Si tuvieran que preguntarle a Emilio los 5 peores y más aburridos días de su vida, respondería sin dudar los que estuvo internado en el hospital.
Sólo le daban 2 horarios de visita, en la mañana y en la tarde, y sólo 2 horas.
La comida era asquerosa y eso que él no tenía problema alguno en comer cualquier cosa. Pero sólo le daban sopa, sin sabor, sin sal, sin nada. Ya que no podía ingerir nada sólido y eso lo frustraba.
Su madre se quedaba a cuidarlo durante las noches y su única hora feliz era cuándo Joaquín lo visitaba.
Y estaba justo en su hora feliz ya que la puerta acababa de abrirse y el castaño estaba adentrándose en la habitación. Y sin poder evitarlo sonrió feliz, porque desde la tarde anterior que no lo veía y aunque sonara malditamente exagerado, le daba igual.
— Hola, bebé. — saludó el menor mientras se sentaba en la silla a un lado de la cama.
— Hola, mí amor. ¿Cómo estás?
— Estoy bien, ¿Y tú? ¿Cómo te sientes hoy?
— Estoy bien, vida mía. — respondió sentándose, la herida dolía, pero ya era soportable.
— íi a tu mamá afuera, dijo que podrían darte el alta hoy.
Sonrió y apoyó su cabeza sobre la almohada.
— Espero poder irme de aquí hoy, no quiero pasar mi cumpleaños número 23 internado en un hospital. — dijo por el día de mañana que era 29.
— De cualquier manera, no la pasarás sólo si estás aquí aún mañana. Yo estaré aquí y tu familia también. — dijo ladeando la cabeza, mirando los labios del rizado. Emilio se había dado cuenta que Joaquín siempre fijaba su vista en sus labios.
— Lo sé, mí amor. — respondió suspirando. — pero si puedo estar en casa, sería mejor.
— Sí, creo que tienes razón. Además aquí no puedo estar todo el día contigo.
— Eso es lo que más me abruma.
La puerta se abrió y Niurka se adentró en la misma sonriéndole a ambos menores.
— ¿Estás listo para volver a casa? — musitó mientras ondeaba la orden en su mano.
Emilio alzó ambas manos hacía arriba mientras reía y Joaquín se levantó y aplaudía efusivamente.
— ¡Más qué listo! — chilló el oji-café.
— ¡Bien! ¡Genial, ya no tendrás que estar aquí, Emi! ¡Nos vamos a casa! — secundó el castaño mientras caminaba de aquí para allá.
— Claro que sí, mí amor. — dijo felizmente mientras observaba con amor al menor.
— Un enfermero te traerá una silla de ruedas ahora. No debes hacer fuerza, así que por ahora tendrás que utilizarla. — explicó su madre.
— ¿Como haré para subir a mí cuarto?
— Tu papá te cargará, cielo. — sonrió la mujer. — está afuera en éste momento, él te ayudará a subir al auto y luego a bajar.
— No me gusta la idea. — hizo una mueca.
— Emilio, no te comportes cómo un niño ahora, tu papá tiene que ayudarte porque te puedes lastimar al hacer fuerza, tu herida podría abrirse.
Bufó, pero asintió resignado. En ese momento, fué el enfermero quién entró con lo antes dicho, junto con el doctor Mata, quién había sido el encargado de su bienestar durante su estancia allí.
ESTÁS LEYENDO
¿Puedo Abrazarte? // Adaptación Emiliaco
FanfictionDónde Emilio se convierte en el cuidador de Joaquín, quién padece de Autismo. Adaptación Emiliaco Autorizada Todos los créditos son de su autor original @Jamesjavadd254. Gracias por darme permiso de adaptar tu hermosa fic. Los créditos de la portad...