Eran pasadas la 1 de la madrugada cuándo el constante movimiento a su lado interrumpió sus sueños, poco a poco sus ojos comenzaron a abrirse hasta que lo hicieron de golpe al oír un quejido por parte de su pareja.
Sin dudar se sentó y prendió su lámpara, girándose hacía el castaño, quién murmuraba cosas sin sentido y no dejaba de moverse.
— ¿Joaco? ¿Amor? — habló, pero un quejido más fuerte interrumpió sus llamados. — vida mía, despierta.
El castaño se removió un poco más hasta que sus lloriqueos se hicieron más audibles, lo primero que se le ocurrió al oji-café fué tocar su frente y ahí fué cuándo se dió cuenta que su bebé estaba volando en fiebre.
El toque hizo que el menor se despertara abruptamente, alejándose hasta que entendió que era Emilio, quién lo había hecho.
— M-Me duele, Emi. — se quejó apretando sus sienes, pero al instante las quitó cuándo su cuerpo vibró por un escalofrío.
Osorio se levantó con prisa y rodeó la cama para acercarse al interruptor, encendiendo la luz posteriormente, cosa que hizo que el castaño soltara un agudo grito al sentir la luz dar repentinamente en sus ojos.
— ¡Apágala, apágala! — chilló cerrando los mismos con fuerza. Emilio así lo hizo.
— Cariño, tienes fiebre, debo hacer que baje, ¿Bien? Aguanta, ya vuelvo.
Informó, antes de salir de la habitación y correr escaleras abajo hasta la cocina en dónde encontró un bowl y lo llenó de agua fría; volvió a la habitación en un santiamén y tomó una de las pequeñas toallas que se encontraban dobladas en el cambiador.
Acercándose nuevamente a la cama, colocó las cosas sobre el buró y se sentó a un lado de Bondoni.
— Escucha, mí amor. Voy a ponerte ésto en la frente ¿Si? — señaló la toalla para luego humedecerla.
— No, no. Eso vá hacer que tenga más frío. Tengo mucho frío, Emilio — negó derramando lágrimas.
— Bebé, debo hacer ésto. Confía en mí, por favor. Necesito bajar esa fiebre.
— No, Emilio...
No lo dejó terminar cuándo colocó la toalla sobre su frente haciendo que el castaño soltara un chillido bastante fuerte, intentando alejarse del rizado.
— ¡Emilio!
— Shhh, ésto te hará mejor, mí amor. Aguanta sólo un poco más, por favor. — pidió lo más calmado posible. Si él se alteraba, haría que el contrario también lo hiciera.
La puerta de la habitación se abrió y una muy preocupada rubia entró en pijama y su bata.
— ¿Qué ocurre, dulzuras? — preguntó acercándose a ellos.
— Joaquín tiene fiebre. — espetó el rizado.
Niurka se puso delante de su hijo y observó al menor, quién lloriqueaba e intentaba alejarse del agarre de su novio.
— Joaco, tranquilo, cielo. — habló dulcemente la mujer. — Voy a prepararte un té con miel y limón, ¿Si? Eso te hará sentir mejor, te traeré pastillas para que ayuden a que te recuperes. ¿Quieres que llame a tus padres?
— Q-Quiero hablar con mamá, sí. Por favor.
— De acuerdo, cariño.
La mujer abandonó el cuarto sólo por un momento hasta que estuvo de vuelta con su celular sobre su oído.
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¿Puedo Abrazarte? // Adaptación Emiliaco
FanfictionDónde Emilio se convierte en el cuidador de Joaquín, quién padece de Autismo. Adaptación Emiliaco Autorizada Todos los créditos son de su autor original @Jamesjavadd254. Gracias por darme permiso de adaptar tu hermosa fic. Los créditos de la portad...