32. DESCUBRIENDO UN SECRETO

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El día de familia llegó. Todos estaban en el jardín.
- Mamá Alexa ¿Donde está mi papá?
Preguntó Luggina por Alessandro.
- En la oficina mi niña, está con tus Abuelos.
A Luggina le brillaron los ojos de felicidad al saber que sus abuelos estaban ahí.
- ¿Cuando llegaron? No me avisaron, para recibirlos.
- Hace una hora, querían darte una sorpresa.
- Pues me la dieron, voy a verlos.
Luggina corrió al interior de la sala caminó a prisa y se detuvo en seco al escuchar a su abuelo decir algo que llamó su atención.
- Alessandro, tienes que destruir toda esa información, antes de que mi nieta tome posesión de todo. Ella no puede saber nada de esa investigación.
- Lo sé, padre pero hoy no será, ya mañana me pongo en eso por qué mi hija ya tomará su cargo el lunes.
- Entonces hazlo esta noche, mi nieta no puede saber lo que sucedió.
Luggina se retiró muy de prisa antes de ser descubierta, subió a su habitación y fue directo al baño, y devolvió hasta lo que no tenía.
Cepilló sus dientes retocó su maquillaje, miró por la ventana, y bajó rápido a la oficina, tecleó en la computadora de su padre buscó cada archivo y encontró el que decía KIARA. Ese nombre le llamó la atención y lo abrió, no se dió tiempo de leer solo lo transfirió a una memoria y lo guardó.
Salió de ahí y se reunió con los demás.
- ¡Nono¡ Me alegra tenerte aquí.
- Mi nieta hermosa, estás cada día más linda y bella.
Su abuela se acercó a le dio un abrazo.
- Abuela, no tienes idea de la falta que me haces.
- Y tu a mi, mi niña hermosa, déjame mirarte estás más hermosa, te sienta ese estado en el que estás.
- Estoy en estado feliz, abuela, muy feliz.
- Me imagino.- Responde su abuela abrazándola.
Así continuaron el resto del día, pero los pensamientos de Luggina estaban en las palabras de su abuelo.
"¿Que es eso que no puedo saber? "
¿Será que soy adoptada? Eso debe ser, por eso es, ¡no! Pero si soy adoptada es de los Pierre, no de los Berlusconi. Dios esto me volverá loca, pero voy a investigar cual es ese secreto que guardan y por qué me acostumbraron a tener dos familias."
- ¡Amor! ¿Me estás escuchando?
Lucciano la sacó de sus cavilaciones.
- ¡Eh! No, si, perdón estoy distraída, hoy no me siento bien.
- Si quieres nos podemos ir, vamos al médico y sabemos que está enfermando a mi brujita.
Luggina miró a Lucciano acarició su rostro y le sonrió.
- Exagerado, solo estoy distraída,luego te cuento.
Siguieron todos en la reunión y conversaciones triviales y una idea paso por esa cabeza.
- Familia me retiro, no me estoy sintiendo bien, los llamaré cuando llegue a casa.
Se despidió de todos y de su padre Stéfano.
- ¿Padre a qué hora estás en casa? Voy para allá.
- Esta bien, nos vamos juntos.
- ¡No papito! No quiero arruinar la reunión, solo me adelanto por qué voy a ver algunas cosas que me falta, era eso no me voy a quedar.
- Está bien hija, es tu casa.
Se despidieron y salió en compañía de Lucciano.
El trayecto a la mansión Pierre fue en completo silencio.
- ¿Te pasa algo¿ Mi brujis
Preguntó Lucciano cogiendo su mano.
- No lo sé Lucc, solo se que nada es lo que creí, pensé que éramos una gran familia.
- Pero lo son, eres muy afortunada de tener una gran familia que te ama por sobre todo.
- ¿Y cuando tienes la impresión de que no sabes nada?
- ¿A qué te refieres mi brujita?
- Nada cariño, no me hagas caso. I'm crazy.
Sonrió y se acercó a darle un beso en los labios. Llegaron a la mansión Pierre, Luggina bajó y fue directo a la oficina de Stefano. Buscó en los archivos guardado en la computadora y encontró uno que decía KIARA.
" También el mismo nombre del archivo"
Lo transfirió a la memoria y dejó todo en su lugar.
Salió de ahí y se fueron a su departamento, Luggina subió a la habitación se quitó la ropa y se metió bajo la ducha, cerró los ojos no sintió en el momento en que Lucciano entró, solo sintió unas manos rodear su cintura. Se giró y se abrazaron.
- ¿Dime qué es lo que te atormenta? Mi amor, somos una pareja y debemos compartirlo todo cuando se trata de problemas.
- Solo deseo que me abraces muy fuerte, aún no tengo respuesta para lo que me preguntas, por qué no se qué es lo que quiero saber.
Lucciano la abrazó tan fuerte que ese abrazo le arrancó lágrimas.
Luggina se quebró en presencia de Lucciano, era tan fuerte el dolor que sentía descubrir que tenían secretos con ella, su familia no era sincera con ella.
Lucciano la cogió en brazos y la llevó a la cama, la sentó, secó su cabello puso un camisón y la acostó.
No precisó el momento de quedarse dormida.
Lucciano volvió al baño se cambió y fue a la oficina que habían acondicionado ahí.
Trabajó hasta tarde y de pronto un mensaje llegó a su celular.
- Por favor, aquí en el hospital hay alguien que dice ser su familiar y tuvo un accidente.
Lucciano subió a la habitación se cambió y salió tan pronto como pudo.
Llegó al hospital, preguntó en recepción y lo hicieron pasar.
- ¡Mi amor, viniste¡ Caí de las escaleras y se rompió mi tobillo.
- ¿Y por qué tenías que llamarme a mi? Yo no soy un familiar tuyo.
Expresó con coraje, creyendo que era Valentino que sufrió el accidente.
- Doctor, todo está cancelado y por favor no me llame a mi, esta señora y yo no somos familia ni nada.
Salió de la habitación y escuchó un grito fuerte.
- ¡Lucciano! No me puedes dejar aquí soy tu mujer, tienes la obligación de cuidarme.
- Señor Lombardi, la paciente dice no tener a nadie y aquí no se puede quedar.
Lucciano miró con desprecio al doctor y se volvió a ver a Dayanara.
La puso en una silla de ruedas y la sacó del hospital.
La cogió en brazos y la puso en el auto para llevarla a casa.
Todo eso era realizado bajo un lente que captaba cada movimiento, y cada foto se veía un hombre cuidadoso con su mujer.
Lucciano llegó con Dayanara al departamento y una muchacha de servicio les abrió la puerta.
- Daria, por favor prepara me una cena liviana.
- Si señora. - Responde y salió de la sala.
- Por favor llévame a mi habitación, no pido tanto.
Lucciano nueva mente la cogió en brazos y la subió a su habitación.
Daria llegó con la bandeja y la dejó en la mesa de noche.
- Por favor. ¿Me acercas la bandeja.?
- Dayanara, por favor no quiero que vuelvas a llamarme, no quiero tener nada que ver contigo. Tú y yo no tenemos nada que nos una.
Se dispuso a irse y justo entraba Daria con una bandeja y un vaso de jugo.
- ¡Señor! Es para usted.
- No, gracias ya me voy.
- ¿Le despreciarás el jugo a Daria?
Lucciano tomó el contenido y salió de la habitación. Se llevó las manos a su cien por el dolor de cabeza que sintió, se tambaleó y es Daria quien lo ayuda.
- ¡Señor! ¿Se siente bien?
- Es solo un dolor de cabeza Daria, no te preocupes.
Se sentó en el sofá y se quedó dormido.
- Daria ayúdame a llevarlo a la habitación.
- Señora, sintió dolor de cabeza será mejor llamar al médico.
- Ayúdame a llevarlo Daria.
Digna lo llevo la habitación de huésped.
- Bien Daria, ve a dormir.
- Si señora.
Daria salió de la habitación junto con Digna, luego fue a la habitación de Dayanara.
- ¡Listo mi niña! Quítame esto Digna.
Digna quitó la bota que simulaba estar enyesada.
Cambió su ropa colocándose una bata con transparencia y fue a donde Lucciano estaba dormido.
Sacaron cada foto con poses y diferentes colores de sábanas, cada sección era diferente.
Lucciano al momento de salir tomó la gabardina equivocada, cogiendo la de Luggina.
Dayanara en su retorcido propósito buscó en los bolsillos y encontró la memoria.
Revisó y transfirió todo a su computadora.
Tenía mucha información confidencial de un secreto guardado por años.
Al día siguiente Lucciano se despertó y vió que estaba en una habitación que no era la suya. Despertó desorientado y con mucho dolor de cabeza.
Tomó sus cosas, fue a mirar a Dayanara quien fingía dormir y salió, nuevamente fue fotografiado saliendo de la habitación,
Subió a su auto y salió como alma que lleva el diablo. Lucciano no entendía como era posible quedarse dormido sin más.
Llegó al departamento, Luggina aún dormía entró al baño, se duchó y bajó a preparar el desayuno.
Luggina se removió en su lugar tocó el lado de Lucciano y no lo encontró.
Percibió el olor a tocineta y sonrió.
Se puso un camisón y bajó.
- ¡Buenos días! Mi Cheff favorito.
Lucciano se giró y la alzó sentando la en la isla.
- !Buenos días¡ Mi brujita hermosa. ¿Dormiste bien?
- ¡Si! Mucho mejor amanecí.
Unieron sus labios en un profundo beso, luego Lucciano terminó de preparar el desayuno y se dispusieron a comer, Lucciano dándole bocados.

Un amor sin máscara, mi Daddy (3er Libro De La Saga Cielo Eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora