¿Puedo Abrazarte? // Adaptación Emiliaco

Cap. 46

Joaquín se había quedado dormido apenas comenzó a conducir en dirección a la residencia Bondoni. Su pequeño estaba agotado física y mentalmente.

Mientras Emilio... Bueno, Emilio sentía sus manos temblar de la impotencia que estaba reinando su ser, le advirtió a ese jodido idiota que no se metiera con el castaño, sin embargo, parece que ese chico es un estúpido masoquista; no pensaba en otra cosa más que en el momento en el que rompiera todo su rostro.

Quería matarlo, estaba seguro de eso. No tenía una jodida idea de porqué razón ese idiota estaba tan pendiente de Joaquín cuándo lo conoció hace tan sólo 3 días y ya le había provocado 2 crisis a su pareja.

¿Pero quién era Ethan Delco en realidad? Eso lo averiguaría.
Una vez que llegaron a la casa del menor, no tuvo más remedio que despertarlo.

— ¿Joaco? ¿Bebé? — comenzó hablando por lo bajo. — amor mío, ya estamos en casa, despierta. — el menor se movió haciendo una mueca graciosa aún dormido lo que hizo a Osorio reír. — vida mía, vamos. Abre esos ojitos preciosos para mí, por favor.

Bondoni comenzó a parpadear hasta que dejó ver esos hermosos ojos ámbar completamente.

— ¿Emi? ¿Ya llegamos? — cuestionó con voz ronca restregando sus ojos luego.

Asintió. — así es, mí amor, vamos.

Dicho ésto, bajó para poder ir a abrir la puerta de su chico y luego extendió su mano para que éste la tomara; así lo hizo.
Cuándo se adentraron a la casa, el rizado colocó el bolso de su novio en el perchero y luego lo llevó hasta la sala.

— ¿Quieres que te prepare algo para que comas, bebé? ¿Tienes hambre? — el castaño negó cabizbajo. — ¿Seguro, amor?

— Estoy seguro, no quiero comer nada, Emi. — hizo una mueca al mirarlo. — ¿Podemos ver una película?

Osorio asintió, caminando hacía él y sentándose a un lado suyo en el sofá.

— ¿Quieres hablar de lo que ocurrió, amor? Dime cómo estás, ¿Cómo te sientes?

El castaño agachó la mirada para luego negar.

— No quiero hablar de eso, sólo... Quiero ver una película, estoy bien.

— Mí amor-...

— Por favor. — lo observó con sus ojitos llorosos y el mayor no pudo hacer nada más que hacer lo que su pequeño le pedía.

Tomó el control del televisor, pero antes de prenderla, el castaño lo interrumpió.

— En mí habitación.

— De acuerdo, vida mía, vamos entonces.

Bondoni se levantó y caminó delante del rizado, una vez en la habitación, llegó a su cama corriendo y se metió debajo de las frazadas, Osorio le sonrió y lo arropó mejor.

— ¿Qué quieres ver, amor?

— Elige tú, Emi. — dijo viendo cualquier otro lugar menos a su pareja.

Emilio se encargó de buscar una película para disfrutar y luego de encontrarla, se recostó a un lado del castaño.

La habitación se encontraba en silencio por su parte, sólo se oía el sonido del televisor a treinta. No había algo que pudiera decirle al menor que éste no contestara con monosílabos.

Joaquín estaba cerrándose a él.

— ¿Emilio? — habló después de largos minutos.

El oji-café volteó a verlo y puso toda su atención en él.