Cap. 7

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El hombre de seguridad se acercó a los 3 individuos separando al rizado, quién estaba a nada de golpear al ojiazul; para después, con un brusco movimiento, tirarlo al suelo e inmovilizarlo.

- ¡Espere! ¡No le haga nada, no hizo nada! ¡Por favor, no se lo lleve, es mí amigo, vino conmigo, sólo me defendió, no hizo nada! ¡Por favor, tiene que llevarme a casa! - gritó el castaño hacía el hombre canoso, éste miró extrañado los movimientos torpes y nerviosos del menor.

- Joaquín, cálmate. - dijo cómo pudo el oji-café al ver el repentino ataque de crisis del castaño. - por favor, está asustado.

- ¡Emilio no hizo nada, él estaba conmigo, vinimos a comprar los ingredientes para los panqueques, por favor señor! - Joaquín comenzó a moverse de aquí para allá.

- ¿Qué tiene? - cuestionó el mayor soltando el agarre hacía Osorio y lo ayudó a levantarse.

- Es un retrasado. - dijo el ojiazul ganándose miradas severas por parte del canoso y del oji-café.

- Voy a matarte, lo juro. - advirtió Osorio antes de acercarse al castaño, quién no podía quedarse quieto. - Quín, eyyy, tranquilo.

- Tú no hiciste nada, él me insultó, lo sigue haciendo, me dijo retrasado, no lo soy. No soy retrasado, sólo tengo autismo ¿Porqué me dice de esa forma, Emilio? ¿Porqué ese chico es tan malo?

- Tranquilo, cariño, es un idiota. - repuso. - ven.

- Emilio, no quiero que te lleven ¿Cómo volveré a casa sólo? No sé a dónde ir, estoy sólo, no conozco aquí, mamá y papá no saben que estamos aquí, voy a morir sólo en la calle cómo un perro abandonado.

El mayor se acercó a ambos.

- Tranquilo, muchacho. - dijo con suavidad. - no voy a hacerle nada a tu amigo. Sólo lo detuve para que no golpee al idiota. - dijo haciendo que Emilio riera. - pueden ir a pagar tranquilos, yo me haré cargo de la situación. - musitó mirando malamente al rubio. - vayan a pagar ¿Está bien?

- ¿No se llevará a mí amigo a la cárcel? - cuestionó ladeando la cabeza.

El señor de ojos verdes sonrió.

- No, no me llevaré a tu amigo a la cárcel. - espetó. - pueden irse tranquilos.

- Muchas gracias señor. Tenía miedo, no sabía cómo volvería a casa sin Emilio, es mí cuidador y él quería hacer panqueques y por eso vinimos aquí, no sabía que íbamos a encontrarnos con ese chico, él fué muy grosero; me llamó "puta" y también retrasado. Que sepa que yo no soy nada de eso, yo soy Joaquín.

- Sé que no eres nada de eso, Joaquín. Cuídense y lamento el mal momento.

- Es usted muy amable, creí que iba a ser malo también, ya que tiró a mí amigo al suelo. - hizo una mueca y luego volteó hacía Emilio. - ¿Te hiciste daño? ¿Te duele algo? ¿Quieres que compre unas píldoras para dolores?

- Estoy bien, Quín. - sonrió. - vamos a pagar y volvamos a casa ¿Si?

- A casa, sí. Vamos a casa.

- Y tú. - dijo el rizado seriamente hacía atrás del mayor viendo hacía el rubio. - vas a pagar por ésto.

Dicho ésto, ambos se fueron hacía la caja y pagaron para posteriormente, irse del lugar.







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¿Puedo Abrazarte?  // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora