54. EL ÚLTIMO SHOW

309 22 0
                                    

Lucciano arregló su ropa y ayudó a Luggina a vestirse. El tiempo de estar en el aire se terminaba.
Acarició sus mejillas y besó sus labios
— Fue mejor que el sueño. — Susurró sobre sus labios.
— Ya lo creo profesor.
Bajaron del globo y el cielo se abrió en una fuerte lluvia.
Corrieron al auto y salieron para ir al IMPERIAL CLUB.
Luggina entró a su parqueadero privado, subieron al ascensor para llegar al piso exclusiva mente de ella, ella miró todo impecable, como si estuviera ella presente.
— Traté de tenerlo tal y como lo tenía Miguel Ángel para ti.
— ¿Y mi    camerino? Ven.
La cogió  de su  mano y caminaron al camerino.
Luggina sintió su corazón acelerarse tanto vio por las cámaras los anuncios de la noche, miró a Lucciano con gesto interrogativo.
— Si, ANGEL DEL DESEO, hará su presentación esta noche.
— ¿Me reemplazaron? — Expresó con tristeza.
— ¡Nunca! No hay otra como tú. Serás tú, quien se presentará.
Luggina sonrió y se colgó a su cuello.
— ¿Me liberaste de esa cláusula?
— Si, por qué me liberaste de la tuya al dejarme estar con mis hijos.
— Jamás te separaría de ellos.
Unieron sus labios en un profundo y apasionado beso.
— Vamos. — Lucciano llevó a Luggina a los vestidores donde la descubrió.
— Tus prendas — Expuso un vestuario blanco de encajes de seda.
Vestida de blanco parecía un ángel colocó unas delicadas alas en tull, y la máscara. Se giró y miró a Lucciano con una sonrisa.
— Recuerdo que dijiste que tú mujer  no baila desnuda.
— No estás desnuda y nadie sabe quién es  ángel del deseo, ese privilegio lo sabemos solo tres personas.
— Así es, y así será.
Luggina beso a Lucciano para despedirse y su nombre fue pronunciado.
Y CON USTEDES ESE SER QUE DESCIENDE NUEVAMENTE DEL PARAÍSO PARA REALIZAR SUS MAS CAROS DESEOS, SEÑORAS Y SEÑORES CON USTEDES     EL RETORNO DE ÁNGEL DEL DESEO.
Luggina descendió como solía hacerlo, la música sonó y empezó su espectáculo en el tubo, en la silla y por último la danza aérea entre  lianas.
Cada movimiento era finamente sincronizado con la melodía.
Lucciano la miró con ternura y sonreía al verla tan metida en lo que tanto le gusta.
— Todos desean a Ángel, pero ese Ángel, esa alumna esa pequeña de ojos de esmeralda es solo mía.
— ¿Todo buen? — La voz de Miguel Ángel lo trajo de vuelta.
— Viendo a mi ángel.
— Ese es su mundo interno, aquí se siente libre, y es quien ella desea ser. Estaba furiosa cuando leyó esa cláusula.
Luggina finalizó su show y volvió a los camerinos.
Corrió a los brazos de Lucciano y luego a los de Miguel Ángel.
— Ángel del deseo se despidió para siempre esta noche.
— ¿Definitivamente? — Indagó con dudas Miguel Ángel.
— Si Mig, definitivamente. Seré la empresaria que esperan de mi, mis padres, la madre que mis  hijos necesitan, y mujer de este maravilloso hombre, y no tendré tiempo para esto.
— ¿Segura Que no desearás volver?  — Interrogó Lucciano.
— A presentarme, no. Y estoy muy segura.
Luggina pasó a cambiarse y salieron del club.

Los días pasaron, todos tenían su ritmo diario los niños crecen, un año transcurrió.

Todo estaba listo para el gran día.
— Te ves hermosa mi niña. — expresó con emociones y sentimientos encontrados. Pierina veía a su pequeña Lugg realizar su sueño, casarse con su novio de infancia, ese que declaró como suyo, y hoy ya lo confirmaba.
— Así es mi pequeña Lugg, tú eres mi hija y te amo. — Alexa, con lágrimas de mamá, arregló la tiara y dio un fuerte abrazo.
— ¿Lista mi niña? — Dijo Nana Zuria enterando para avisar que el amor de su vida la espera.
— Lista Nana. Gracias Nana por ser mi confidente, mi mundo entero nana eres una madre para mí. - Manifestó con mucha emoción Luggina.
— Lo sé mi niña y lo siento aquí en mi corazón. — Respondió con una sonrisa y abrazos  a su niña.
Salieron de la habitación y caminaron por el pasillo lleno de pétalos blancos, bajó las grandes escaleras para subir a la limusina que la llevaría a la iglesia.

Lucciano.
Se mira al espejo y arregla su lazo.
— Hijo, ya es hora. — Le comunica Luiggi.
— Si padre, ya es hora de ir al encuentro de mi brujis, y esta vez será para siempre.
— Se feliz hijo, tu madre estaría muy orgullosa de ti, como yo lo estoy  con mis nietos.
Salieron de la habitación subió a la limusina y fueron a la catedral a esperar su destino.
Llegó, y saludó a todos y pasó a esperar a su brujis.
la limusina que llevó a Luggina paró frente a las grandes puertas, la marcha nupcial empezó a sonar,  Luiginna lanzaba pétalos blancos, mientras Eitan Lucciano caminaba a su lado, Eliel Alessandro llevaba de la mano a Aura Marina, Darién Stéfano a Alaia Dennys y Gianni Gabrielle, caminaba solo.
Lucciano sonreía mientras veía a sus pequeños avanzar, estaba feliz viendo a su brujis acercarse muy despacio.
" Una Lucciano, muchas para tu mi brujis." — Pensó con una enorme sonrisa.
Las campanas suenan, las palomas levantan el vuelo. Todos giran su mirada a las puertas donde hacia acto de presencia la novia.
Luggina caminaba del brazo de sus padres uno a cada lado.
Se acercaron muy despacio, y ambos miraron a Lucciano.
— Te entrego una de las razones de mi felicidad, es mi tesoro mayor, la que me enseñó que no es necesario compartir el ADN para sentir ese inmenso amor de padre. Cuídala y sean felices - Expresó Stefano con voz tierna. Dio un beso en la frente de su hija.
— Se feliz mi pedacito de cielo, te lo mereces.
— Gracias padre mío, te amo desde aquí a la luna. — Stefano sonrió y miró a Alessandro.
- Lucciano también te entrego parte de mi vida. Mi hija, mi primogénita, la que me enseñó que el amor que te da una hija no se compara y mucho menos se compite,  por qué el amor que ella nos dio a ambos fue de igual intensidad, nunca dio más ni menos. Mi hija es una gran mujer hoy, cuídala y protegerla siempre.
Alessandro dio un beso y abrazó a su pequeña.
— Te amo padre, te amo como de aquí a las estrellas.
Miró a Lucciano y le dijo con voz melosa.
— Y a ti, te amo de aquí al infinito.
Todos rieron, Luggina tomó la mano de Lucciano y caminaron al altar.
— Estamos reunidos .....
El sacerdote inicio la ceremonia, Lucciano y Luggina se miraban muy enamorados y sonreían, miraban a sus retoños muy atentos a todo.
— Pueden decir sus votos. — Pronunció el sacerdote.
Luggina mira fijamente a Lucciano traga el nudo formado en su garganta.
— Desde el momento que tiraste ese café encima de mi, te vi, y supe que serías mi daddy.
Todos ríen al escucharla.
— Eres mi fuerza, y mi fortaleza,  eres mi refugio y mi debilidad, desde que me vi en tus ojos, confirmé que serían el reflejo de mi alma.
Es por eso que hoy está frente a ti, esa  niña, que te marcó como suyo con un inocente beso, la odiosa estudiante que te fastidió un poco, ese ángel que te cautivó entre lianas, y la mujer que te ama con toda su alma, para prometer amarte en las buenas y en las malas, en la salud, y en la enfermedad, en prosperidad, y la adversidad. Yo Luggina Anatonella Pierre Berlusconi D'Alessio, Prometo, amarte y respetarte, serte fiel hasta el último instante de mi vida.

Coloca la sortija en su dedo y dejó un beso en el.Te amo Lucc.

—  En el momento en que vi ese infinito, supe que así sería nuestro amor, hoy estoy aquí frente a mi ojos de esmeralda, a mi niña mala, a mi alumna atrevida, y sobre todo a mi mujer, para hacerle la firme promesa  de estar juntos en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la prosperidad, y la adversidad. Yo Luiggi Lucciano Lombardi. Prometo, Luggina Antonella Pierre D'Alessio, amarte y respetarte, serte fiel hasta el último instante de mi vida.

 Coloca la sortija en su dedo y entrelazan con los suyos, dejando un beso.
— Te amo mi Lugg.

El sacerdote continuó con la ceremonia.

— Lucciano Lombardi ¿Aceptas como esposa a Luggina Pierre Berlusconi D'alessio,  para amarla y respetarla todos los días de tu vida?

— Si. Acepto.- Pronunció mirando la a los ojos.

— Y tú Luggin mi
Unieron sus labios en un eso lleno de amor, para sellar su promesa de amarse por sobre todas las  adversidades, la marcha nupcial sonó y todos empezaron a felicitar a los novios.
— ¡Lugg! - La voz de Bianca la hizo girarse y con una enorme sonrisa abrió sus brazos para recibir a su amiga que no veía muy seguido.
— Me alegra mucho que estés aquí.- Pronunció muy emocionada Luggina.
— Y yo, mi amiga, me alegra mucho que por fin pudiste lograr tu felicidad a lado de tu amor, al menos tú si serás feliz. — Expresó con tristeza y mirando a Miguel Ángel.
— Tu pudiste ser feliz con Mig, pero te fuiste.
— Ya no hay tiempo para nosotros, míralo se ve feliz con ella.
— Ella es Pía Zambrano, nuestra mejor amiga y accionista, juntos pasamos cinco años y nunca ella se insinuó por que siempre supo del amor que Mig siente por ti.
El corazón de Bianca dio un vuelco de la emoción.
— ¿No son pareja? — Interrogó una Bianca con esperanza de que sus gemelas conocieran a su padre.
— Tengo que hacerle una confesión a Miguel Ángel, Lugg.
— Ve y dale una esperanza de volver a creer en el amor.
— Mis hijas, María Ángel y María José, son sus hijas. — Luggina abrió los ojos como plato, no podía creer lo que Bianca le decía.
— ¡Bianca! No pierdas tiempo ve y dile, se feliz deja a ese imbécil de Felipe Calderón.
Bianca sonrió, abrazó  a su amiga.
Estaba dispuesta a hablar.

Un amor sin máscara, mi Daddy (3er Libro De La Saga Cielo Eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora