60. EXTRA 2

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Todas y cada una fue a su residencia, mientras Pía y Adrián Alonzo después de su acalorada entrega se cambiaron y salieron de ahí para irse al departamento de él.
- Amor. ¿Que hiciste todo este tiempo sin mí? - Interrogó Pía tomando su mano.
- Me sumergí en mi trabajo, casi le quité el trabajo a Lugg para mantenerme ocupado y no salir a buscarte, quería darte todo el tiempo que fuera necesario, para que tomes una decisión, y rogaba al cielo para que esa decisión fuera volver a mí .
Pía lo miró y sintió un estrujó en su corazón.
- Yo también me sumergí en el trabajo ayudando le a Miguel Ángel pero aún así no podía sacarte de mi mente hasta que él me hizo entender se puso él, y se puso Luciano cómo ejemplo que la diferencia de edad entre ustedes y sus parejas es igual que la mía y la tuya con la única diferencia que yo soy la mujer mayor y tú....
- Yo seré menor que tú, esos diez años, pero te aseguro que te puedo amar con la misma intensidad que te puede amar un hombre de tu edad, mi amor por ti es verdadero, y no es un amor fugaz de chiquillo.
Se mi esposa, prometo que te haré la mujer más feliz del mundo.
- Acepto ser tu esposa Adrián Alonzo.
Los días pasaron convirtiéndose en meses, dos meses.
- Amor me preocupa verte tan desmejorada, hoy no hay escusa, nos vamos al médico, ven .
Adrián Alonzo la tomó de la mano y ella lo detuvo.
- Espera mi amor, no es nada grave.
- Pero mírate como estás, esas náuseas no son buena señal debes tener algo malo.
Pia puso su mano en la boca de Adrián Alonzo.
-No digas que lo que me sucede es algo malo. Al contrario es lo más maravilloso que me ha podido pasar en toda la vida, incluso creí que no podría nunca estar en este estado en el que estoy ahora.
Pia miró a Adrián Alonzo y tomó su mano, sacó una cajita rectangular la puso en su mano.
- ¿Que es esto? - Interrogó Adrián Alonzo Aldo dudoso.
- Ábrelo, es nuestro regalo, fruto de nuestro amor.
Adrián Alonzo abrió la cajita y vio la prueba positiva de embarazo.
La miró y sonrió, acunó su rostro , dio besos por todo su cara, la agarró por la cintura y dió vueltas con ella.
- Mi vida, me haces el hombre más feliz del mundo. ¡Seré padre! Serás la madre de todos mis hijos, quiero muchos.
Pía reía por las palabras de Adrián Alonzo.
- Vamos al médico para que te revise y saber que todo va bien con ustedes dos.
Se arreglaron luego de entregarse a su amor, y fueron al hospital donde esta Xander Dominick esperando junto a Adara Raphaella y Amaranta Cristea.
- Vamos a ver cómo están estos pequeños. Expresó el galeno con sorna.
- ¿Pequeños? - Si, pequeños por que ustedes tienen ese don, tu madre primero, una luego cuatro, y por último dos.
- Luggina no se quedó atrás, al igual que Adara Raphaella y Amaranta Cristea que tuvieron embarazos múltiples, así que tú no será la excepción.
Todos rieron al tiempo que Pía abría la bata para que el médico coloque el frío gel y empiece a pasar el transductor por el diminuto vientre abultado.
El galeno miraba muy atento la pantalla.
- ¿Ven aquí estos puntitos negros?
Todos miraron al monitor.
- Dígame doctor. ¿Que son esas manchas?
El galeno respondió sin mirarlos.
- Son sus hijos, son gemelos.
Lágrimas rodaron por las mejillas de Pía, Adrián Alonzo tomó su mano y dejó besos en cada una.
- Serás la madre más hermosa del mundo. Te amo, te amo Pía.
Todos estaban felices por los nuevos miembros de la familia que llegarían en siete meses.
Los meses transcurrieron, tres y ya Pía tenía un vientre de cinco meses, todos estaban el el gran hotel arreglándose para la gran boda del incorregible y mujeriego Adrián Alonzo Pierre.
Luggina y todas las mujeres de su familia estaban en el gran salón festejando la despedida de soltera de Pía.
Al igual que todos los hombre de la familia, festejaban la despedida de Adrián Alonzo.
Dos días después.

Pía nueva mente parada frente al espejo metida en su hermoso vestido de novia blanco marfil. Pierina colocó la tiara en su cabeza como lo hacía con cada una de sus hijas al momento de casarse, y ahora lo estaba haciendo con la esposa de su primer hijo, Adrián Alonzo.
- Estás hermosa hija, deseo que sean muy felices, el amor no es fácil, siempre hay obstáculos que superar, y ustedes han superado todos los que se presentaron.
- Gracias Pierina, gracias por aceptarme en esta maravillosa familia, cuando conocí a Lugg, nunca me imaginé que algún día iba a pertenecer a esta linda familia.
- Y a mí me alegra mucho que sea parte de nuestra gran familia, y aún sabiendo que aportarán con más integrantes.
Todas rieron y se acercaron a darles sus demostraciones de amor.
- Lista mi niña, ya es la hora.
Mirla, la nana de Adrián Alonzo se acercó para decirle que ya era la hora de ir a la catedral.
Pierina dio su bendición a la hermosa novia de su hijo y cada una salió para irse.
El trayecto a la iglesia fue tranquilo entre risa y anécdotas, entre Pierina Francesca Nicolle y Bianca que serían sus damas de honor.

Mientras
Adrián Alonzo también estaba parado frente a su padre Stéfano que le arreglaba el lazo en el cuello.
- ¿Estás nervioso hijo? Tranquilo, serás muy feliz con Pía, es una gran mujer, serás un buen padre.
- Lo sé papá, de eso no tengo la menor duda, seré feliz por qué tengo en mejor ejemplo de hombre en casa, fuy criado por una gran mujer que me enseñó valores y un gran hombre que me enseñó respeto.
Se dieron un fuerte abrazo y a él se unió Enzo y Fiorella Pierre, su abuelo.
- Mi nieto, serás un grande como todos los de mi familia, se un buen hombre, un buen esposo, un buen padre. Quiero ver más bisnietos.
Renato también dio sus buenos augurios al igual que Renzo y Gaia Berlusconi.
Stéfano colgó la llamada de Pierina.
- Ya es hora de salir tenemos que estar primero que la novia.
Salieron y todos fueron a la catedral.
Todo estaba adornado con flores blancas y rojas, y toque de jazmín.
Adrián Alonzo llegó, saludó a todos y fue al altar a esperar a sus amores.
Pía llegó tiempo después bajó de la limusina con ayuda de sus damas, y del brazo de su gran amigo Miguel Ángel caminó por los pasillos llenos de pétalos blancos hasta llegar a lado de Adrián Alonzo.

Adrián Alonzo.
Ver a Pía del brazo de Miguel Ángel caminar hasta mi, me llenó el corazón de felicidad, verla con su pan it's de cinco meses cargando a mis hijos, me hizo sentir el hombre más feliz del mundo.

Pía Zambrano.
Verlo ahí parado y sonriente esperando por nosotros, fue algo muy grande para mí, por que jamás pensé volver a amar, pensé que al enterrar a Alejandro se enterró con el todo de mi, pero conocer a Adrián Alonzo y con sus locuras y ocurrencias me devolvió las ganas de vivir y de amar. Ahora voy aquí caminando a mi encuentro definitivo con él.
Miguel Ángel se acerca a Adrián Alonzo y le entrega a Pía.
- Te entrego a una gran mujer, que es mi mejor amiga y la madrina de todos mis hijos. Cuídala, protegela, amala, sean felices, se lo merecen los dos.
- Te lo juro Miguel Ángel, los cuidaré con mi vida de ser necesario.
Adrián Alonzo tomó la mano de Pía, se miraron y se giraron para quedar frente al sacerdote que fío inicio a la ceremonia.
- Hoy estamos aquí.
El sacerdote continuó con todo el sacramento del matrimonio y llegó la hora de que digan sus votos matrimoniales.
- Puede decir sus votos y promesas. - Dijo el sacerdote.
Adrián Alonzo tomó la mano de Pía, la miró.
- Desde que te vi, supe que serías para mí, hice una y mil cosas para llamar tú atención, y cuando me miraste, no fue para verme como un hombre si no como un niño caprichoso como me lo dijiste. Eso no rompió mi corazón, al contrario me dio fuerza para madurar y convertirme en otro hombre, este que está aquí hoy parado frente a ti para prometer te, amarte, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la prosperidad y en la adversidad, en la riqueza y en la pobreza. Hoy estoy aquí y yo Adrián Alonzo te prometo amarte, respetarte todos los días de mi vida hasta que la muerte nos separe.
Adrián Alonzo coloca la sortija en Ed dedo de su esposa.
- Desde que te vi, algo cambió en mi, me devolviste las ganas de volver a creer en el amor, aún así me costó aceptar lo que sentía, me negaba a aceptar el amor que nació dentro de mi por ti, y me alejé, me aleje para confirmar que lo que sentía por ti era más fuerte que la distancia, y volví y hoy estoy aquí parada frente al altar para reafirmar mi promesa. Yo Pía Zambrano te prometo amarte, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la prosperidad y en la adversidad, en la riqueza y en la pobreza. Hoy estoy aquí y yo Adrián Alonzo te prometo amarte, respetarte todos los días de mi vida hasta que la muerte nos separe.
Pía coloca la sortija en el dedo de su esposo.

Un amor sin máscara, mi Daddy (3er Libro De La Saga Cielo Eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora