Cap. 68

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Parpadeó lentamente y ladeó la cabeza, sintiéndose inmediatamente nervioso y la fuerza con la que apretaba sus dedos se incrementó.

— ¿Venecia? — preguntó confundido.

Fabrizio asintió. — Sé que es algo precitado, pero en verdad es una oportunidad única y nosotros realmente queremos ser quiénes te guíen y te ayuden a recibir el reconocimiento que mereces, Joaquín.

— No... No puedo irme. — respondió comenzando a agitarse, sentía su pecho doler y lo único en lo que pensaba era en Emilio. — Mí prometido, mis papás, mis amigos. Tengo toda mí vida aquí.

Los mayores se miraron entre ellos sin saber muy bien que hacer en el momento en el que el castaño comenzó a moverse de aquí para allá y comenzando a entrar en una crisis; fué el profesor quién intervino.

— Joaquín, no te estan obligando a irte, ¿De acuerdo? Te están dando una oportunidad, pero eres tú quién decide. — dijo con calma, deteniendo al menor al acercarse. — Entiendo que tienes todo aquí, pero debes pensar en tu futuro también, ¿No lo crees? Tienes talento, es por ello que hoy éstos 2 señores están aquí. Debes pensarlo bien.

— Joaquín, nosotros estaremos 2 semanas más por aquí. — habló Shiffer buscando algo en su maletín. — ésta es nuestra tarjeta. Cuándo tengas tu decisión, llámanos, ¿Bien? Sería un placer para nosotros que aceptes ésta propuesta. — Fué Arenas quién la tomó.

— Debemos irnos, piénsalo. — Bertonelli terminó de decir para luego saludar al profesor y a Joaquín, quién no dijo nada más.

Los 2 hombres se fueron dejando al castaño muy confundido y aturdido con todo ésto.

— ¿Te encuentras bien, muchacho?

— Quiero irme a casa, quiero ver a mí Emilio. — dijo antes de darse la vuelta y caminar fuera del lugar, olvidándose la tarjeta.

Ethan lo esperaba del otro lado y le sonrió, aunque su sonrisa no duró nada en cuánto vió el rostro del castaño, éste no dijo nada, sino que pasó por su lado corriendo hacía fuera del lugar, quería irse.

— ¡Joaquín! ¡Espérame! — gritó Delco corriendo detrás de él. — ¿Qué sucedió? ¿Estás bien? — preguntó agitado.

— Quiero ver a Emilio. Necesito ver a mí novio. — dijo con su voz ronca sin detener su andar.

— Te llevaré con él, Joaquín. Espera. — pidió en cuánto vió que el menor no tenía la intención de dejar de correr. — Sabes que Emilio está en la empresa en éste momento, te llevaré allí.

Bondoni se detuvo, buscando oxígeno inhalando con fuerza.

— D-de acuerdo.

Siguió a Ethan hasta su nuevo auto y se emprendieron hacía la empresa.











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¿Puedo Abrazarte?  // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora