— Digna, dime qué eso no es verdad, que esa perra no está viva.
— Mi niña, lo está, tiene cuatro mocosos, y espera otro.
Dayanara de la Torre estaba más que furiosa al enterarse de que Luggina seguía con vida y con cuatro hijos.
— ¡Lucciano será mío! Y esa mustia ni ninguna otra mujer me lo quitará.
— Mi niña espera, piensa en lo que harás, deja ese hombre, mira César te quiere bien.
— ¡No Digna! No, yo quiero a Lucciano y lo quiero para mí. Así tenga que sacarle los ojos a esa mujercita .
Fue a la oficina de Lucciano sacó una pequeña pistola y salió.
Manejó tan rápido que no importó pasarse los semáforos y señales de tránsito.
Llegó a la mansión Lombardi y no encontró a nadie más que a Mirta.
— ¡Mirta! Dame la dirección de esa mujercita. — Exigió a gritos.
Mirta estaba muy nerviosa conocía el carácter explosivo de Dayanara.
— No lo sé señora, no tengo orden de dar esa dirección.
Dayanara sacó el arma y apuntó a Mirta.
— Señora, tenga cuidado con eso, por favor.
— ¡Cállate! Solo abre la boca para decirme lo que te pido. ¡Habla!.
— ¡Señora! Por favor. — Mirta era un manojos de nervios.
Trató de quitarle el arma y una detonación ensordecedora dejó sin vida a Mirta.
Dayanara muy desubicada la dejó tirada y busca entre los archivo y encuentra lo que busca.
Sube a su auto y nuevamente maneja fuera de control y en menos de una hora está en los portones de la mansión Pierre.
— Hola espero no llegar tarde al recibimiento de Luggina.
— Disculpe señorita, pero usted no registra en la lista.
Dayanara fingió desepcion.
— ¡Ay no! No me diga que Lugg se olvidó de mí.
— Deje y la comunico.
— No, déjelo no más yo regreso y cuando hable con Luggina le diré que estuve y que usted no me dejó pasar.
Hizo amago de retirarse, pero el guardia la detuvo.
— Está bien señorita. Pase.
Dayanara pasó y condujo tan pronto para llegar a tiempo.
Vio a lo lejos que todos estaban al rededor de ella y cuando Lucciano caminó a uno de los auto se acercó.
— ¡Luggina! ¡Lugg! — Esa vos la interrumpió y todos se giraron a mirarla.
Lucciano trató de proteger a Luggina pero el proyectil dio justo en el pecho de ella. Los guardias corrieron a detener a Dayanara mientras todos corrían a ver a Luggina.Una detonación ensordeció a todos los presentes, mientras Luggina fijó su mirada en Lucciano y este la sostenía en sus brazos.
— ¡No! No, Luggina aa. — El grito de Lucciano no pudo detener que Luggina cerrara sus ojos, poco a poco, se fue desvaneciéndose y fue arrastrada en la obscuridad.
Miguel Ángel corrió a proteger a sus sobrinos Pecos, que gritaban desesperados en los autos.
Alessandro llamó a la ambulancia mientras Stefano trataba de darle los primeros auxilios.
— Tranquila mi niña, tu eres fuerte y saldrás de esta. — Clamaba Stefano, estaba en pánico de sentir que esta vez perdería a su hija de verdad.
Xander Dominick corrió a coger a uno de sus sobrinos así lo hicieron los otros.
La ambulancia llegó, y trasladaron a Luggina al hospital.
— A perdido mucha sangre necesitaremos pronto una pinta para..
Las palabras del paramédico fue interrumpida.
— ¡Dios! Esto no puede estar pasando. Tiene un tipo de sangre raro.
Alessandro sintió impotencia al no poder darle ayuda a su hija.
— ¿No me digas que tiene el RHnull?
— ¡Si! Y costará encontrar al donante.
— Yo se quién la tiene. — Alessandro recordó a Kiara.— Kiara Rossi tiene ese tipo de sangre.
— ¿Kiara De la Rosa? No puedo ser.
— La llamaré.
— Pierina no puede saberlo.
Alessandro llamó a Alexa para que busque la información .
Llegaron al hospital, y Luggina fue trasladada a sala de operaciones.
— Encárgate de contactar a esa mujer.
Alessandro tomó su celular y vio la información que Alexa envió.
Alessandro sin pérdida de tiempo llamó y de inmediato contestó.Andalucía España.
Kisra estaba en la hacienda con Luba Anastasia.
— Pero mamá yo quiero esa fiesta en esa temática, sabes que me encantan los aviones y voy a ser piloto.
— Está bien cariño, tu padre te complacerá en eso aunque a mí me gustaría.
Sus palabras fueron interrumpidas por el sonido de su celular.
Vio el número y el código era de Roma Italia. Sintió un temblor en su cuerpo al ver el número privado, y decidió contestar.
— ¡Hola!
— ¿Kiara De la Rosa? — Kiara escuchó la voz de su viejo amigo y sintió su mundo detenerse.
—¿¡Alessandro!?
— Si, Kiara soy yo. Y créeme que si no fuera un caso de vida o muerte no te molestaría.
— No molestas Alessandro. ¿En qué puedo ser útil?
— Necesitamos de tu sangre rara, mi hija la tiene, y está muriendo, está embarazada Kiara, por favor mi hija está muriendo.
— Salgo de inmediato para allá.
Kiara cortó la llamada y marcó al capitán del jet.
— Salida de emergencia a Roma, pero es ya.
— ¿A donde vas mamá? - Luba vio palidecer a su madre.
— Prepara el helicóptero necesito ir al aeropuerto de Málaga, pero ya.
Kiara abrazó a su hija y se despidió de ella.
— Dile a tu padre y abuelo que surgió una emergencia en Roma, que no me dio tiempo de despedirme.
Salió de la villa, subió a su auto y fue a la pista para tomar el helicóptero.
Y en quince minutos estaba en el aeropuerto, subió tan rápido al jet y su viaje a Roma duró dos hora con treinta minutos.
El chófer la esperaba y fue directo al hospital general Gemelli.
Salió del auto y se adentró por los pasillos marcó, el número de Alessandro y este respondió.
— ¡Dime Kiara!
— Alessandro, ya estoy en el hospital. ¿Donde estás?
Alessandro sintió alivio gracias a esa amiga que jamás creyó volver a ver.
Parado frente a frente olvidando el pasado, Kiara saludó a su viejo amigo Aless.
— Perdón por no tener formalidad, pero es urgente, mi hija está mal.
Fueron al laboratorio y extrajeron sangre de Kiara, mientras ella entregaba informe médico de su estado de salud.
Revisaron todo el informe del historial clínico y sin pérdida de tiempo hicieron la transfusión de sangre.
Kiara estaba en una habitación para recuperarse.
Todos estaban de los nervios en el pasillo, la operación fue realizada y lograron salvar a Luggina, Kiara llegó justo a tiempo.
El galeno salio tres horas después, todos estaban a espera de noticias.
— Familiares de la señora Pierre, pasen al consultorio.
Pierina, Alexa, Renato y Lucciano pasaron, el médico empezó a decir todo lo relacionado con Luggina.
— Doctor, fue un milagro que ese donante fuera contactado pronto.
— Así es la señora Ki..
— Doctor. ¿Y eso no era información confidencial?
Alexa interrumpió al galeno ante de que pronuncie el nombre.
— Doctor ¡Hable! Dígame quién fue, necesito agradecer ese gesto de donar sin recibir dinero por ese tipo de sangre.
— Hija, déjalo así, si no quiso recibir dinero es por que prefiere el anonimato.
Lucciano salió del consultorio y fue a buscar a Alessandro.
— ¿Kiara De la Rosa está aquí? - interrogó Lucciano.
— Si, llegó tan pronto pudo.- Respondió Alessandro.
— Luggina está fuera de peligro, ya las autoridades tienen a Dayanara, estará presa por muchos años, un asesinato y un intento del mismo.
— Alessandro, ya me encuentro bien, voy a regresar a España.
— Espera un poco más y yo mismo voy a dejarte.
— No hace falta, Don no sabe que vine.
— Gracias Kiara, te debo una y muy grande.
— No Alessandro, soy yo quien está en deuda con ustedes, no tuve oportunidad de pedirte perdón en el pasado, lo hago ahora. Perdóname Aless, te juro que todo se salió de mis manos.
— Tranquila Kiara, salvaste a mi hija y mi nieto, y eso no tiene precio.
— Te lo debía yo, mi buen amigo.
Alessandro sintió pesar por su amiga, no sentía rencor, por qué el resultado de esa locura que hizo su amiga tenía el más hermoso de los resultados, una hija que le había dado cuatro hermosos nietos.
— Cuida a Luggina, sean felices, yo trato cada día de ser mejor dale un abrazo a Pierina de mi parte.
— Mejor dámelo tu, Kiara Rossi.
Kiara quedó petrificada al escuchar la voz de la que alguna vez fue su casi hermana.
— Pieri, perdón Pierina, yo, yo ..
— Si no tienes nada que decir, lo diré yo, gracias, gracias por salvar a mi hija, eso no tiene precio.
— Perdon Pierina.
— Ya no pidas perdón Kiara, ya las heridas sanaron, ya no siento rencor hacia ti, por tu intervención tengo esa maravillosa hija y por ti la seguiré disfrutando por mucho más.
— ¡Amor! ¿Que fue lo que sucedió?
Todos se giraron al escuchar a Donatello tras de ellos. Kiara lo miró y bajó la cabeza.
— No lo hagas Kiara, no te dé vergüenza tu amor hacia Donatello.
Pierina tomó sus manos y le dio un abrazo. Kiara por fin sintió el verdadero pendón de su amiga, se abrazaron y sus lágrimas rodaron por sus mejillas.
— Vamos, tienes que recuperarte y después viajarás.
Alessandro y Donatello siguieron tambien.
Los días pasaron y Luggina ya estaba fuera de UCI (unidad de cuidados) .
Mientras los pecos eran desesperados por su madre.
— Tía Pío. ¡Cuando vendrá mami?
tengo, muchas ganas de verla.
Eitan Lucciano y sus hermanos estaban muy ansiosos por saber de su madre, fue muy impresionante para ellos verla en aquella situación.
— Pronto mis amores, pronto veremos a mami entrar por esa puerta para estar con ustedes.
Pía trataba de calmarlos.
— ¿Donde están mis sobrinos más lindos del universo junto a esa tía linda también?
Pía sintió un frío recorrer su espina dorsal al sentir el roce de Adrián Alonzo.
— ¡Tío! — Gritaron los pecos al unísono.
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Un amor sin máscara, mi Daddy (3er Libro De La Saga Cielo Eterno)
RomanceDADDY Amor sin máscara Una historia de amor, que surge en las aulas de la universidad. El odio se convierte en amor. Conoce la historia de Lucciano y Luggina. Luggina Pierre una joven estudiante a pocos meses de cumplir sus 19, con una belleza...