— ¿Es así? ¿Sonríes por mí también, verdad? — agregó.
Esas palabras se adentraron en lo más profundo de su corazón, estaba seguro de que no olvidaría esa simple frase, nunca más en su vida.
No pudo evitarlo y sintió sus ojos picar, pero ensanchó aún más su sonrisa y asintió.
— Es verdad, aunque..., Me gustaría algún día ver tu sonrisa, Joaquín. — respondió. — estoy seguro que escondes una hermosa sonrisa allí. — señaló la carita del castaño. — ahora, comencemos con eso ¿Bien?
— Si, yo no sé cómo hacer ésto, sólo vertí la harina, pero ahora ¿Qué hay que hacer?
— Veamos.
Comenzaron con la preparación, Emilio le indicaba a Joaquín cada paso y el menor se encargaba de hacer exacto lo dicho. Una vez que la mezcla estuvo preparada fué el momento del rizado en usar la panquequera ya que no quería que el castaño se quemase u algo por el estilo.
— ¿Tienes que girarlos en el aire? — cuestionó el castaño mirando con atención hacía el rizado, quién estaba a Punto de, cómo él le había dicho, hacer un espectáculo. — Emilio, se te vá a caer y será un panqueque menos para tí.
— No se me vá a caer, ésto es uno de mis tantos dotes culinarios. — espetó confiado antes de girar la panquequera haciendo que la mezcla llene todo el círculo antes de mover su mano de arriba hacía abajo y repetir el movimiento al revés haciendo que el medio panqueque saltara hacía arriba y luego, en vez de caer sobre la panquequera nuevamente, ésta sólo tocara uno de los costados de la misma, haciendo que cayera al suelo con un sonido seco.
Las mejillas del rizado se tiñeron de rojo y observó al castaño, quién mantenía la mirada en el pobre panqueque caído.
— Te lo dije, se iba a caer. — musitó. — ¿No sabes nada de las leyes de la gravedad?
Rodó los ojos mientras levantaba la barbilla algo ofendido.
— Es la primera vez que me pasa. Tú me hiciste equivocar, Joaquín.
— No fuí yo el que hizo ese tonto movimiento, no debías correr la panquequera, simplemente esperar a que la cosa esa cayera en el mismo lugar. — señaló al suelo. — debes hacerme caso cuándo digo algo, Emilio Osorio.
— Okey, señor listillo. — musitó rodando los ojos nuevamente, pero ésta vez con una sonrisa. — ¿Porqué no lo intentas tú?
Joaquín ladeó la cabeza y se señaló con su índice.
— ¿Yo?
Asintió mientras reía.
— Si, tú. — respondió. — hazlo tú, ya que sabes sobre las leyes de la gravedad y esas cosas.
Los ojos ámbar lo miraron y frunció el ceño mientras hacía una mueca.
— Está bien. — siseó balanceándose de un pié a otro. — pero no creo poder hacerlo, yo nunca he hecho panqueques en toda mí corta vida.
— Siempre se aprende algo nuevo. — alentó el rizado sonriéndole. — vamos, Quín. Hazlo.
Asintió y se acercó a dónde Emilio estaba, tomó un poco de mezcla y la virtió; Imitando los movimientos anteriores del rizado para una vez que el panqueque se cocinó del primer lado, hizo un movimiento de abajo hacía arriba con fuerza haciendo saltar el panqueque en el aire, ese giró y cayó sobre la panquequera al instante.
Emilio boqueó sorprendido mirando con incredulidad al castaño, quién le devolvió la mirada y las comisuras de sus labios se estiraron un poquito, haciendo que Emilio sonriera aún más.
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¿Puedo Abrazarte? // Adaptación Emiliaco
FanficDónde Emilio se convierte en el cuidador de Joaquín, quién padece de Autismo. Adaptación Emiliaco Autorizada Todos los créditos son de su autor original @Jamesjavadd254. Gracias por darme permiso de adaptar tu hermosa fic. Los créditos de la portad...