente tanto que Joaquín pudiera llegar a pensar que sólo estaba junto a él por lástima ó por obligación, le dolía, porque él le había demostrado siempre que su amor era genuinamente real.

¿Cómo es que todo se fué a la mierda de un momento a otro?

Unos golpes en su puerta se escucharon antes de que la misma se abriera y se cerrase posteriormente.

- ¿Cariño? ¿Qué ocurrió? - su madre se acercó a él y luego la sintió sentarse a su lado, seguido de unas caricias de su parte a su cabello.

- Joaquín... - espetó hipando. - discutí con Joaquín.

Niurka suspiró y siguió acariciando la suave cabellera de su primogénito.

- ¿Y porqué discutieron?

Osorio se giró hacía su madre y ésta pudo ver los ojos hinchados y rojos de su hijo.

- Quiere dejarme.

Hizo una mueca de incredulidad.

- ¿De que rayos estás hablando? Joaquín te ama, ¿Cómo podría querer dejarte? Hijo, él te ama.

Chasqueó la lengua sentándose y limpiando sus lágrimas.

- Cree que estoy con él sólo por obligación, sólo por lástima. - dijo con amargura. - lo cree porque un imbécil hijo de perra se lo dijo.

- No insultes frente a mí, Lewis. - regañó. - cuéntame detalladamente todo para poder entender.

Suspiró pesadamente y luego comenzó a contarle todo desde el inicio.











¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.








- Entonces le dije que lo pensara bien antes de tomar una decisión. - terminó sorbiendo su nariz.

Niurka asintió, terminando de asimilar, había envuelto a su hijo entre sus brazos cuándo en medio del relato, éste volvió a quebrarse; ahora que había terminado de contarle todo, los espasmos por fin abandonaron su cuerpo.

- Mira, cielo. - comenzó, besando su frente y separándolo de modo que el menor pudiera verla a los ojos. - lo que tú debes hacer ahora es darle a Joaquín su espacio, porque si a tí te está afectando ésto, a él le está afectando el doble ó el triple. Lo que debes hacer ahora, es comprenderlo y dejarle que él mismo se dé cuenta de cómo son las cosas. Estoy segura que para mañana estarán juntos otra vez.

¿Puedo Abrazarte?  // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora