16. COMO UN ARCO IRIS ALESSANDRO

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Alessandro y Alexa despertaron con la llamada de Luggina.
- ¡Papito! ¡Seguro los desperté!. - Una risa se escuchó cuando Alessandro le contestó.
- ¡Hija! ¿Que sucede por qué estás llamando a estas hora? ¿Ya viste qué hora es? Tú nunca despiertas a esta hora a menos que tengas una urgencia.
Eran las seis de la mañana y Luggina ya despertaba a Alessandro.
- Si papá, es que hoy tengo ganas de papá Alessandro, y quería pasar el día con ustedes.
- Hija tú no necesitas permiso para venir, esta es tu casa y somos tu familia.
- Salgo para allá y desayunamos.
Luggina se arregló y se despidió de su Nana Zuria.
- Nana, diles a mis que hoy seré Berlusconi D'Alessio.
Zuria sonrió y abrazó a su pequeña Lugg.
- Ve mi niña, trata de aplacar ese huracán antes de desatar lo.
Luggina abrazó a su Nana y salió para bajar y elegir uno de sus carros .
Miguel Ángel la custodiará como siempre, miró cada uno de sus autos y eligió otro de sus favoritos. Un Lamborghini huracán black.
- Como voy a provocar al huracán llamado Alessandro, elijo a mi huracán black.
¡Hay padre! Espero seas tan comprensivo como mi papá Stéfano.
Subió a su auto y se fue con dirección a la mansión Berlusconi.
Al llegar a la mansión, le dio el día libre a Miguel Ángel.
- Ve con Bianca por favor, y dale muchos besos de mi parte.
- Gracias mi peque, si me necesitas me llamas.
- Lo prometo.
Se despidió de Miguel Ángel, este se fue y ella caminó hacia la entrada de la mansión.
Entró y fue directo a su habitación. Se metió en su cama y se dispuso a dormir un momento más, pues en la noche no lo pudo hacer por formular las cosas en su cabeza de cómo le diría a su padre de que estaba enamorada de su amigo que era casi de su edad.
Alexa tocó la puerta y Luggina le cedió el paso.
- ¡Mamá Alexa! Disculpa por despertarte tan temprano.
- Tranquila mi amor, sabes que esta es tu casa y somos tu familia. ¿Pero que es eso que te trae tan temprano aquí?
Debe ser algo muy importante,
- Mamá, solo necesito que calmes a ese huracán llamado Alessandro, el día de mi fiesta.
- ¿Que pasa mi niña? Sabes que puedes confiar en mí.
Alexa trató de tranquilizar s su pequeña Lugg.
- Esa noche les presentaré a mi prometido.
Alexa no creía lo que escuchaba.
- ¿Prometido? ¿De que prometido hablas Lugg? Será tu novio, pretendiente quizás ¿Pero prometido?
- Es mi prometido mamá, por eso quiero que calmes a mi padre en el momento en que lo presente.
- ¿Dime de quién se trata? Por favor.
Luggina miró a Alexa, y por un momento lo pensó.
- Mamá, él es dieciocho años mayor que yo.
Alexa se quedó en silencio, tratando de asimilar la información.
" Dieciocho años mayor, Dios. Alessandro va a matarlo por fijarse en su niña"
Los pensamientos de Alexa eran confusos. Caminó de un lugar a otro
¿Como una chiquilla se pudo fijar en un hombre mayor?
No entendía muy bien, pero trataría de entender a su niña.
Alexa se sentó frente a Luggina. La miró a los ojos.

- ¿¡Hija! dime de quién se trata?
- Mamá, lo sabrán el día de mi fiesta y se los presentaré.
- Luggina por favor.
- ¡Mamá! ¿Serás igual que mi mamá Pierina?
- No hija, solo es que me preocupa eso de que es mayor que tú. Y no te veo feliz .
- Sabes que no soy expresiva en mis emociones, mamá Alexa, solamente con mis padres soy así y con usted mi familia. Lo amo pero no lo demostraré ni a él ni al mundo.
- Pero hija, por muy indiferente que seas es el hombre que amas. Y si tu padre Alessandro ve como te comportas con él, y no solo él, si no todos vamos a pensar que algo extraño sucede en tu relación.
- Mamá, tú solo encárgate de mi papá,
Alexa la miró como escudriñando en su interior esa verdad oculta.
Le dio un abrazo y se fue a su habitación, Luggina la miró salir, y se tiró sobre su cama. Stéfano y Alexa eran muy comprensivos y consentidores, Alessandro y Pierina eran más controladores, quizás por la experiencia que vivieron años atrás con su amiga Kiara.
A la hora del desayuno ya estaban todos en el comedor como siempre Luggina y Dante en el lado derecho de su padre y el lado izquierdo su esposa y seguidamente por Piero Valentino, Néstor Matteo y Lea Marena.
- ¿Amaneciste hoy aquí Luggina?
Preguntó Lea Marena. Mientras se llevaba un trozo de fruta a su boca.
- No mi vida, solo vine a pasar el día con ustedes.
- Me alegra mucho que estés aquí con nosotros, hija.
El desayuno pasó entre risas y conversación, todos esperaban el día de la fiesta.
Alessandro se fue a su oficina seguido por Alexa.
Luggina y Dante estaban en el jardín junto a sus hermanos.
- Lugg, ¿Te puedo hacer una pregunta?.
- Pues ya serían dos.
- Últimamente no te veo bien. ¿Que te esta pasando con el profesor? Veo que últimamente hablas mucho y peleas mucho con él.
- Dan, no peleo con él, simplemente es que a veces no nos ponemos de acuerdo en algo. Eso es todo.
- Sabes que puedes contar conmigo ¿verdad? Soy tu hermano, aunque no nos une el ADN nos une el amor.
- Lo se hermanito, y te quiero mucho, siempre serás mi hermano, pero no me está pasando nada con el profesor, es, es lo que existe una atracción muy fuerte entre el y yo, pero esto es un secreto entre los dos hasta que llegue el día que lo revele. ¿Lo prometes?
- Sabes que siempre he guardado tus secretos, y que soy tu cómplice de aventura.
Siguieron hablando por mucho rato hasta que Luiggina decidió ir y hablar con su padre.
Entro a la oficina lo vio muy concentrado en su portátil.
- Papito, tío papito. - Le dijo como cuando era niña.
Alessandro levanto la mirada y le sonrió.
- ¿Que sucede mi amor? Tenías mucho tiempo en no llamarme así como cuando eras una pequeña traviesa.
- lo sé papito solo quería recordarte que sigo siendo tu niña siempre seré esa pequeña traviesa tuya.
Alessandro la miró fijamente, cerró la portátil se dio la vuelta rodeando el escritorio y llegó al lugar donde estaba sentada su pequeña Lugg.
- ¿Te sucede algo hija? sabes que puedes contar conmigo en todo lo que necesites o quieras hacer
- Lo sé papito, sé que tengo los mejores padres del mundo y las mejores madres del mundo y a los mejores abuelos del mundo mundial.
Rieron por qué seguía repitiendo cosas de cuando era una pequeña niña.
Luggina suspiró profundo se levantó y miró a través de la ventana.
Cerró los ojos, y en sus pensamientos maldecía a Lucciano por estar haciendo todo eso que la Incomodaba mucho.
" Me las pagarás grandísimo imbécil, te las voy a cobrar todas"
Luggina estaba furiosa .
" Pero bien que deseas estar atada a él, algo muy dentro tuyo lo desea, y no lo puedes negar"
Luggina apretó los puños y sus dientes .
Se estaba odiando así misma por darle la razón a su conciencia.
Alessandro se acercó a ella, puso sus manos en sus hombros, y la giró.
- ¡Hija! ¿Te sucede algo? Sabes que puedes decirme lo que quieras te lo he repetido miles de veces yo estoy para protegerte y apoyarte en las decisiones que tomes.
Alessandro nunca se imaginó lo que Luggina le iba a decir.
- Padre el día de mi fiesta te presentaré al hombre que amo.
Alessandro se quedó mirándola en silencio.
- ¿Pero que carajos estás diciendo?.
- lo que escuchaste padre.
- ¿Y desde cuándo que jamás te vi con nadie.?
Alessandro la miró y un pensamiento se cruzó por su mente.
- ¡Espera! Miguel Ángel se atrevió a faltar.
- ¡No! Padre. No es Miguel Ángel. El es como mi hermano mayor, es así como lo veo por el tiempo que el tiene cuidando me.
- ¿Entonces? Dime ¿Quién es?.
- Padre el día de mi cumpleaños les presentaré a mi novio.
Alessandro paresia un arco iris, tenía en su rostro todos los colores posibles.
- Luggina, hija, hija por favor, dime de quién se trata, ¿Lo conozco? Quiero saber quién es, quiero investigar lo, sus antecedentes su vida entera, no quiero que nada malo te pase.
- Padre, no me va a suceder nada malo, él es un buen hombre siempre me va a proteger. Me ama tanto como yo a él.
Alessandro se acercó a ella puso sus manos sobre los hombros y la miró fijamente.
- Solo deseo que seas feliz, hija, respetaré y te apoyaré en tu decisión.
Se abrazaron muy fuerte, Alessandro dio besos a su hija en su cabeza y ella se aferró a él tan fuerte, como si con ese abrazo dijera " ayuda padre"
Pasó el resto del día con sus padres y hermanos.
Compartieron como lo hacían cada que ella les dedicaba un día en familia.
Ya muy entrada la noche, llamó a su guardaespaldas Miguel Ángel, para decir le que estaría de regreso a casa.

Un amor sin máscara, mi Daddy (3er Libro De La Saga Cielo Eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora